El encuentro comenzó con dominio de balón del conjunto alemán, que intentó llegar a la portería rival tocando entre las líneas interiores, ante una selección inglesa que se mantuvo replegada en los primeros instantes, pero que con el paso de los minutos se fue estirando y empezó a tener más balón, y a realizar ataques posicionales. En esos minutos, el equipo de Joachim Löw optó por salir al contraataque abriendo el juego hacía los costados por donde Can y Hector estaban siendo muy incisivos. Después de unos minutos, la mannschaft recuperó el control del partido, y en algunas fases de ataque posicional, estaba convirtiendo la portería rival en un frontón con tanto remate como estaba realizando en una misma jugada.

Dominio local con alternativas

Tras el primer cuarto de hora, Alemania bajó el ritmo de intensidad e Inglaterra cogió más oxígeno con la redonda, con tramos de posesión más largos, pero menos productivos. El combinado local retiró efectivos de la zona del área y apostó por recuperar la posesión en zonas mucho más retrasadas del campo. A base de tener más el esférico y de adelantar las líneas, el conjunto dirigido por Roy Hogdson consiguió bloquear la salida de balón del conjunto teutón que estaba encontrando menos espacios con las posesiones largas en campo contrario, pues estaban cubriendo bastante bien los costados cuando Emre Can intentaba encarar.

En los últimos minutos del primer acto, se mantuvo el mismo ritmo de intensidad en el encuentro, y fue el combinado germano el que llevó la iniciativa en el juego, a pesar de estar descubriendo bastante la defensa tras una perdida, pues los visitantes estaban llegando con bastante facilidad al área rival, tanto por los costados como por las líneas interiores. Pese a formar con un 4-2-3-1 teóricamente, en la práctica, el conjunto blanquinegro estaba jugando con un único mediocentro que era Toni Kroos que estaba bajando a recibir la pelota, para darle fluidez al inicio de la jugada. Fue el mismo Kroos el que marcó el primer gol del encuentro después de batir a Butland con un disparo de media distancia con pierna izquierda, después de que Özil le proporcionara un balón tras una recuperación en el medio. Tras el gol, el campeón del mundo siguió controlando la situación, y gozó de alguna ocasión de gol más a raíz de sus despliegues con el balón, que le pudo permitir hacer el 2-0.

Relajación alemana y resurrección visitante

El segundo tiempo comenzó con un ritmo lento de juego, y con el equipo local llevando la iniciativa del juego con el balón a pesar de que estaba atacando con muy poca continuidad, mientras tanto el combinado nacional inglés estaba encontrando muchas opciones para atacar jugando al contraataque llegando por la banda izquierda. El 2-0 llegó por medio de Mario Gómez que batió a Forster con un remate de cabeza en el segundo palo. Después del gol, el cuadro germano siguió teniendo el balón, y siguió combinando en los metros con los laterales Hector y Emre Can que estaban muy participativos en la banda centrando balones al área. El 2-1 llegó por medio de Kane, que batió al guardameta Neuer con un disparo raso que golpeó en el palo tras recoger un balón rechazado en la frontal del área. 

Tras el tanto, el partido mantuvo la misma dinámica aunque Inglaterra adquirió más protagonismo al controlar más el encuentro en algunas fases, y al relegar a Alemania que se vió obligada a jugar al contraataque, buscando en largo a sus atacantes, que no estaban muy precisos de cara a la portería rival. El conjunto de Roy Hogdson estaba realizando unas muy buenas a la par que eficaces transiciones defensivas cuando los campeones del mundo salían a la contra, juntando las líneas rápidamente y cerrando espacios por los costados. Unos minutos después, Jamie Vardy hizo el 2-2 después de rematar de tacón un centro desde la banda derecha de Nathaniel Clyne.

En los últimos minutos de juego, el combinado inglés controló el encuentro, y tuvo más posesión que una selección alemana que quedó noqueada tras los dos goles visitantes, y no era capaz de recuperar un balón en la frontal del área y salir al contraataque. Tras un tiempo, the three lions le siguió comiendo el terreno a su contrincante y estaba gozando de ocasiones de gol clarísimas centrando balones al área. En los últimos instantes del encuentro, Alemania tuvo el esférico, pero Inglaterra culminó una remontada heroica gracias a Dier que hizo el 2-3 rematando de cabeza una falta botada por Henderson.