Se enfrentaban en la primera jornada del Grupo E las dos selecciones favoritas a hacerse con el primer puesto. Bélgica partía con ligera ventaja sobre los tetracampeones del mundo en todas las encuestas, pero el combinado italiano fue más efectivo y sobre todo, tuvo muy claras sus ideas tanto en defensa como en ataque. Los de Conte salieron con el clásico esquema utilizado por el seleccionador en su etapa gloriosa en la Juve, un 3-5-2 que acabó por hacerse habitual en los últimos partidos de la fase de clasificación.

Defensa bianconera y hombres rápidos por banda

La selección Azurra tenía muy clara cuál era la baza que tenía que jugar para tener opciones ante el aluvión de estrellas de calidad que tenía el rival enfrente. Y es que Conte era consciente de que a falta de nombres entre los suyos necesitaba hombres, guerreros. Con la vieja guardia de la Juve en defensa, Barzagli en la derecha, Bonucci centrado y Chiellini en la parte izquierda y efectuando la salida de balón, Italia blindaría su arco. Todos ellos respaldados por el gran capitán Buffón en portería.

Delante un mediocampo de currantes. Candreva y Darmían en las bandas, efectuando labores de ataque y defensa en función del tempo de partido y en medio un trivote formado por De Rossi, que le ganó la partida a Thiago Motta, acompañando a Parolo y Giaccherini. Finalmente dos puntas en ataque, Eder y Pellé, los de confianza de Conte. Habrá que esperar para ver a Insigne. Florenzi también se caía del once, decisión sorprendente cuanto menos.

Ordenados atrás e ideas claras en ataque

La consigna era clara, salida de balón rápida y sin pérdidas en campo propioLos primeros compases de encuentro dejaron patente que los belgas se harían con la posesión de pelota. Muy lejos queda ya la selección de toque de Cesare Prandelli. Sin Marchisio y Verratti por lesión no quedaba otra opción, había que ser lo más clásico posible. Cuando tocaba ponerse el mono de trabajo, los italianos formaban una línea de cinco con los tres centrales y Candreva y Darmían ayudando en banda. De Rossi por delante y Parolo y Giaccherini cerrando y creando superioridad en defensa para frenar las bandas rivales.

Con el paso de los minutos y con Bélgica sin ideas en ataque los de Conte comenzaron a merodear el área defendida por Courtois. La consigna era clara, salida de balón rápida y sin pérdidas en campo propio. Los centrales, principalmente Chiellini, se encargaban de jugar con los del medio para abrir a las bandas y apoyados por las descargas de Pellé y Eder comenzar a llegar al área rival. Ambos delanteros se posicionaban de manera escalonada para dar siempre una referencia a los jugadores que recibían en banda presionados.

Tal rapidez tenía Italia en la salida de balón que incluso buscaba la llegada con el pase largo directo de sus centrales, en pocas ocasiones y de manera osada quizás. Fue en uno de esos arrebatos cuando Bonucci buscó el desmarque de Giaccherini a la espalda de una defensa belga demasiado confiada, y de un Alderweiderld que tras no despejar el esférico le dejó franco el primero al italiano. El jugador del Bolonia no falló. Con el resultado a favor, Italia se sentía aún más cómoda con su estilo de juego.

Posicionamiento de Italia en defensa sin balón | Foto: elaboración propia
Posicionamiento de Italia en defensa sin balón | Foto: elaboración propia

Italia mantiene el plan y sentencia a la contra

El gol de la sentencia llegó tras otro robo de Giaccherini, incansable en defensa y llegando por banda en ataqueEn el segundo acto Conte no variaría su esquema. Tres cambios, todos ellos hombre por hombre para dar más frescura a sus guerreros. Las variaciones tácticas de Wilmots no cambiaron la idea de juego italiana. Con la entrada de Mertens, Parolo tuvo que hacer un sacrificio mayor que en la primera mitad, ayudando a Barzagli y Candreva para frenar las superioridades que intentaba crear el jugador del Everton junto a Hazard y al lateral Vertonghen por esa banda.

Pasado el ecuador del segundo acto los italianos sufrieron varias pérdidas en medio campo evitables y fruto del cansancio. La Nazionale se vio obligada a hacer varias faltas de tarjeta para frenar las posibles superioridades del rival. De Sciglio en banda, Motta en el pivote defensivo e Immobile en la delantera surtieron efecto como recambios en el segundo acto para paliar el cansancio físico de hombres como Darmián, De Rossi y Eder.

Ni con el paso a defensa de tres de Bélgica con la entrada de Carrasco sufrieron demasiado los de Conte, que si vieron peligrar el resultado en alguna acción a balón parado que no terminaron de conectar con firmeza los arietes belgas. Era el momento de sentenciar a la contra. La frescura de Motta e Immobile ante una volcada Bélgica provocaron el aclarado para la llegada por banda derecha, una más, del inagotable Candreva, que la puso al segundo palo para que Pellé cerrase el partido con un gol que solo Courtois le había privado minutos antes. El gol llegó del enésimo robo de Giaccherini, incansable en defensa ayudando a su banda y doblando en campo rival en el ataque.

Con las ideas muy claras, la selección italiana comienza golpeando primero y mandando un aviso a los que la daban por muerta en esta Eurocopa, solo por llegar sin nombres de prestigio más allá del meta Buffón. Ayudas en defensa, salida de balón rápida y sin complicaciones, finalizaciones precisas y certeras, todo respaldado por una buena gestión desde el banquillo con los cambios catapultaron a Italia a llevarse un partido que poca gente había pronosticado de su lado. Conte y sus guerreros van muy en serio.

Así empezó Italia | Foto: footballuser.com
Así empezó Italia | Foto: footballuser.com
Así acabó Italia | Foto: footballuser.com
Así acabó Italia | Foto: footballuser.com