Resultado gafas. Empate sin goles entre Watford y Chelsea en la jornada 24 de la Premier League. El partido entre semana no cambia absolutamente nada: el Watford escala un puesto más y el Chelsea sigue en la decimotercera posición. Reparto justo de puntos entre los dos equipos.
El partido fue bastante flojo y previsible de principio a fin. El Chelsea, con Fàbregas en la media punta y con Mikel y Matic haciendo pareja de contención en el medio del campo, intentó asegurar la posesión. Los de Hiddink siguen fieles a la posesión y el control del balón. A pesar de que consiguieron su objetivo, tener el balón no les sirvió de nada. Muy poca mordiente arriba y poco peligro en las botas del ataque Blue.
Mientras, el Watford de Quique Sánchez Flores, una de las grandes revelaciones de la presente temporada, mostró un estilo de juego bastante simple y algo rácano. Intentaron rascar cualquier ocasión a balón parado y no pasaron de medio campo con el balón jugado. Siempre pelotazo y patadón a seguir desde atrás. Las contadas ocasiones de los locales en el partido se resumen en un simple cabezazo a la salida de un córner del central austríaco Sebastian Prödl y de un disparo de José Holebas en la segunda parte, que se marchó desviado a la izquierda de la portería de Thibaut Courtois. La ocasión del griego fue la mejor que tuvieron los de Watford, aunque Ettiene Capoue también llegó con peligro en la primera parte al área del Chelsea. Un Chelsea que sigue mostrándose seguro atrás con la pareja Terry - Zouma, a pesar de las carencias que han demostrado muchas veces a lo largo de esta temporada. Cahill está relegado al banquillo e incluso se especula con una salida del equipo.
Los minutos fueron acumulándose y el partido no daba para más. El Watford realizó los tres cambios, dando entrada a Nyom, Abdi y el debutante Mario Suárez, que vuelve a ponerse a las órdenes de Quique, como ya lo hizo en el Atlético de Madrid hace 5 años. El español salió en el 87' y no tuvo tiempo de hacer casi nada. Los atacantes, dos de las revelaciones de la temporada, Troy Deeney y Odion Ighalo, no tuvieron muchas oportunidades más de generar peligro.
Por su parte, a Guus Hiddink le faltó algo de chispa a la hora de hacer sustituciones. El Watford se reforzó bien y dio más aire al equipo, pero el Chelsea apenas cambió nada. Eso sí, lo que hizo, lo hizo bien. El holandés sacó a Matic del campo y dio entrada a Hazard, que cuajó una buena actuación. Con el belga en el campo el Chelsea gozó de sus mejores oportunidades, como un par de tiros desde dentro del área de un flojo Oscar, muy intermitente durante todo el partido, y la mejor de todas: un cabezazo a bocajarro de Diego Costa en el minuto 89 que el veterano Heurelho Gomes se encargó de salvar milagrosamente, estampándose contra el palo. El belga también le dio una asistencia de oro a Branislav Ivanovic, que subió a rematar en el área en una llegada de los londinenses. Gomes, en un gran estado de forma, atajó el balón y mantuvo todo el partido su portería a cero.
Esa última ocasión cerró el partido. Poco más que destacar en un partido que nos mostró la cara B de la Premier, la de esos partidos que, si no se juegan, no pasaría absolutamente nada. Watford y Chelsea no ofrecieron mucho espectáculo y no pudieron igualar el gran partid que firmaron en la ida (2-2).