El encuentro comenzó con un buen ritmo de intensidad, y con dominio del cuadro local que estaba teniendo la pelota y se estaba acercando a la portería rival con cierta claridad, ante un Gladbach que se mantenía replegado en su campo y que en ese momento no pasaba del centro del campo con la pelota, pues Lars Stindl, que estaba jugando de enganche, no entraba en contacto con la pelota.

El Leverkusen estaba moviendo la pelota con velocidad en un tramo en el que los dos equipos estaban cerrando con tres defensas, en el caso de los locales, Wendell estaba jugando más adelantado en la posición de carrilero, mientras que el conjunto de André Schubert se replegaba con un 3-1-4-2 con Xhaka de único mediocentro. El equipo de la aspirina estaba realizando una buena presión sin balón con Chicharito por detrás de Kiessling, y consecuencia de ello, el cuadro verdiblanco no podía salir con la pelota jugada. 

Enfrentarse a un equipo en racha

Después del primer tramo de juego, el partido mantuvo un buen ritmo de intensidad y el cuadro borusser empezó a salir con más frecuencia, pero el equipo de Roger Schmidt seguía dominando la pelota. Tras unos minutos, el ritmo de intensidad bajó ligeramente, y fueron los potros los que empezaron a dominar la pelota a pesar de que no conseguían superar la última linea de presión. Posteriormente, el duelo no recuperó la intensidad del inicio, aunque el Leverkusen volvió a presionar arriba a su rival con los cuatro atacantes. A pesar de que, el Gladbach se había asentado en el partido e incluso tenía continuidad en sus llegadas. El 1-0 llegó por medio de Kießling que remató un centro de Bellarabi de cabeza en el segundo palo. 

Después del gol, el Leverkusen siguió dominando, aunque lo hacía con más brillo e ímpetu, ante un Gladbach desbordado en esos minutos en los que estaba noqueado. Tras unos minutos de impacto, el equipo visitante volvió al partido y tuvo más balón ante un conjunto que se estaba relajando y que estaba descuidando la defensa con el 1-0 en el marcador. El partido estaba muy abierto, y los dos equipos estaban creando ocasiones peligrosas de gol. En los últimos instantes de la primera parte, el cuadro de Mönchengladbach pasó a cerrar en defensa con Christensen y Nordveit. 

Igualar el ritmo de juego para no sufrir la furia del rival

El segundo tiempo comenzó con dominio del Bayer Leverkusen que estaba creando mucho peligro al contraataque, ante un rival que le estaba presionando en unos minutos con un ritmo de intensidad alto, en los que el Gladbach estaba tratando de ralentizar el partido con posesiones largas en campo contrario. Aunque afortunadamente, esa fase de juego no fue muy duradera y el partido se encaminaba a un ritmo frenético de juego, viendo las llegadas de ambos equipos que estaban encontrando muchos espacios en la defensa rival.

El 2-0 llegó cuando Chicharito aprovechó un error del rival en un saque de banda para apoyarse en Kiessling que después le asistió para que marcara después de regatear a Elvedi con mucha finura. El 3-0, llegó por medio de Kiessling que remató con un cabezazo soberbio un córner de Çalhanoglu. Después del gol, el conjunto de las aspirinas seguía presionando a la última linea del rival, aunque es cierto que lo hacía con menos intensidad ante un oponente que tocaba en campo propio y que en cuanto se acercaba al centro del campo la perdía.

El 4-0 de los locales llegó por medio de Chicharito que marcó con un gran disparo de media distancia tras recibir la pelota de Stefan Kiessling. Pocos minutos pasaron antes de que llegara el quinto gol de los rojinegros, en el que Chicharito remató desde el suelo un pase de la muerte de Karim Bellarabi, que llegó muy apurado a linea de fondo. Después del gol, el equipo de Roger Schmidt levantó el pie del acelerador ante un Gladbach esperpéntico, aunque a pesar de ello seguía dominando la pelota y creando ocasiones claras de gol, mientras que el conjunto dirigido por André Schubert, estaba esperando al pitido final encerrado en su área.