El encuentro comenzó con el gol de Rogoni que batió a Pepe Reina con un disparo de pierna izquierda que el arquero español no pudo más que embellecer colocándolo en la escuadra en el intento de blocarlo. Tras el gol, el Nápoles llevó la iniciativa del juego de inmediato, y empezó a tocar en el segundo tercio de campo, pero cuando le daba una velocidad más a la circulación perdía mucha fluidez. Mientras tanto, el conjunto veronés viéndose por delante en el marcador, decidió retroceder más las líneas y optó por defender el resultado focalizando su defensa por dentro, y por ello no pudo evitar el empate de Higuaín que remató un centro desde la izquierda en el área pequeña. Tras el gol, el conjunto dirigido por Maurizio Sarri siguió dominando el encuentro, volcando el juego sobre la banda izquierda por la que se empeñaba en profundizar con Lorenzo Insigne que apenas tenía trascendencia cuando entraba en contacto con la redonda. 

Dominio local con respuesta inmediata

Después de los primeros minutos, el cuadro azzurro siguió dominando la pelota, aunque con el paso de los minutos perdió algo de continuidad en su juego, y empezó a llegar con menor frecuencia ante un Chievo que descongestionó la salida de balón con Cacciatore y Birsa que realizaron un par de acciones interesantes en la banda. Aunque después de unos minutos, el Nápoles volvió a la rutina del ataque más fuerte que nunca, ya que empezó a jugar más en horizontal y empezó a realizar unas circulaciones de balón mucho más veloces, aunque tenía una anomalía en defensa, pues cuando perdía el balón, presionaba al rival y cuando no conseguía recuperar el balón después de unos segundos de persecución, los jugadores de ataque no bajaban a defender la jugada de ataque del rival que estaba llegando al área rival con mucha claridad.

En los últimos minutos de juego, el equipo local siguió llegando a la portería rival con peligro a base de tener la redonda y de ser muy directo, pues el equipo estaba siendo un puñal cada vez que Insigne que estaba apareciendo más en los minutos finales, iniciaba una conducción por banda izquierda. El ritmo de intensidad estaba siendo muy alto, y el combinado amarillo perdió el horizonte, ya que cuando su rival pisaba campo contrario, este deambulaba como pollo sin cabeza ante el arsenal ofensivo de los locales que estaban creando mucho peligro cuando rodeaban el área. El 2-1 llegó por medio de Chiriches que remató en plancha en el área pequeña una falta lateral desde la izquierda. Después del tanto, el enfrentamiento siguió igual, y el equipo partenopeo siguió desequilibrando con mucha facilidad por la banda izquierda cada vez que llegaba.

Dominio partenopeo con incertidumbre hasta el minuto 70

El segundo tiempo comenzó con un ritmo bajo de intensidad, y con el Nápoles manejando la situación, mientras que el conjunto visitante intentaba acercarse al área rival con un M'Poku muy activo. Los de Sarri perdieron continuidad en su juego, y al tener menos la pelota y en zonas más retrasadas, varios de sus jugadores de ataque como Callejón e Insigne perdieron todo el protagonismo que habían tenido en el encuentro. El ritmo de intensidad estaba siendo bajo, a pesar de que se respiraba un aire de expectación en el encuentro, pues el conjunto napolitano no estaba siendo superior, y no estaba gozando de ocasiones de gol.

Después del primer cuarto de hora de juego, el equipo azzurro siguió llevando la iniciativa en el juego, y empezó a rondar el área del contrincante con más regularidad. Mientras tanto, el Chievo Verona seguía sin entrar en contacto con la pelota, aunque ahora, además de eso se estaba partiendo cada vez que el conjunto local recuperaba un balón y salía en transición rápida. El 3-1 llegó por medio de Callejón que aprovechó un centro rechazado desde la derecha, para batir a Bizarri poniendo el pie. Tras el gol, el Nápoles comenzó a jugar mucho más tranquilo, mientras que el equipo veronés se hizo dueño del balón, y se dedicaba a buscar a sus atacantes con balones largos. Al mismo tiempo, el equipo de Sarri se dedicaba a jugar al contraataque, a pesar de que en alguna ocasión lo alternaba con una fase de combinaciones.

En los últimos instantes del encuentro, la cadencia de intensidad se desplomó, y los locales consolidaron su dominio a costa de tener la posesión y de dormir el partido con circulaciones lentas en el segundo tercio de campo, donde el cuadro dirigido por Maurizio Sarri había renunciado al ataque. Jugando en horizontal terminó el partido el conjunto partenopeo, que aún tuvo alguna ocasión más de gol llegando por las bandas, mientras que el Chievo Verona se dedicó a replegarse y a perder el máximo tiempo posible con el cuero, a la espera del pitido final.