Ambos equipos se presentaban en el Mercedes-Benz Arena con la imperiosa necesidad de sumar los tres puntos. Los locales para abandonar de una vez por todas los puestos de descenso y el Hamburgo para poner fin a una racha de cuatro partidos seguidos sin victoria.
Una ocasión tras otra sin gol
Desde los primeros compases del partido se pudo advertir la intención de ambos equipos. El Hamburgo combinaba el balón sin demasiada velocidad buscando abrirse hueco entre los defensores locales, principalmente por las bandas, mientras el Stuttgart intentaba llegar con transiciones rapidísimas a la portería rival con sus rivales descolocados.
Y con estas transiciones veloces las ocasiones no tardaron en sucederse una tras otra, con Didavi lanzando a su equipo y aprovechando el altísimo ritmo de Kostic, Rupp y Werner. Pero la imprecisión en los metros finales, además de un buen Adler, evitaban una y otra vez que el marcador variara.
La primera ocasión de gol llegaba tras un gran centro de Kostic, al que Werner no llegaba por poco y Gentner, en el segundo palo y muy forzado no acertaba a anotar. Tras esta, llegaría la única opción del Hamburgo, en un buen remate de Lassoga al larguero anulado por el árbitro por fuera de juego.
Didavi era una pesadilla para sus rivales. Estuvo a punto de marcar pero un defensor se cruzó en su camino justo cuando se disponía a tirar, y en la jugada siguiente, en una situación similar, cedía para Gentner, pero el capitán cruzaba demasiado el balón. También Kostic hacía daño con su velocidad por banda izquierda, pero sus centros no eran aprovechados por un Werner muy fallón.
La primera parte finalizaba con un único equipo en el campo, pero incapaz de transformar su superioridad en goles pese a disponer de muchas opciones de hacerlo. Habría que esperar a la segunda mitad.
Al fin llegaban los goles
Tras la reanudación del encuentro el guión seguía siendo el mismo. Ocasión tras ocasión para los locales que comenzaban a desquiciarse al ver que el balón no entraba.
El primero en errar era Werner, que en un uno contra uno con Adler era incapaz de batir al portero. Y tras esta se sucedieron varias más: Kostic disparaba cruzado, Großkreutz a portería vacía remataba contra la defensa, y finalmente Rupp de volea veía como el meta rival despejaba a corner.
Y al fin, en el minuto 66 llegaba el ansiado premio. Kostic botaba un córner y Didavi, totalmente libre de marca remataba para que el balón entrara en la portería tras tocar en Adler y Hunt. Todo se ponía de cara al Stuttgart, aunque no por mucho tiempo.
Menos de diez minutos después, en un despiste de la defensa sueva, un buen centro de Ostrzolek desde la izquierda era rematado por el recién ingresado Rudnevs a la red. Era el empate a unos en la primera ocasión clara del Hamburgo. Tras el gol, el partido entró en un bucle de ocasiones para ambos conjuntos, que perdieron el control por momentos.
Resolviendo desde el banquillo
Cuando todo parecía sentenciado y el empate se preveía como el resultado definitivo llegaba un segundo gol del Stuttgart y se hacía justicia tras lo visto durante todo el encuentro.
Maxim, que acababa de entrar al campo y en su primer contacto con el balón, sacaba un centro desde la banda derecha que Kravets, que también había entrado desde el banquillo, remataba a gol tras anticiparse a la defensa rival. Era el dos a uno y la grada del Mercedes-Benz Arena era una fiesta.
Solamente un remate a bocajarro de Cléber en el descuento que Tyton salvó magistralmente pudo evitar la victoria del Stuttgart que abandona de esta forma los puestos de descenso y contribuyó a prolongar la mala racha de un Hamburgo de capa caida.