El PSG se enfrentaba al Lorient en la semifinal de la Copa Francesa frente al Lorient (undécimo clasificado de la Ligue 1). El partido pintaba fácil para los liderados por Blanc, pero pronto, en la primera parte se vio que el juego era muy trabado y pesado, contraproducente totalmente para los jugadores del PSG.
Tras una primera parte con un juego bastante aburrido y un partido que se estaba yendo a los dominios del Lorient, el PSG se dejaba llevar. Entonces, Blanc decidió hacer un punto y aparte e introducir a dos futbolistas como Pastore y Lucas Moura, el primero con gran capacidad de visión de juego y el segundo con una velocidad endemoniada que le permitiría buscar las espaldas de los defensas en los últimos 20 minutos de partido, aprovechando el cansancio de los mismos). El plan no salió como lo esperado, pero aquí emergió la figura de Zlatan Ibrahimovic, dejando atrás a dos defensores y rematando desde la media luna de la frontal del área con el exterior del pie para introducir el balón en las mallas de los de Lorient. Lo cierto es que fue una gran jugada individual pero el portero tampoco estuvo afortunado en la atajada.
El partido, a partir de aquel momento se volvió loco, el PSG se replegó y su entrenador decidió poner un defensa más sobre el campo -van der Wiel que sustituiría a Di María- que le permitiera no pasar apuros en los últimos minutos. Este plan sí que salió bien y el PSG mantuvo la portería a cero en un encuentro muy reñido y que no daba esa impresión antes de echar el balón a rodar sobre el tapete del Stade Yves Allainmat.
El PSG ya espera rival en la gran final de la Copa Francesa. El rival se conocerá este miércoles tras el enfrentamiento entre Sochaux y Marsella que dará comienzo a las 21:00.