No han transcurrido ni 24 horas desde que el West Ham anunciase que designaría un nuevo técnico en un plazo de dos días, cuando desde las oficinas del club se ha confirmado lo que era un secreto a voces: Slaven Bilic ocupará el banquillo de Boleyn Ground la próxima temporada.

Tras la renovación de Unai Emery con el sevilla y la difícil situación de Bielsa en el Marsella, el croata, de 46 años, se postulaba como el principal candidato a ocupar uno de los baquillos con más solera de la Premier, vacanta desde que Allardyce anunciase su marcha hace dos semanas.

Un hombre de la casa

El fichaje ha tenido una buena acogida entre la afición, pues Bilic es un viejo conocido de los hammers, ya que, como jugador, militó en el club durante algo más de una temporada.

Slaven Bilic deja su puesto en el Besiktas, tercer clasificado de la liga turca, para unirse a la disciplina del West Ham a finales de este mes. Anteriormente ocupó el banquillo del Lokomotiv de Moscú y el de la Selección de Croacia, lugar en el que sus éxitos fueron mayores.

Bilic se ha mostrado ilusionado con su llegada a lo que él define como "un club especial", y es que "estoy muy contento de volver al West Ham. Como jugador me hicieron sentir como en casa, y ahora es un privilegio y una responsabilidad llegar aquí como entrenador. Espero que equipo y afición esten unidos".

El croata ha querido mandar también un mensaje a la afición: "Quiero que toda la afición sepa que voy a darlo todo por este club. Juntos conseguiremos grandes cosas".

El primer gran reto de Bilic al frente del equipo será llevar a los irons a la fase final de la Europa League. Para ello, Bilic y los suyos deberán preparar las eliminatorias previas teniendo en cuenta que en sus manos está la ilusión de una afición que nunca deja de soñar.