Inglaterra 2-0 Estonia: La falta de puntería evitó la goleada

Ambas selecciones disputaron un partido en el que el marcador refleja lo vivido en el terreno de juego. Los goles de Walcott y Sterling le dieron la victoria a los locales.

Inglaterra 2-0 Estonia: La falta de puntería evitó la goleada
Foto: Walcott y Barkley celebrando el primer gol inglés. Fuente: UEFA.com
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Por Ivan Gomez

A pesar de la clasificación de Inglaterra para la Eurocopa de Francia y que Estonia tenía unas mínimas posibilidades para conseguir billete para la cita, en el partido se dio todo lo contrario. Durante los 90 minutos dio la sensación que quien se jugaba el pase era Inglaterra, ya que fue el claro dominador del encuentro. La poca fortuna de cara a puerta de los locales impidió que el resultado fuera más abultado, pero el 2-0 final hizo justicia a lo visto en el partido. Victoria merecida de los ingleses ante una inoperante Estonia, que bajo los brazos antes del pitido inicial. Las alineaciones iniciales del partido fueron las siguientes:

Dominio sin ocasiones

Desde el inicio del enfrentamiento, el acoso inglés fue continuo. Empezando con varios córneres sin encontrar rematador en los primeros minutos, el equipo iba haciéndose con el control del balón. Los de Rodgers estaban muy compactos y buscando siempre a Barkley como cerebro del equipo en este partido. Tras recuperación del balón, Inglaterra iniciaba la construcción de la jugada desde los centrales, con las líneas muy juntas y con muchos pases cortos, avanzando sin prisa.

Los estonios estaban muy metidos atrás con la defensa y los centrocampistas prácticamente juntos a la hora de defender, algo que hacía casi imposible realizar cualquier contraataque en algún robo de balón. Esto provocaba que la mayoría de jugadores locales estuvieran en campo rival, y junto a la solidez defensiva de Inglaterra, las contras de Estonia finalizaban en medio campo. Y, aunque Inglaterra tenía la mayor posesión de balón, la poca movilidad de sus jugadores de ataque impedía crear peligro a la portería de Aksalu.

Premio a la insistencia

Según avanzaba la primera mitad, los laterales ingleses fueron ganando terreno y comenzaron a incorporarse al ataque, llegan a poner varios centros desde la línea de fondo, algo que no había sucedido hasta el momento. Esto fue posible por el poco ataque de Estonia, lo que permitía a los de Rodgers defender con los centrales y la ayuda de Milner, dejando muchos jugadores en campo rival para una mayor presión. El dibujo que nos iba dejando el transcurso del partido, y como veíamos a los jugadores en el terreno de juego, fue el siguiente:

Tanto defender Estonia y tanta posesión y ataque de Inglaterra, se vio traducido en el gol de Walcott al filo del descanso, que remató un gran pase de Barkley entre líneas, tras una larga combinación en banda izquierda. Una larga jugada finalizada en gol, algo que buscó durante todo el partido Inglaterra, finalizar tras una larga posesión.

Segunda mitad, mismo guión

La segunda parte se desarrolló como la primera. Control total del balón por parte de la Selección Inglesa y repliegue de Estonia buscando contraataques que nunca llegaron. Rodgers, viendo las pocas ocasiones claras de la primera mitad, movió ficha y los atacantes comenzaron a tener más libertad de movimientos. Sterling aparecía por dentro debido a que Lallana se fue diluyendo y a Walcott lo vimos más cerca de Kane. El delantero del Tottenham, que atraviesa por un mal momento, estuvo muy desafortunado. En el primer tiempo la poca movilidad le impidió tener ocasiones, y en el segundo, la mala fortuna le impidió anotar.

Los cambios en ambas selecciones fueron jugador por jugador, sin modificar los dibujos que tuvieron durante todo el encuentro, y esto llevó al partido a unos minutos sin sucesos. Inglaterra iba ganando y Estonia no se creía que podía empatar, puesto que no había realizado ningún disparo a puerta. Y en una de esas largas jugadas de los locales, Vardy, recién incorporado al campo, puso un centro raso dentro del área pequeña para que Sterling rematara al fondo de la red. Con ello se culminaba una acción en la que se vio el planteamiento de la segunda parte de Inglaterra: dar amplitud al campo y llegar por las bandas.

Con el gol de Sterling, se llegaría al final del partido, dado que esos últimos minutos sirvieron de poco para ambos, sólo para dejarlos correr y que no hubieran lesionados. En definitiva, un partido pobre de ambos, donde Inglaterra pudo haber conseguido un resultado más amplio si lo hubiera necesitado y en el que Estonia no opuso resistencia. Los equipos acabaron el encuentro con estos once jugadores cada uno: