Última jornada previa a los encuentros de selecciones en septiembre que nadie parece entender. Es por ello que los aficionados que se desplazaron a Anfield hoy esperaban cerrar estos primeros cuatro partidos de la temporada con una victoria que dejase a su equipo colocado en la zona alta de la tabla, el lugar en el que los más optimistas esperan terminar la temporada.

Con hambre de victoria, tras perder sus dos últimos encuentros, llegaba el West Ham a Liverpool. Tras una extraña derrota (3-4) ante el Bournemouth, los 'hammers' partían como los tapados para este encuentro en las casas de apuestas, mientras que la victoria del Liverpool parecía segura. 

Con ambos conjuntos repitiendo XIs, exceptuando el sancionado Jenkinson y el traspasado Nolan en el West Ham, saltarían al césped buscando tres puntos importantes de cara a mantener la moral para sus aficiones y saber de manera exacta dónde podrán estar a lo largo de la temporada.

Lanzini golpeó primero, Lovren se golpeó después

Bendita manía, dirán los aficionados locales, al ver a su equipo inmolarse en sólo 30 minutos. Ni tan siquiera tres tardaría Lanzini, que había pasado de la grada al once titular, en anotar un afortunado gol tras un rebote extraño que aprovecharía anticipándose a Joe Gómez y dejando a Mignolet sin posibilidad alguna con su remate en el área pequeña.

Pero Lovren volvería a dinamitar la confianza que perdió la pasada temporada y que recuperó tras un buen inicio de temporada. Con un control de balón que osciló entre lo torpe y lo dramático, regalaría un balón en el lateral de su área al West Ham que, con un potente disparo dentro del área, culminaría Noble para sentenciar, en apenas 30 minutos, un partido sin historia.

Entre medias Firmino tendría la única ocasión clara del conjunto local con un disparo con su pierna izquierda desde fuera del área que se estrellaría contra la madera, siendo así el tercer poste que el Liverpool fulminaría en dos partidos.

Coutinho, la desidia y final

El astro brasileño no parecía estar muy atento a su situación sobre el césped. La actitud defensiva del West Ham estaba poniendo en aprietos al joven atacante local, que acabaría recibiendo una tarjeta en el descuento de la primera mitad por una falta cometida tras perder la pelota. No tardaría, tras el pitido inicial de la segunda parte, en borrarse del partido con una fea entrada por la espalda llegando tarde que generaría la segunda amarilla y por tanto, su expulsión y ausencia en el próximo partido del Liverpool en Old Trafford.

Cayéndose así de uno de los partidos más importantes de la temporada, Coutinho cerraría una triste actuación en los apenas 50 minutos que disputó. Cuestionando el arbitraje, los aficionados locales se echarían encima de Kevin Friend, que de amigo tuvo más bien poco. Discutibles sus acciones o no, el público no pareció entender que la expulsión del brasileño era tan justa como merecida.

El Liverpool entró así en una fase de juego donde nada pasaría, pero el West Ham quiso dejar su huella de nuevo. Minutos antes de golpear por última vez, Kevin Friend vería una falta flagrante de un Noble ya amonestado para enviarlo a los vestuarios con una roja directa tan sorprendente como extraña. Pensando quizás en igualar las tornas, el colegiado se equivocó con su decisión ya que, como mostraría posteriormente la repetición, en ningún caso existió una entrada que pusiera en peligro la integridad del atacante.

Finalmente Sakho hundiría un poco más la poca moral que Anfield pudiese atesorar para, en el añadido, anotar el 0-3 tras una contra que los locales quisieron defender con la mirada.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Daniel Martin
Encargado sección boxeo, colaborador en F1. Viajante gracias al noble arte.