El haber ganado la jornada anterior el derbi ante su acérrimo enemigo NEC, era motivación extra. El Vitesse de Peter Bosz tenía un reto bastante complicado cuando se preparaban para recibir al PSV. Las cosas venían saliendo nuevamente bien al conjunto de Eindhoven, demostrando en algunos últimos duelos el porqué fue Campeón en el torneo anteior. Sin lugar a dudas había un partido que prometía muy buen espectáculo, y donde seguramente ninguno de los decepcionaría a esas expectativas.
Más allá de este partido, era necesario pensar por parte del equipo que hacía el viaje a Arnhem. Sin poder parpadear en un encuentro previo a Champions League no era opción, teniendo sobre el tapete el mal recuerdo de lo sucedido en Tilburgo semanas atrás. Tener en la mente al CSKA con quien se enfrentarán a mitad de semana en un encuentro que puede significar su clasificación o fracaso en la lucha por seguir vivo en la máxima competición del fútbol a nivel de clubes. Evidentemente es un partido de mucha tensión en el panorama, tanto así que el entrenador del equipo ruso Leonid Sloetski estaba presente en el estadio.
Los dos venían de ganar la fecha pasada, por ello más y más emociones se encontraban en el ambiente. Kevin Blom, central del compromiso, señaló el inicio. En principio, serían los visitantes que tomarían el balón para conducir el ritmo de las acciones. Por el sector derecho empezaron a formarse las ocasiones de mayor peligro gracias a los desbordes del colombiano Santiago Arias, que hizo el pase de una ocasión expresa de gol. A los siete minutos el lateral derecho enviaba un centro al área para el ex-jugador del Vitesse, Davy Propper; el centrocampista tuvo un remate que terminó pegando en el exterior del poste.
Lluvia del Vitesse
Un gran duelo de equipos ofensivos se estaba viendo. Con el transcurrir los minutos se pudo empezar a ver una mejoría del conjunto local, apretando y quitándole protagonismo a un PSV que se estaba viendo superado. Empezaban a mostrarse los jugadores desequilibrantes del Vitesse en la búsqueda del triunfo. El georgiano Valeri Qazaishvili se volvió un verdadero dolor de cabeza para los defensores del rival, logrando algunos disparos desviados, quizás con menos profundidad de lo que hubiese podido esperar por sus jugadas en recorrido de balón.
No había tregua por parte del conjunto de casa, que con el delantero propiedad del Chelsea, Dominic Solanke, las oportunidades tampoco hicieron falta. El desequilibrante definidor tuvo ocasiones importantes de gol antes del final de la primera parte. El inglés protagonizó la mejor oportunidad del local después de un centro excelente que repcionó con el pecho y logró darse la vuelta, pero su disparo apenas salió desviado.
En el complemento la balanza se mantenía del lado del conjunto local todavía, con más proximidad al área contraria. Por parte de los dirigidos por Phillip Cocu se hacía presente de manera protagónica el portero Jeroen Zoet, que mantuvo sus reflejos apareciendo en disparos de Renato Ibarra y el lateral Kevin Leerdam. El Gelredome tuvo demasiadas oportunidades para gritar y celebrar, pero su equipo no pudo conseguir ese último toque a pesar de haber realizado prácticamente de todo durante el partido.
Inclusive la polémica se hizo presente en el partido. Para el PSV la primera jugada dudosa se presentó cuando el lateral Arias fue derrivado en el área por Marvelous Nakamba, en una ocasión que el central no señaló nada; aunque igualmente el Vitesse tuvo una ocasión a reclamar. El conjunto geel en zwaart fue encima del central Blom para reclamar unas manos en el área por parte del defensor Jeffrey Bruma, pero de igual forma no señaló absolutamente nada.
Agonizaba el encuentro y seguía la presión, teniendo nuevamente con Solanke oportunidades importantes de gol sumado a Milot Rashica, el extremo albanés que en lso minutos que tuvo de participación generó mucho peligro. El gol se había olvidado de cómo aparecer, a pesar de las ocasiones que los presentes en el estadio de Arnhem habían presenciado durante casi 90 minutos.
Brillo en la agonía
Parecía no haber marcha atrás para la igualdad, era evidente que ambos clubes habían hecho lo posible a su alcance para romper la igualdad a lo largo del compromiso. El empate parecía el único destino posible para encuentro a las alturas en las que iba el tiempo. Una vez más, el fútbol demostró ser la dinámica de lo impensado, afortunadamente.
Desde el área chica recuperaría el balón Jorrit Hendrix, joven centrocampista que hacía el recorrido con el balón para encontrar a Andrés Guardado, que luego de darle un instante de pausa a la jugada, dio un pase frontal largo que encontraba a Luuk de Jong; el capitán del PSV recepcionaba de gran manera con el pecho y habilitaba con un fuerte pase al espacio al futbolista que había hecho la recuperación de balón que empezaba la jugada. El reloj indicaban los 90 minutos de tiempo disputado, entrando apenas a los tres minutos de reposición que Blom había otorgado.
Los pupilos de Cocu estaban sacando el compromiso adelante con un gol de muy buena factura sobre el último suspiro. Administrar los últimos minutos en el engramado de un efervescente y hostil estadio que veía como los locales perdían era la misión a cumplir. Cuando el central del compromiso señaló la conclusión de las acciones, sólo una pequeña facción de aficionados que se encontraba en uno de los extremos horizontales del estadio celebraba, era la que había realizado el viaje desde Eindhoven.
A pesar de haber sido el Vitesse quien presentase las oportunidades más francas de cara a portería, el PSV saldría alzado con la victoria, demostrando una vez la calidad tanto colectiva como principalmente individual, capaz de definir un compromiso apretado en el momento más necesario. A la espera de lo que haga el Feyenoord, los tres puntos tienen de forma momentánea segundo a un equipo que ahora piensa en el CSKA Moscú en la búsqueda por la clasificación a los octavos de final de la Champions.
Con este resultado el equipo no sólo alcanza el triunfo, además logra un nuevo récord en el fútbol holandés. El gol de Hendrix representa el partido número 42 de liga en el que de manera consecutiva el equipo de Eindhoven consigue anotar; una marca que estaban a punto de lograr luego de alcanzar al Ajax y Twente en 41 partidos la semana pasada.