Pese a la gran victoria del equipo local, que le deja a un punto de lograr la permanencia matemática, el verdadero protagonista del partido fue el guardameta visitante, Örjan Nayland. El portero detuvo todas las acometidas de su rival, llegando a desesperar a todos los presentes en el estadio. La primera mitad estuvo muy igualada, aunque fue el conjunto del Ingolstadt el que tuvo mayor presencia ofensiva. La segunda parte fue un monólogo del conjunto local, pese a que las continuas llegadas a ambas porterías, convirtieron a los guardametas en las estrellas de su equipo por un día.

Con muy poco

Desde los primeros minutos de este encuentro, se vio a dos equipos que buscaban llevar el peso del encuentro, disputándose el balón, pero tratando sobre todo de no cometer errores que beneficiaran a su rival tan temprano. Pero la zaga local cometió su primer fallo en el momento de marcar a los delanteros y Lezcano tuvo todo de cara para anotar, pero el portero rival detuvo la ocasión.

Minutos más tarde, otro error de la defensa local ya no sería perdonado por el Ingolstadt, que se adelantaron en el marcador. Strobl no estuvo atento para salir de la zona con la línea defensiva, provocando así el fuera de juego, y Lex recibió solo un centro desde la banda para marcar el primer gol. Esta situación dio al equipo visitante la opción de ampliar su ventaja, ya que el conjunto de Sinsheim estaba perdido.

Lezcano tuvo una ocasión clara de anotar (Imagen: bundesliga.de)

Con el transcurso del partido, el Hoffenheim logró volver a entrar al partido, siendo ellos los que tenían la posesión del esférico y los que marcaban el ritmo de juego. Eso les llevó a volver a tener algún que otro acercamiento peligroso sobre la meta de su rival. Y cuando pasaban unos minutos de la primera media hora, el equipo local obtuvo la recompensa del gol, después de una muy buena jugada. Mark Uth recibió el balón, libre de marca, en la esquina del área grande y tras encarar al portero, logró batirle con un buen disparo colocado.

Este resultado de empate momentáneo hizo que el partido disminuyera levemente su intensidad, aunque las llegadas a ambas áreas se convirtieron en una tónica peligrosa. Pero el marcador no se movió y el colegiado señaló el camino a los vestuarios.

Guardametas protagonistas

Buen inicio de segunda parte para el equipo local, que en su primera llegada, Uth estuvo a punto de notar un doblete tras una falta lejana, pero el balón llegó manso a las manos del portero. Minutos después, el portero del Ingolstadt volvió a salvar a su equipo de un segundo gol, tras un fallo suyo en el despeje. Pero su protagonismo no acabo ahí, ya que en la misma jugada un jugador local caería derribado, provocando un penalti. Kramaric fue el encargado de tratar de remontar el partido, pero el portero volvió a salvarlos.

A partir de este momento el partido entró en una dinámica en la que los porteros se convirtieron en los auténticos protagonistas. Baumann tuvo dos muy buenas acciones en las que salvó a su equipo de recibir un gol y en una contra posterior, fue de nuevo el portero visitante el que detuvo un disparo de Mark Uth, en el enésimo mano a mano que tuvo el delantero local.

Uth trata de superar a un rival (Imagen: bundesliga.de)

El partido se había roto por completo y ninguno de los dos equipos se hacía responsable de llevar la manija del mismo. Basaron su juego en continuos contraataques que sorprendieran a la defensa de su rival.

Con la salida de Schwegler al centro del campo del Hoffenheim a 15 minutos del final, el equipo comenzó a ser el que llevara la iniciativa en el juego. Mientras tanto su rival trataba de aprovecharse de los espacios a la espalda de los defensores para crear contras muy peligrosas. Pero el portero visitante continuó siendo un muro contra el que se chocaban una y otra vez los delanteros del Hoffenheim. Una falta al borde del área ejecutada por Volland, fue sacada en la misma escuadra por el guardameta.

Cuando apenas restaban cinco minutos para el final del encuentro, el Hoffenheim logró superar por fin al inexpugnable guardameta visitante. Una acción por banda derecha dio a Volland la oportunidad de dejar un pase atrás al recién incorporado Amiri, para que tras un control, realizara un disparo cruzado que significaba la victoria momentánea para su equipo.

Los últimos minutos del partido no tuvieron apenas trascendencia en el juego, debido a que el conjunto local trató de aprovechar cada ocasión para detener el juego y perder la mayor cantidad de minutos posibles.