El encuentro comenzó con dominio de balón de la Juventus, y con un ritmo muy bajo de intensidad. El Genoa por su parte, se mantenía replegado en su campo muy ordenado, para no quedar al descubierto en una pérdida de balón. Tras unos minutos, el conjunto turinés empezó a realizar una presión alta sobre la salida de balón de los visitantes, y poco a poco se fue instalando en campo rival con la pelota. Mientras tanto, los bianconeros se mostraron muy seguros en defensa, manteniendo bien la posición, y denotando contundencia en el despeje y la anticipación.
Dominio inicial turinés, resurgir visitante
Después del primer cuarto de hora, la cadencia de intensidad descendió y los de Allegri tuvieron un monopolio aun mayor de la pelota. El cuadro dirigido por Gasperini estaba pasando inadvertido en el encuentro, y solo cruzaba el centro del campo con algún balón largo hacia los delanteros que no estaban consiguiendo mantenerlo. Después de unos minutos, la Juventus perdió continuidad en ataque, y el combinado genovés se empezó a hacer grande en el partido, teniendo el cuero y pisando mucho más campo contrario, y rondando el arco rival con centros laterales. El 1-0 de los locales llegó por medio de De Maio en propia meta, tras un gran desborde de Cuadrado por banda derecha seguido de un centro peligroso.
Tras el gol, la Vecchia Signora recuperó el control del duelo, recuperando la pelota con más rapidez, y manteniéndola en campo contrario. Mientras que el Genoa tenía que volver a empezar, se volvió a replegar y renunció a salir al contraataque por el momento. La cadencia de intensidad seguía por los suelos, y la Juventus perdió la euforia de los minutos posteriores al gol. El equipo dirigido por Allegri estaba jugando a un ritmo muy discontinuo de juego, pues generalmente estaba jugando a un ritmo muy bajo, aunque repuntaba cada vez que Dybala arrancaba en velocidad.
Dominio del Genoa, y repliegue bianconero
La segunda parte comenzó con dominio del cuadro genovés que estaba teniendo el balón, y estaba rondando el área rival con centros laterales mientras que el conjunto local se mantenía replegado y trataba de jugar al contraataque saliendo por los costados con los carrileros y con un Dybala muy activo. Tras unos minutos, el conjunto turinés comenzó a estar más activo con la pelota, y empezó a llegar más a campo rival con la redonda controlada. La cadencia de intensidad estaba siendo más baja, pues el control juventino estaba anestesiando el duelo.
Después del primer cuarto de hora del segundo acto, el combinado dirigido por Allegri siguió manejando la situación, mientras que el Genoa se mantenía agrupado en defensa, y esperaba la ocasión para salir de su campo y trazar alguna posesión larga con la que frenar el ritmo del rival. Los azulgranas estaban jugando con un 4-2-1-3, y estaban teniendo alguna dificultad para sacar la pelota jugada desde atrás, ante la línea de cuatro con la que era presionado. Tras unos minutos, los de la ciudad de Génova no estaban ejerciendo una gran presión en la zona de ataque, pero manteniendo las líneas juntas a buena altura estaban impidiendo que la Juve progresase con claridad.
En el último cuarto de hora de juego, el equipo local siguió llevando la batuta con un juego menos ortodoxo, ya que estaba consiguiendo cortar el ritmo del rival cada pocos minutos, con faltas, saques de puerta, o ralentizando las circulaciones de balón. En los últimos instantes de juego, las cebras estaban presionando a su rival en el área contraria, pero cuando recuperaban el balón no estaban realizando una labor muy productiva en ataque. Los últimos segundos fueron de una relativa comodidad para la Juventus que no estaba recibiendo ocasiones.