El encuentro comenzó con dominio del conjunto local que estaba controlando la situación a pesar de que no conseguía hacerse con el control del balón, que permanecía en manos de una Lazio que trataba de ganar metros moviéndola, pero que no conseguía superar la línea del centro del campo. El ritmo de intensidad estaba siendo bastante alto gracias a un conjunto local que le estaba dando mucho ritmo al juego gracias a las aperturas que hacía hacia la banda, cada vez que recuperaba el esférico. Con el paso de los minutos, los de Allegri comenzaron a recuperar la posesión constantemente gracias a la presión en campo contrario, y estaban volcando el campo de su lado gracias a los acercamientos por los costados. Sin embargo, no se estaba obsesionando con la idea de llegar con ataques opcionales, ya que cuando lo estimaba necesario también era capaz de salir al contraataque, saliendo de su campo con una buena circulación.

Dominio de los locales que fueron de más a menos

Después de los primeros minutos de juego, el ritmo de intensidad bajó en el encuentro a raíz del dominio de la Juventus que ralentizó el enfrentamiento circulando el cuero con mucha más lentitud. Mientras tanto, el conjunto romano optaba por replegarse en su campo, y por salir al contraataque con Felipe Anderson y Keita cuando el equipo recuperaba la redonda. Tras un tiempo, la Lazio consiguió manejar el cuero quitándoselo al rival con salidas en velocidad. El combinado bianconero tuvo una mayor dificultad para recuperar el manejo en campo del contrincante de antaño, y únicamente conseguía crear peligro con jugadas a balón parado. 

En los últimos minutos de juego, el equipo de Allegri dominó el partido teniendo la redonda, pero tuvo inmensos problemas para avanzar con claridad en campo contrario ante la ausencia de una referencia en la mediapunta por la poca presencia de Dybala, y también tuvo dificultades por los costados, ante la ausencia de doblajes a los laterales cuando asomaban por los lados. El 1-0 llegó por medio de Mandzukic que remató un disparo desviado de Pogba, en el área pequeña. Tras el gol, el cuadro local siguió controlando el juego, y lo ralentizó mucho con circulaciones de balón asegurando mucho el pase en campo propio. 

Segundo acto de más goles que juego

El segundo tiempo comenzó con el 2-0 por medio de Dybala que batió a Marchetti tras un inicio bastante convulso marcado por la expulsión de Patric, en un encuentro tan intenso como atropellado, pues al conjunto bianconero se le empañaba la vista cada vez que se acercaba a la línea de 3/4 de campo. Mientras tanto, el equipo dirigido por Inzaghi se replegó en su campo en vista de la minoría númerica, y de la dificultad que entrañaba recuperar el esférico, durante las posesiones largas de los locales que viendo que tenían muchas alternativas estaban alargando el campo lo máximo posible para desgastar a su contrincante en la labor de persecución, y poder crear espacios en la defensa rival con los que poder cerrar el encuentro.

El 3-0 llegó por medio de Paulo Dybala que estaba jugando como único delantero centro, tras ampliar con Sami Khedira que estaba retomando su rol de llegador que también aplicaba en la selección alemana, y que también realizaba en Stuttgart con su buena conducción, y su gran poderío físico que le da muchas oportunidades en los balones divididos. Tras unos minutos, el cuadro de la capital trató de retomar el dominio de balón, pero se estaba confrontando con una defensa que estaba despejando toda redonda que le llegaba. El ritmo de intensidad había descendido notablemente, y el control de la Juventus estaba siendo muy fuerte, manejando el cuero y pisando el campo contrario con una cierta frecuencia, para mantener la defensa contraria en alerta. Los visitantes manejaban el duelo, pero no estaban consiguiendo enlazar con Keita y Djordjevic que conformaban el ataque en el 4-2-1-2, jugando por delante de Savic.

En los últimos minutos del encuentro, la Vecchia Signora siguió controlando el enfrentamiento a placer, y todavía se siguió acercando al arco del oponente en contadas ocasiones, y tuvo amplios tramos de posesión, frente a una Lazio que se había entregado definitivamente, y que se agrupaba en campo propio renunciando a salir en transición rápida, y prácticamente a tener el balón. Aunque a pesar del estado de repliegue, no estaba obstaculizando realmente a su contrincante cuando se acercaba en conducción, y tampoco estaba planteando un entramado especial para las bandas que estaban siendo el gran frente ofensivo del líder del calcio.