Fútbol contra el terrorismo

Wembley se tiñó de azul, blanco y rojo para recibir a la selección francesa en un partido que sirvió como homenaje a las víctimas del atentado de París. En lo puramente deportivo, Inglaterra ganó por 2-0 en un partido intrascendente.

Fútbol contra el terrorismo
El fútbol unió dos aficiones | Foto: López D.
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Por Isaac Fandos

La gente de Londres no tuvo miedo. No tuvo miedo en acudir al estadio de Wembley. Todos ellos avanzaron por la conocida avenida olímpica, hasta llegar al escenario de noches tan míticas para este deporte. Una vez dentro, el famoso arco que envuelve el estadio se iluminó de azul, blanco y rojo, al mismo tiempo que la cristalera exterior de Wembley mostraba la bandera francesa y el lema oficial de la república: “Liberté, égalité, fraternité”.

“La Marselleise” como protagonista

Todo el mundo observaba con expectación el terreno de juego cuando acababa de sonar el himno inglés: era el momento que la gente esperaba. De manera unísona, todos los espectadores empezaron a entonar la letra de “La Marselleise”, el himno nacional francés. Los 80.000 aficionados que se habían acercado a Wembley respetaron el momento y se unieron a cantar el himno, ayudados por los videomarcadores en los que se ofrecía su letra. Desde París se pudo oír este canto a la humanidad, que condenaba los atentados, y el resto del mundo pudo observar desde sus pantallas la hermandad que provocó el fútbol en Inglaterra. Además, Wembley preparó un majestuoso mosaico con la bandera francesa como protagonista.

Posteriormente se realizó un minuto de silencio sepulcral, totalmente respetado y que a diferencia de lo habitual duró sesenta segundos, en el que los jugadores realizaron un círculo alrededor del centro del campo.

El minuto de silencio más sepulcral. | Foto: El comercio

El fútbol es una de las mejores herramientas sociales que existen. Ayer pudimos observar como dos aficiones, que poco tienen en común, se unieron para respetar el sufrimiento que se vivió, y se vive, en París durante estos días. Wembley era el escenario idóneo para mostrar al mundo lo que puede lograr el deporte rey. En el estadio inglés, el fútbol denunció al terrorismo.

Inglaterra ganó un partido de homenaje

El partido se disputó, pero Francia tenía la cabeza en París. El atentado que se había cometido hace tan sólo cuatro días imposibilitó a los jugadores estar concentrados en el encuentro. De hecho, Lass Diarra perdió una prima en la masacre del Bataclan, mientras la hermana de Antoine Griezzmann se salvó de milagro. Ellos estuvieron afectados directamente, pero el resto de jugadores se enteró, en el mismo Stade de France, que la explosión que habían escuchado mientras jugaban formaba parte del atentado, además del elevado número de víctimas en los alrededores del estadio.

Los primeros diez minutos del encuentro tuvieron dominio galo, quizás motivados por las ganas de regalar una victoria a su sufrida afición. No obstante, la selección inglesa se fue haciendo con el control del partido, lo cual se materializó en el minuto 38 con un trallazo del joven centrocampista del Tottenham Hotspur, Dele Alli.

Tan sólo dos minutos después de la reanudación, Rooney sentenció el partido con un gol de volea a centro de Sterling. El encuentro se fue durmiendo, y Martial tuvo la oportunidad de meter a Francia en el partido, en una ocasión que solventó con gran acierto Butland.

La pelota no se mancha

Esas fueron las cinco palabras que un día pronunció el genio Diego Armando Maradona. El fenómeno del hooliganismo, prácticamente erradicado, manchaba el fútbol en los años 80 y 90. Actualmente, el problema es todavía más serio.

Hillsborough y Heysel se cobraron 135 víctimas. El problema era evidente, pero la causa era totalmente diferente. Antes era una serie de energúmenos que utilizaban el fútbol como excusa para emborracharse y enfrentarse a las bandas de equipos rivales. Ahora, el terrorismo atiza al deporte rey. La gente acude con miedo a los campos, y eso no se puede consentir. Todo partido va a estar sobre sospecha, y los controles van a ser muy intensos.

Londres parecía París. | Foto: ABC

No obstante, el fútbol demostró lo grande que es en Wembley. En el estadio londinense se unieron dos aficiones por una misma causa: ir en contra del yihadismo. En Wembley, el fútbol volvió a mostrar su cara más humana. Por un momento parecía que Londres era París.