El ganador del premio al mejor jugador de la Premier League de la temporada pasada, el belga Eden Hazard, se dispone a acabar el año con un agridulce recuerdo de lo que ha sido este 2015. Seguramente, cuando pasen diez, veinte o treinta años, recordaremos el 2015 de Hazard como uno de los mejores años de su carrera, donde arrasó en la liga inglesa con su equipo, el Chelsea. Pero no nos podremos olvidar de la nefasta segunda mitad de año.
Eden fue uno de los principales artífices de que el club londinense se hiciese con el doblete en la temporada 2014/15, conquistando la liga por una amplia diferencia y a Carling Cup, la copa de la liga del país británico. Destacó por encima de todos y atrajo todos los focos, pudiendo formar el excelso y limitado elenco de jugadores que intentan unirse al podio de la supremacía del fútbol mundial, ahora en presencia indiscutible de Leo Messi y de Cristiano Ronaldo y otros tantos, como Neymar o Luis Suárez. Teniendo en cuenta la primera mitad de año, Hazard podría ser perfectamente el tercero o el cuarto en discordia.
Por desgracia para el belga, el 2015 de Hazard no solo será recordado por las hazañas que consiguió hasta el mes de mayo, sino que también se recordará por la flojísima actuación de la segunda mitad de año. Un bajón considerable, histórico, que se puede deber a muchas causas y que ha desembocado en varias consecuencias. La más relevante, que José Mourinho haya dejado de ser entrenador del Chelsea, dejando al equipo quinto por la cola en la clasificación.
Cierto es que Mourinho ha tenido que pagar los platos rotos en el enésimo proyecto ganador de Roman Abramovich. Y es lo normal, por lo que parece el portugués ha sufrido otra vez 'la maldición del tercer año' y todo ese ambiente feliz y, por consiguiente, ganador que había el año pasado en la entidad londinense ha dejado paso a las hostilidades, las malas caras, el bajísimo rendimiento y por supuesto, el mal juego.
Pero a pesar del mal papel de Mourinho, hay que destacar también que muchos de los jugadores de la plantilla 'blue' que el año pasado mostraron un altísimo nivel, ahora no son quien eran. O al menos no lo demuestran. Ese es el caso de Eden Hazard, cuyo estado de forma no ha ayudado a que el club deje de coquetear con el descenso y por fin mire para los puestos altos de la clasificación. Las cifras hablan por sí solas, y es que el canterano del Lille no ha marcado ni un solo gol en lo que llevamos de temporada. En 16 partidos en liga, lo más destacado que ha hecho ha sido dar tres asistencias y ver una tarjeta amarilla. Muy lejos quedan los 14 tantos que consiguió en liga el año pasado. Es cierto que queda medio año, pero ahora mismo parece imposible que Eden pueda mejorar, o ni siquiera asemejar sus cifras goleadoras a las del año pasado o el anterior (también 14 tantos en competición liguera).
En Champions, más de lo mismo: una asistencia en 6 partidos. Ni un gol. En casi cuatro meses de competición, el extremo del Chelsea no ha hecho ni un solo gol. Todo puede estar relacionado con una posible mala relación con Mourinho, pero tampoco es excusa, al igual que las cifras del resto del equipo, que es decimosexto en liga, habiendo conseguido 15 de los 58 puntos posibes en 16 jornadas. El Chelsea es el sexto peor equipo en diferencia de goles y el tercer equipo con más derrotas cosechadas, 9, triplicando las cifras de todo el curso liguero pasado. Y lo que es más importante: todo esto, contando con uno de los mejores presupuestos de la liga, con una plantilla valorada -según Transfermarkt- en más de 540 millones de euros, una de las más valiosas del mundo por detrás de Madrid, Barça y Bayern.
Si Mourinho era el problema, el belga y sus compañeros ya tiene vía libre. El 2016 puede servir para que Hazard y el Chelsea se despierten de la pesadilla, o que sigan sufriendo dormidos. Futbolísticamente hablando.