Dimitri Payet nació el 29 de marzo de 1987 en Saint-Pierre ubicada en las lejanas Islas Reunión la cual se encuentra ubicada cerca de Madagascar en el océano Índico, vestigios del imperio colonial Francés del siglo XIX. El buen Dimitri supo pronto que su destino estaba en el mundo del fútbol si quería llegar a ser reconocido en el ámbito internacional y por eso decidió emigrar hacia la metrópoli a la edad de 12 años, pero su aventura sólo duró 12 meses y tuvo que regresas a la isla para jugar en el AS Marsouins donde pronto demostró que su nivel era para estar en el fútbol de la Liga Francesa.
De la misma generación dorada que Ben Arfa, Benzema o Nasri, Payet sabía que podía llegar a ser un clase mundial y pronto es reclutado por el Nantes que le da una oportunidad en el equipo de reservas en el año 2004 donde crece a un buen ritmo y consigue en menos de un año disputar sus primeros partidos en el campeonato francés, anotándole al Metz su primer gol. El Nantes al darse cuenta de la clase de Dimitri decide renovarle el contrato y en la temporada 2006-2007 se convierte en titular inamovible, sin embargo con el descenso del equipo fue transferido al Saint-Étienne por 4 millones de euros.
Dándose a conocer en Francia.
En este club jugaría al lado de su actual compañero en la selección Blaise Matuidi haciendo que el Saint-Étienne se convirtiese en uno de los equipos protagonistas de la Ligue 1 porque Blaise aportaba recorrido y sacrificio, mientras que Dimitri aportaba magia, desborde, asistencia, regate y golazos de media distancia. Ya Payet comenzaba a hacer méritos para ir con la Selección Sub-21 de Francia en la que estuvo por detrás de Jéremy Menez, pero su nivel después de la primera temporada empezó a marcar irregularidades que algunos achacaban a la edad en la que se encontraba.
El tiempo pasaba y el gran jugador que tenía todo para llegar a ser estrella empezó a declinar y para colmo de males en la temporada 2009-2010 tuvo su encontronazo con sus propios compañeros en un juego de liga local contra el Toulouse al no aceptar de buena manera una crítica de Yohan Benalouane, luego se enfrentó en el mismo juego con el capitán Blaise Matuidi en un cara a cara en el que el árbitro del encuentro tuvo que llegar a separarlos. A pesar de esto Laurent Blanc en sus primeros pasos como entrenador llamó a los dos jugadores para empezar la renovación de la selección de cara a la Euro del 2012, ambos dirían que fue falta de madurez con lo que el hacha quedaba enterrada.
A pesar del gran interés que despertaba en equipos ingleses, Payet decidió fichar por el campeón de la Ligue 1 en la temporada 2010-2011 Lille a cambio de 9 millones de Euros donde siguió mostrando picos de nivel muy altos y otros donde parecía faltarle más entrega para complementar ese talento increíble que atesora, además en ese momento estaba siendo opacado por otra gran figura de la liga francesa: Eden Hazard. A la salida del belga a Stamford Bridge, Dimitri pudo consolidarse en la el equipo pero aun así no pudo ganarse su tiquete a la Eurocopa de Polonia y Ucrania.
Y llegó la influencia de Bielsa.
El Marseille cuando aún tenía visión y dinero decidió apostar por Payet y pagó 11 millones de Euros al Lille en el verano de 2013 para hacerse con sus servicios, finalmente el esfuerzo de Dimitri daba frutos al llegar a un mejor club con más prensa, más afición y más alcance global. Lamentablemente el equipo en esta temporada a pesar de tener muy buenos jugadores como Thauvin, Gignac, Imbula y Ayew apenas pudo llegar a la sexta posición de la Ligue 1 con un juego mediocre. Payet sin embargo estuvo más que aceptable jugando como extremo a pierna cambiada y asistiendo con habitualidad a Gignac. Sin embargo iba a llegar un cambio significativo.
Marcelo Bielsa llegó con aureola de mito al Marseille y empezó confirmándolo alejando del equipo a Mathieu Valbuena y a Morgan Amalfitano para darle los galones a un veterano Gignac y las riendas de organización del equipo a Payet que parecía que se iba a perder por su carácter díscolo y frío. Pero con el rosarino, Dimitri tuvo una mutación positiva ya que dejó de ser ese jugador driblador y asistente para ser un mediapunta de marca mundial. El dirigía al equipo en ritmo e intensidad porque prácticamente todos los balones pasaban por él, también aprendió a pensar de manera más rápida para tomar decisiones más favorables para el equipo y dejó ese individualismo para jugar y hacer jugar. Mejoró notablemente sus cambios de frente debido a que la exigencia del juego de Bielsa hace que la precisión en los desplazamientos largos para las transiciones sea un requisito para el armador del equipo, no por nada Dimitri terminó máximo asistente de la Ligue 1 con 17 y miembro del mejor equipo de la temporada. Sin lugar a dudas a Bielsa le debió doler la marcha de Dimitri al West Ham por 17 millones y ver que no le trajeron un jugador de su mismo nivel.
Consagración en Inglanterra y vuelta a la selección en hombros.
Desde el primer momento en que Payet puso un pie en Inglaterra sabía que iba a hacer historia, porque desde la primera fecha tuvo la personalidad de echarse el equipo al hombro y Slaben Bilic le dio la libertad que tuvo en el Marseille para moverse en el frente de ataque como le diese la gana y de añadidura agregó a su repertorio un disparo de media distancia brutal tanto en movimiento como en tiro libre, sumado a que su velocidad y control de balón era de primer nivel para los defensas ingleses que veían como Dimitri danzaba entre lobos para asistir o finalizar jugadas con mucha clase. Pronto su llamado se hizo clamor nacional para la Euro 2016.
Finalmente en los amistosos de Francia contra Rusia y Bélgica, Deschamps decidió contar con uno de los mejores jugadores de la Premier League de cara a la Euro, le dio la batuta del equipo desde el principio para que fuese su mejor regateador y asistente ante la dimisión de Benzema y el nuevo rol de Griezmann de segunda punta. En el día inaugural no decepcionó ya que con un golazo faltando poco para terminar dio la primera alegría a una Francia gris donde de nuevo Payet brilló. Finalmente el chico de las Islas Reunión tuvo la recompensa que merecía y su madurez reflejada por esas lágrimas que tal vez dicen más de lo que uno cree, es un hecho.