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Bitácora Bundesliga 2015: 'Lewandofest'

Cuaderno de bitácora 2015. 22 deseptiembre de 2015. Robert Lewandowski bate un record insólito anotando 5 goles en apenas nueve minutos. VAVEL tuvo la suerte de tener a un miembro de la redacción de la Bundesliga viviéndolo in situ.

Bitácora Bundesliga 2015: 'Lewandofest'
El día de la Bestia || Imagen: sportsnet.ca
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Por Manuel Vaquero Rodríguez

Ha sido un año de buenos y malos momentos para el Bayern de Múnich. Entre los mejores momentos de la temporada, seguro está la consecución de su segundo campeonato liguero de la ‘era Guardiola’. Pero para muchos aficionados del Bayern, el 22 de septiembre de 2015 quedará grabado en la memoria como el día de ‘los cinco goles de Lewandowski en nueve minutos’. Este hito futbolístico coge mayor importancia gracias a unos condicionantes externos que se le sumaron, como el rival, festividad en la ciudad, que convirtieron esa noche en algo inolvidable, que VAVEL España tuvo la oportunidad de vivir en directo.

Experiencia inolvidable

La fiesta en la que se convertiría el partido fue una continuación a lo que se estaba viviendo en el Oktoberfest, en donde muchos aficionados se reunían para realizar la previa. Todas las carpas del festival estaban repletas de camisetas del conjunto bávaro y en muchos momentos, los cánticos a favor del Bayern hacían desaparecer la música con la que las orquestas amenizaban el paso de las horas.

fcbayern.de
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Llegó el momento de partir hacia el estadio y la marea bávara dejó la explanada de Theresienwiese en dirección al Allianz Arena, en un viaje en el U-Bahn (Metro) en donde se comenzaba a respirar un ambiente de gran cita futbolística. El trayecto fue una continuación de lo que se había estado viviendo hasta el momento, con los cientos de aficionado al Bayern de Múnich deseando llegar para disfrutar de un gran partido. A cada estación que pasaba, el espacio en el vagón disminuía a la par que los ánimos aumentaban.

El Allianz Arena se engalanó como en las mejores citas europeas

Pero fue llegar al destino, Fröttmaning, y las sensaciones se dispararon de manera exponencial. Bufandas, banderas, pendones, un merchandising completo del Bayern de Múnich se encaminaba hacia el estadio como si de una marabunta se tratase. Y en ese mismo momento todos los aficionados se dieron cuenta de que no se trataba de un partido normal. El Allianz Arena se vestía completamente de rojo, hecho visible en su totalidad en las noches europeas (ya que en los partidos de Bundesliga no es del todo visible, pues estos suelen ser en horario diurno).

En la entrada al estadio, ya se veía lo que estaba por llegar. Un partido en el que se enfrentarían los dos mejores equipos de la Bundesliga pasada, Bayern de Múnich y Wolfsburgo. Pese a que en ese momento se encontraban muy distantes en a clasificación, se esperaba que este choque no defraudara a los miles de aficionados que allí se encontrarían.

La hora se acercaba y las noticias sobre el once inicial que arrancaría el partido dejó a muchos de los presentes en el estadio helados. El que sería estrella del partido, Robert Lewandowski, estaba en el banquillo, lo que le obligaba a esperar su oportunidad de participar. Digerida la noticia, los momentos previos fueron para el brasileño Dante, que vivió un reencuentro muy emocionante con su vuelta del brasileño Dante al Allianz Arena, hecho que fue festejado. La afición bávara rindió esa noche un gran homenaje a un futbolista muy querido.

Calma que precede a la tempestad

La primera parte del encuentro comenzó a vivirse de manera muy especial, tal y como era de esperar de un encuentro de esa importancia. Pero lo que comenzó como una fiesta bávara, pronto se convirtió en todo lo contrario, ya que el Wolfsburgo logró adelantarse con un gol de Caliguiri, un una de las pocas ocasiones de contraataque que los visitantes tuvieron durante los primeros minutos.

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Este gol no desaminó a los 75.000 espectadores presentes, que siguieron animando a su equipo sabiendo de la importancia del mismo, y que un resultado positivo todavía era posible. El Bayern continuaba con su ya fiel estilo de juego, controlando el balón y llevando la iniciativa en el juego, pero no conseguía que sus acciones tuvieran la suficiente profundidad. Sólo unos pocos disparos desde fuera del área representaban el peligro llevado por el conjunto locale sobre la portería visitante.

Conforme el partido se acercaba al descanso, los ánimos de los allí presentes comenzaron a disminuir. Pudo ir a peor después de que Neuer fallara en un despeje tras una mala salida, en la que Wolfsburgo a punto estuvo de anotar el segundo tanto. El final de los primeros 45 minutos llegó y un leve run run comenzó a escucharse en las gradas del Allianz Arena, quiénes se preguntaban por qué una de las máximas estrellas del equipo se quedó en el banquillo. No sabían los aficionados que, como ocurre en muchas historias, la línea argumental daría un vuelco.

El día de la bestia

Tras el descanso, la salida de los jugadores al terreno de juego llevó la esperanza y la alegría a los aficionados bávaros cuando apareció por la salida del túnel de vestuarios el delantero Robert Lewandowski. Un jugador que el Bayern estaba necesitando a causa de la ausencia de peligro sobre la meta del Wolfsburgo.

El segundo tanto sorprendió a todo el estadio en plena celebración del anterior

Tras unos primeros minutos de tanteo llegó el primer gol de los locales por parte de Lewandowski, que hizo saltar a los aficionados de sus asientos. El alivio y la alegría eran los sentimientos más visibles en todo el estadio, pero antes de que diera tiempo a retomar asiento, llegó el segundo tanto del polaco. En el momento de la celebración del primer gol, cuando se estaba a punto de acabar el ritual de celebración por cada tanto bávaro y todas las gargantas estaban a punto de finalizar con el ‘Bite’ que lo finaliza, un estruendo retumbo en el interior del Allianz Arena: “¡Tooooor!”.

Robert Lewandowski había anotado su segundo gol con una rapidez escandalosa. Los aficionados estaban incrédulos a la par que eufóricos. El estadio se había convertido en una auténtica fiesta, ya que no hay que olvidar que habían conseguido remontar el resultado ante su máximo rival en la pasada temporada.

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Sin tiempo para poder asimilarlo, el Bayern volió a anotar un gol y quien sino, el delantero placo fue el encargado de conseguirlo. Un ‘hat-trick’ en apenas cuatro minutos. Uno de esos hechos sólo al alcance de los videojuegos, donde ya es difícil. La imagen que más se repitió en las gradas era un reflejo de los que ocurría en el terreno de juego. Si todos los jugadores del Bayern buscaban la celebración del gol con un abrazo al delantero, en las gradas la gente se abrazaba con todo el mundo. Daba lo mismo si era conocido o desconocido, una alegría desbordante inundóaba a los 75.000 espectadores.

La euforia era el sentimiento más extendido entre los aficionados

La euforia inundaba el estadio. Nadie podía creer lo que se estaba viviendo en apenas pocos minutos, pero este no era un día normal y no tuvieron tiempo de tranquilizarse. Sólo un par de minutos después, en el siguiente ataque de los bávaros, el delantero polaco volvió a anotar un gol que llevó incredulidad a sus aficionados. ¡Cuatro goles! Si, cuatro goles. El sentimiento de los aficionados era indescriptible, algo difícil de contar, incredulidad sería la palabra más indicada.

El Allianz Arena era una fiesta, su delantero estaba logrando un hito que no tuvo su final hasta dos minutos después, cuando Lewandowski logró anotar el quinto gol. Nueve minutos había tardado en conseguirlo, un hito que hizo que todo el mundo que se encontraba en el estadio alucinara, incluido Pep Guardiola, quien se llevó las manos a la cabeza ante lo que estaba haciendo su delantero.

Los aficionados estaban insultantes, no había palabra que describiera lo que allí se estaba viviendo. En apenas nueve minutos, se había dado la vuelta a un partido que en la primera parte no pintó muy bien. Aunque la noche todavía pudo ser más redonda ya que Lewandowski contó con un par de ocasiones claras de anotar, pero no consiguió finalizar con éxito.

Al finalizar el encuentro los allí presentes todavía no eran conscientes de lo que habían vivido. Un hecho histórico por el que Lewy, unos días después, recibió un reconocimiento por parte del Guinness World Record, tras batir hasta cuatro récords:

  1. Hat-Trick más rápido (logrado en 3:22 minutos).
  2. Póker de goles más rápido (logrado en 5:42 minutos).
  3. Repóker de goles más rápido (logrado en 8:59 minutos).
  4. Mayor número de goles entrando desde el banquillo en Bundesliga (5 goles).

Daba lo mismo que se le hubiera ganado a un rival directo como el Wolfsburgo, que el resultado hubiese sido una goleada escandalosa. Lo que este partido guardará para la historia serán los cinco goles de Lewandowski en apenas nueve minutos. Un hecho que será muy difícil que se pueda repetir.

Manuel Vaquero, redactor de la Bundesliga, asistió y vivió in-situ el partido.

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Sobre el autor
Manuel Vaquero Rodríguez
Apasionado del deporte rey. Disfruto con todo lo que tenga que ver con el fútbol, ver, escuchar, jugar, escribir. Entrenador de fútbol base, disfruto enseñando, pero más aprendiendo. Un buen entrenador es aquel que se hace así mismo, de campos de tierra a grandes estadios. Amante del fútbol internacional y poder descubrir jugadores desconocidos.