La temporada 2013/14 del West Bromwich Albion fue un año convulso e inestable, marcado por el cambio de entrenador a mitad de curso provocado por la destitución de Steve Clarke y la llegada de Pepe Mel. El entrenador español logró el objetivo final sin demasiados alardes ni sensaciones especialmente positivas y los baggies lograron la salvación con un escaso bagaje de tres puntos sobre el descenso.

La campaña 2014/15 constituiría la quinta consecutiva en la Premier League, un éxito a todas luces para un equipo y una institución que, lejos de acomodarse, se veía obligada a realizar un viraje profundo para encauzar la entidad hacia una temporada más confortable. El elegido para comandar la nave baggie fue Alan Irvine, un técnico experimentado en labores de asistente conocido por su larga trayectoria junto a David Moyes en clubes como el Preston North End y el Everton y por su trabajo como manager de la Academia del Everton. Sin embargo, la trayectoria como técnico principal de Irvine era muy escasa y tras dos etapas a cargo del Preston North End y el Sheffiel Wednesday, la llamada del West Bromwich Albion suponía su primera experiencia como entrenador en Premier League.

La apuesta por Alan Irvine era arriesgada, dada su nula experiencia en la Premier League, pero suponía un cambio de mentalidad claro hacia un entrenador de equipo, que pudiera proveer al club de una identidad y fuera capaz de construir un proyecto de futuro a corto y medio plazo. La llegada de Irvine estuvo apoyada por una inversión económica contundente de cara a la construcción de una plantilla competitiva. Hasta 12 jugadores dejaron la entidad al término de la 2013/14 y once fueron las incorporaciones veraniegas.

Brown Ideye fue la gran apuesta para la delantera, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del club. Su llegada vino acompañada de la de jugadores de perfil bajo, con la carta de libertad en muchos casos o acuerdos de cesión, como fueron Craig Gardner, Joleon Lescott, Chris Baird, Sébastien Pocognoli, Jason Davidson, Cristian Gamboa, Giorgios Samaras, Sebastián Blanco, Andre Wisdom y Silvestre Varela. Todo un reto el que se le presentaba a Alan Irvine al tener que lidiar con una plantilla prácticamente nueva, con cambios trascendentes en todas las líneas.

Con estos mimbres, el West Bromwich Albion arrancaba una temporada 2014/15 que no quedaba exenta de dudas. La temporada comenzó con unos baggies dando muestras evidentes de debilidad, de poca compenetración y de pocos motivos claros para confiar más allá de la contundente irrupción de Saido Berahino. El West Brom no logró vencer en ninguno de los tres encuentros disputados en el primer mes de competición tras encadenar dos empates contra Sunderland y Southampton (2-2 y 0-0) y una contundente derrota contra el Swansea por 3-0.

La derrota por 0-2 en The Hawthorns a manos del Everton en el primer partido del mes de septiembre hizo saltar las alarmas de un equipo que se mostraba incapaz de conseguir su primera victoria y se situaba como penúltimo clasificado en una posición muy delicada. Una victoria muy sufrida (se decidió en la tanda de penaltis) en la cuarta ronda de la Capital One Cup frente al Oxford United no sirvió para mejorar las sensaciones

Los baggies consiguieron estrenar su casillero de victorias de manera muy inesperada al imponerse al Tottenham Hotspur en White Hart Lane con un solitario y tardío gol de James Morrison. Una auténtica inyección de confianza que el equipo no desaprovechó en sus siguientes compromisos. De esta manera, los baggies consiguieron superar la tercera ronda de la Capital One Cup al vencer al Hull City por 3-2 gracias al decisivo gol de Berahino.

El buen momento se extendió hasta conseguir el primer triunfo de la campaña liguera en casa al golear al Burnley por 4-0. El joven Berahino se confirmaba como la gran esperanza de futuro del West Brom y el gran valor de presente. Tras firmar un doblete en la jornada inicial el inglés repitió su actuación frente al Burnley volviendo a dar muestras de un talento extraordinario.

Sin embargo, la temporada del West Bromwich Albion (y en especial la etapa de Alan Irvine) se caracterizó por una irregularidad tal que no volvieron a encadenar dos victorias consecutivas en Premier League en toda la temporada. De esta manera, los baggies no lograron ningún triunfo en el mes de octubre, sumando una derrota y dos valiosos pero insuficientes empates.

La gran nota positiva seguía siendo el papel de un Saido Berahino que aparte de mostrarse como un gran talento, comenzaba a irrumpir con una inesperada regularidad en el máximo nivel. Tras el triunfo contra el Burnley, el inglés encadenó cuatro jornadas consecutivas marcando al anotar el solitario gol en la derrota por 2-1 frente al Liverpool y contribuir con sendos goles a los empates cosechados frente a Manchester United y Crystal Palace, ambos con un resultado final de 2-2. El mal momento del West Brom se agudizó con la eliminación en los octavos de final de la Capital One Cup a manos del Bournemouth.

El mes de noviembre llegó de la mano de un triunfo frente al Leicester City. Una victoria que no resultaría más que un espejismo y daría lugar al momento más crítico de la temporada del West Bromwich Albion. Los baggies encadenaron un desolador momento de forma de cinco partidos sin ganar y cuatro derrotas consecutivas frente a Newcastle United (0-2), Chelsea (2-0), Arsenal (0-1) y West Ham United (1-2).

El equipo languidecía en la 16ª posición y ofrecía una capacidad de reacción ínfima. La capacidad goleadora mostrada por la plantilla más allá de la figura de Berahino fue prácticamente nula, lo que se reflejó en unos resultados dramáticos. Los baggies, en un intento de reacción, lograron abandonar momentáneamente la senda de la derrota al obtener lograr un 0-0 en casa del Hull City y vencer por 1-0 al Aston Villa y conseguir así la cuarta victoria de la temporada a mediados del mes de diciembre.

Sin embargo, el West Brom volvió a evidenciar signos de debilidad e inconsistencia y tras superar el bache de las cuatro derrotas anteriores, cayeron de nuevo en un bucle de derrotas al encadenar nuevamente tres de manera consecutiva. Queens Park Rangers (3-2), Manchester City (1-3) y Stoke City (2-0) pusieron fin a la etapa de Alan Irvine en el banquillo del West Brom tras una nefasta negativa de una victoria y siete derrotas en sus últimos nueve partidos.

Alan Irvine dirigió su último encuentro el 28 febrero y abandonó el West Brom dejando al equipo en una delicada 17ª posición. El elegido para sacar a flote la nave baggie fue el experimentado y siempre eficiente Tony Pulis. Un técnico que es lo más parecido a una garantía de salvación que puede encontrar un equipo de la zona baja de la Premier League y que tomaba las riendas del West Brom con la seguridad que le caracteriza.

El año 2015 comenzó con Rob Kelly dirigiendo como técnico interino al West Brom en la jornada de Año Nuevo, que se saldó con un 1-1 frente al West Ham, con Tony Pulis ya expectante en la grada. Pulis dirigió su primer partido desde el banquillo en la tercera ronda de la FA Cup en la que el West Brom venció con un contundente 7-0 al humilde Gateshead. Saido Berahino, que se había diluido un tanto contagiado del pobre nivel del equipo, recuperó el instinto goleador al marcar cuatro goles para dar la bienvenida a al nuevo técnico.

El mercado invernal  se cerró con los refuerzos de Callum McManaman y Darren Fletcher para compensar las salidas de Giorgios Samaras, Graham Dorrans y Silvestre Valera. El equipo adoptó rápidamente las indicaciones de Tony Pulis y así lo demostró en los primeros partidos del técnico, donde se pudo ver a un equipo mucho más sólido, compacto y competitivo.

Los baggies consiguieron resultados positivos durante el mes de enero al vencer por 1-0 al Aston Villa y lograr un valioso empate en Goodison Park (0-0) que les bastó para alejarse inmediatamente de los puestos de claro peligro de descenso. Tony Pulis logró sacar un magnífico rendimiento de jugadores en los que las expectativas puestas eran muy bajas, como fue el caso de Victor Anichebe, que contribuyó con un valioso doblete a que el West Brom superara la cuarta ronda de la FA Cup al batir al Birmingham por 1-2.

Pese a no capaz de encadenar más de una victoria consecutiva, las rachas tan negativas de derrotas que se produjeron con Alan Irvine no se repitieron con Tony Pulis y, tras cerrar enero con una dura derrota por 0-3 a manos del Tottenham Hotspur, febrero fue uno de los meses claves para que la obra de Pulis diera sus frutos.

Tony Pulis recuperó a Brown Ideye para la causa

El mes de febrero fue, seguramente, el que mejor evidencia el trabajo de Tony Pulis sobre el césped. El West Brom logró completar un mes como invicto y a un gran Saido Berahino se le sumó un inesperado compañero de ataque, Ideye Brown. La gran apuesta del club se había convertido en la gran decepción y, pese a haber estado a punto de salir en el mercado invernal, Pulis depositó su confianza en él y lo recuperó para la causa. De esta forma, los baggies cosecharon dos triunfos clave frente a Swansea City (2-0) y Southampton (1-0) y dos trabajados empates tras una gran remontada al Burnley (2-2) y un partido sin goles frente al Sunderland, que alzaron a los de Pulis hasta una cómoda 13ª posición. El West Brom culminó su inmaculado mes de febrero con una contundente victoria el la quinta ronda de la FA Cup al derrotar por 4-0 al West Ham.

La 13ª posición conseguida al concluir el mes de febrero fue defendida con fiereza por los baggies, que se mantendrían en dicho lugar de la tabla prácticamente la totalidad de las jornadas hasta la conclusión de la Premier League. Marzo fue recibido de una forma un tanto agridulce. Una derrota frente al Aston Villa (2-1), la eliminación de la FA Cup en cuartos final a manos del Aston Villa nuevamente y un triunfo frente al Stoke City (1-0) por el que el West Brom pagó un precio demasiado caro al sufrir la lesión de su portero titular, Ben Foster, al romperse el ligamento cruzado.

El West Brom atravesó su peor momento anímico y deportivo desde la llegada de Tony Pulis entre finales de marzo y comienzos de abril al encadenar tres derrotas consecutivas frente al Manchester City (3-0) y rivales directos como Queens Park Rangers (1-4) y Leicester City (2-3). Ni la lesión de su portero titular, ni el mal momento deportivo trastocaron los planes de Pulis en lo más mínimo. Bohaz Myhill suplió a Foster con seguridad en la recta final del campeonato, una defensa cumplidora y un centro del campo en el que hombre como Gardner, Morrison, Brunt y Fletcher se destaparon como verdaderos protagonistas fueron una retaguardia ideal para complementar el alto nivel ofrecido por los hombres de ataque, Berahino, Ideye y Anichebe, bajo la tutela de Pulis.

De esta manera, el West Brom completó un último mes de competición excelso para cerrar el año de manera impecable y sin el más mínimo sufrimiento. Entre el 18 de abril y el 18 de mayo los baggies lograron completar otro mes como invictos y ofreciendo sensaciones magníficas. Triunfos frente al Crystal Palace (0-2), pero especialmente las victorias frente al Manchester United por 0-1 en Old Trafford y la goleada por 3-0 al Chelsea campeón de liga fueron la guinda a una gran recta final de temporada. Los de Pulis completaron su mes perfecto con dos importantes empates frente a Liverpool (1-1) y Newcastle United (1-1). En la intrascendente última jornada de Premier League los baggies cayeron por 4-1 a manos del Arsenal, una derrota que estuvo muy lejos de arruinar la verdadera fiesta que estaban viviendo jugadores y aficionados durante el último mes de competición.

El West Bromwich Albion culminó la temporada en una muy meritoria 13ª posición, nada menos que a 11 puntos respecto a los puestos de descenso, y a tan solo cuatro puntos de la mitad alta de la clasificación. La temporada 2014/15 es, desde que Tony Pulis tomara las riendas del equipo, una fehaciente prueba del sobresaliente trabajo del entrenador del galés. Un proyecto que hace soñar a los aficionados baggies con la garantía de permanencia en la Premier League durante muchas temporadas, porque con Tony Pulis en el banquillo todo es posible.