En el verano de 1996, Arsène Wenger llegó al banquillo del Arsenal y de su mano llevó a Patrick Vieira, un joven francés que era la futura perla del AC Milan, por el cual pagaron la cifra de 3.5 millones de libras, una cantidad que no sentó bien a los aficionados gunners por la juventud del francés.

Pronto demostró por qué el equipo londinense pagó lo que pagó por él. Se hizo dueño del centro del campo junto a Emmanuel Petit, formando una dupla que llevó al Arsenal a la gloria nacional.

Patrick Vieira debutó en la sexta jornada de Premier League ante el Sheffield Wednesday en Highbury. Saltó al terreno de juego en el minuto 28 en sustitución del lesionado Ray Parlour con el marcador favorable a los gunners, que perdían por 0-1 a causa del gol de Andy Booth que anotó apenas tres minutos antes del debut de Vieira.

Gracias al juego de Vieira, el Arsenal dominó por completo el partido en los últimos 15 minutos de la primera mitad, y más tarde repitió tarea en la segunda parte. Gracias a esto, consiguieron la igualada por medio de David Platt en el minuto 57 y la remontada con el hat-trick de Ian Wright (61' (pen.), 78' y 89') para finalizar el encuentro con 4-1 en el electrónico.

Poco a poco, Patrick Vieira se convirtió en un fijo en los esquemas de Wenger, y más tarde se adueñó del brazalete de capitán, hecho que logró en la temporada 2002-03. Al año siguiente, con Vieira como capitán, el Arsenal logró un título de liga histórico, ya que lo consiguió sin conocer la derrota en la competición doméstica.

Vieira saltó a la fama en el Arsenal, convirtiéndose en un jugador de leyenda para la historia de los londinenses. En el conjunto gunner se ganó un puesto fijo para la selección francesa, con la que logró alzar la la Copa Mundial de la FIFA y la Eurocopa de forma consecutiva.