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Icardi mantiene líderes a los suyos

El Inter conserva el primer puesto de la tabla gracias a una trabajada victoria en la Toscana. El Empoli puso al conjunto de Mancini contra las cuerdas, pero un gol de Icardi en el añadido del primer tiempo dio la victoria a los visitantes. Un Handanovic inexpugnable, artífice de la victoria.

Icardi mantiene líderes a los suyos
Icardi presiona a Saponara en un lance del partido. FOTO: FC Internazionale
franciscorguez
Por Francisco Rodríguez

Importante y sufrida victoria del conjunto neroazzurro en Empoli. Tras las cortas vacaciones, los de Milán se veían obligados a sumar los tres puntos. En primer lugar para comenzar el año 2016 con buen pie. Y en segundo lugar por la presión ejercida por la Fiorentina, el equipo que acecha con mayor peligrosidad el liderato que aún ostentan los interistas. Los de Florencia, que jugaron antes que el Inter de Milán, vencieron fuera de casa (1-3 al Palermo), por lo que perder significaba verse superados en la tabla. En un partido muy apretado, solo un detalle desequilibró la balanza. Mauro Icardi volvió a aparecer cuando más le necesitaba su equipo. Su gol, en las postrimerías del primer tiempo, deja una semana más cerca del título a los de Mancini, aún a sabiendas de que a esta carrera de fondo le queda la mayor parte. 

Un primer tiempo casi perfecto

Los primeros 45 minutos salieron a pedir de boca para los locales. Tuvieron al rival donde querían, exigieron -y mucho- a su guardameta y se replegaron a la perfección en cada jugada de ataque neroazzurro. Giampaolo dispuso a los suyos sobre el verde con una formación de 4-3-1-2. Una apuesta intermedia entre la solidez defensiva y la consigna de no renunciar a nada en ataque. Los dos puntas, con Saponara por detrás, se movieron con total libertad, complicando mucho las cosas a la defensa menos goleada del campeonato. Sin embargo, cuando no es por los cuatro defensores de Mancini -hoy con D´Ambrosio y Nagatomo en los laterales- es por el portero. Handanovic evitó en varias ocasiones que los locales se adelantasen. Durante los primeros compases del encuentro, la poca continuidad en el juego hizo imposible que apareciesen las ocasiones de gol. El balón se luchaba en la medular sin que ninguno de los equipos se hiciese firmemente con la posesión. No llegó el primer aviso del líder hasta llegados al primer cuarto de hora. Brozovic intentó fortuna con un disparo de media distancia que se marchó fuera. No obstante, este aviso no hizo sino despertar a los locales. Primero Maccarone y luego Saponara, pusieron en serias dificultades a Handanovic. El meta despejó el cuero como pudo antes de que este se introdujera en su portería. Pocos minutos después fue Zielinski el que levantó a la grada de sus asientos. Su remate se marchó a poca distancia del poste mientras la afición local cantaba ya el tanto. Icardi y Perisic comenzaron a aparecer entre líneas y con ellos el Inter pudo frenar el asedio.

No solamente golpearon a meta, sino que Samir Handanovic tuvo que ser atendido tras un encontronazo con un atacante en su propia área. El juego intenso de los de Giampaolo hizo sufrir especialmente al portero. Tras otra parada de Handanovic a disparo de Buchel, llegó el turno de los visitantes. Aprovechando el cansancio acumulado en las piernas de los jugadores del Empoli, Ljajic y Perisic actuaron como auténticos puñales. Los últimos cinco minutos del primer tiempo dejaron tres ocasiones muy claras de gol, pero ni Brozovic, ni Ljajic, ni Perisic acertaron a abrir el marcador. Cuando llegó el descuento y todo parecía indicar que el partido se iría al descanso con el resultado inicial, el Inter golpeó con uno de esos goles que duelen. La jugada y el tanto son la perfecta definición de lo que el concepto "gol psicológico" significa en el balompié. Con el árbitro mirando ya el reloj, los nerazzurri iniciaron una contra mortal. Perisic condujo el balón y con una bicicleta dejó sentado al defensor local. Su centro lo remachó a gol Mauro Icardi, tan silencioso como efectivo (0-1). 

Intercambio de golpes poco efectivo

Tras el receso, ambos equipos salieron a anotar un gol. Inter para poder controlar el juego con garantías de victoria. Empoli para empatar antes de que los minutos restantes pasaran como segundos. Brozovic volvió a intentarlo con el fabuloso golpeo que atesora. Skorupski  estuvo atento para evitar el gol. Con el centro del campo como mero espectador, las jugadas en una y otra área se sucedían, pero no llegaba a suceder nada de relevancia. Saponara hizo sudar a Handanovic con un disparo raso que a punto estuvo de sorprender al portero. Incapaces de crear peligro con asiduidad, los entrenadores comenzaron a realizar cambios. Livaja y Croce entraron por los locales y en un principio surtieron efecto. Su frescura superó a Murillo y Miranda en algunos lances del juego y Leandro Paredes aprovechó los espacios que crearon para tener la mejor oportunidad de empatar. Su disparo, fuerte y raso, se encontró con un Handanovic muy seguro. Mancini ordenó a su equipo y reestructuró el esquema defensivo, introduciendo a Juan Jesus por Ljajic. Antes, los locales habían rematado en media docena de ocasiones, si bien sus disparos no llegaron a coger portería. Así las cosas, el partido se acabó con el 0-1 que Icardi había puesto en el marcador y que Handanovic se había encargado de mantener.