La Lazio de Stefano Pioli llegaba en crisis al partido intersemanal frente al Genoa, después de la dura caída por 5-0 sufrida en Nápoles. El técnico de los romanos cambió el sistema, e introdujo un 4-2-3-1 con el prometedor Milinkovic-Savic en la mediapunta, en lugar del 4-3-3 habitual, con las bajas de pilares fundamentales como Candreva o el goleador Miroslav Klose. Por su parte, el conjunto genovés llegaba tras una derrota que entraba dentro de lo posible ante la Juventus, pero con la necesidad de sumar tras haber ganado un solo partido esta temporada, ante el Hellas Verona.
Djordjevic adelanta a la Lazio
El encuentro comenzó con el dominio absoluto de los locales, que controlaban el partido en base a la posesión del balón, pero las ocasiones se hicieron de esperar. El primer acercamiento claro lo tuvo el Genoa, ya pasado el ecuador del primer acto, con un disparo de Ntcham tras un balón que dejó hacia atrás Pandev, que se fue rozando el palo de la portería de Marchetti.
Una falta lateral botada por Kishna, el fichaje más importante de la Lazio en el mercado estival, procedente del Ajax, fue rematada por Milinkovic-Savic, obligando a Lamanna a realizar una gran parada a bocajarro. Inmediatamente después, un centro de Lulic desde la banda izquierda permitió a Djordjevic adelantar a los suyos en un balón muy fácil para el delantero, que se encontraba totalmente solo por un desajuste de la defensa genovesa. Los visitantes inquietaron la portería de Marchetti en los compases finales con dos libres directos botados por Tachtsidis y Perotti, a los que respondió el meta con dos excelentes estiradas, permitiendo a la Lazio llegar en ventaja y con tranquilidad al descanso, tras una primera parte que tuvieron controlada desde el principio hasta el final.
Felipe Anderson, genio
Gasperini vio que necesitaba un revulsivo que marcara diferencias, e introdujo a Dzemaili y Diego Capel en el terreno de juego. Pero la segunda parte no pudo comenzar peor para el Genoa, que vio como se quedaba con diez por la expulsión de Issa Cissokho, que recibió dos amarillas casi consecutivas. Además, el brasileño Felipe Anderson se inventó una maravilla para poner el 2-0 en el marcador, con un disparo desde el balcón del área colocado en la escuadra. Un auténtico golpe de genio para dejar el partido sentenciado salvo debacle. Anderson llama a golpes a la puerta de la canarinha con su gran rendimiento en el Calcio, ya sea desde la banda izquierda, desde donde parte habitualmente, como desde el costado diestro, donde lo situó ayer Pioli y desde el que dejó tramos de gran actividad, convirtiéndose en un dolor de cabeza constante para la zaga genovesa. Por otra parte, las buenas sensaciones que dejó Milinkovic-Savic en el carril del diez, permitiendo a su equipo dominar desde la posesión del balón y dándole sentido a la circulación laziale, suponen una noticia ilusionante para el cuadro capitalino, pues el serbio es la gran apuesta de futuro del club, y más aún tras el gran Mundial sub-20 que disputó y del que Serbia salió campeona.
En la última fase del choque, los romanos tiraron de oficio y seriedad para que ocurrieran pocas cosas y durmieron el partido. Lo único destacable fue que el Genoa terminó con nueve, por la expulsión de Pandev. La victoria es un soplo de aire fresco para Pioli y sus pupilos, tras un arranque de temporada convulso con la eliminación en la previa de la Champions, la ausencia de jugadores importantes como Biglia o Klose y los malos resultados en el inicio de campaña en la Serie A.