Hace apenas cinco años Rafa Benítez asistió a una entrevista con el presidente del Aston Villa de cara a una posible incorporación como entrenador de los villanos de manera inmediata, pero algo de lo que allí observó no terminó de convencerle y pidió que no se le considerase para el puesto. Poco tiempo después el Villa es una broma de mal gusto y se ha convertido a pesar de su rica historia en el hazmerreír del país.
Sin embargo el técnico español podría acompañarles esta misma campaña en el descenso al Sky Bet Championship de no conseguir un resultado positivo en la tarde del sábado. En los últimos partidos se ha visto un absoluto cambio de actitud respecto al conjunto que deambulaba por los terrenos de juego de Inglaterra y el objetivo de la salvación está más cerca de lo que lo ha estado nunca este año. En frente tendrán a un conjunto desahuciado al que la temporada se le está haciendo extremadamente larga y en el que cada aparición en Villa Park es un auténtico suplicio. Dos situaciones similares frente a frente donde unos se juegan la vida, y los otros están mentalmente de vacaciones desde hace semanas.
Sin héroes a la vista, un club lleno de villanos
Toda afición que en algún momento se sienta tentado de llamar mercenarios a los jugadores de su equipo, debería echarle primero un vistazo a la temporada del Aston Villa. Un club histórico que desde que la Premier League se llama así nunca ha descendido de categoría, campeón de Europa, con una plantilla de futbolistas teóricamente capacitados, que terminan haciendo uno de los ridículos más sonados de los últimos años. Su capitán va de escándalo en escándalo hasta que no le ha quedado otra opción que renunciar a la capitanía. Dos cambios de entrenador a mitad de temporada que no consiguen en absoluto enderezar el rumbo del vestuario. Un jugador llamado a ser importante esta temporada que se limita a hablar de su imponente coche descapotable tras una embarazosa derrota para más tarde afirmar que el descenso es una liberación. Lescott afirmó que se habían quitado un peso de encima certificando su última plaza y desde entonces el Villa Park es un fortín a punto de estallar.
El Aston Villa acumla ya 12 derrotas consecutivasLa afición no aguanta más y se asegura de recordárselo a los dueños del club en cada encuentro, de manera que el ambiente se enrarece más aún en cada partido. Con una cifra ridícula de 16 puntos, hace apenas una semana estuvieron a punto de lograr una victoria como visitantes, pero un Watford sin nada en juego consiguió darle la vuelta al partido con dos tardíos goles, enviando el mensaje de que si quieres, puedes ganarle al Aston Villa en cualquier momento.
Los villanos han sido el equipo más consistente de la categoría sin cambiar su estado de forma un ápice en todo el año. En este momento suman once derrotas consecutivas y hay que remontarse al mes de febrero para encontrar la última victoria, un 2-0 ante el Norwich que más tarde se demostró no era más que un espejismo. El equipo cerrará la temporada casi con total seguridad sin conseguir enlazar dos victorias consecutivas, siendo su mejor momento del año el comienzo de 2016 cuando Remi Garde consiguió una victoria y dos empates. Desde entonces el club solo rompe récords negativos y el mayor miedo de sus seguidores es que mucho tienen que cambiar las cosas para conseguir un regreso temprano a la mejor liga del mundo, y corren el riesgo como tantos otros equipos grandes de terminar perdiéndose en las categorías inferiores del fútbol inglés.
El efecto Benítez
Muchos de los jugadores del Newcastle se encontraban anímicamente en una situación similar a mediados de la temporada como la de sus compañeros del Aston Villa, y sin embargo la llegada del internacionalmente reputado técnico español, ha hecho que las cosas cambien de aspecto. Benítez ha cambiado en parte la forma de hacer las cosas, ha realizado algunos pequeños ajustes tácticos, pero sobre todo ha dotado de confianza y moral ilimitada de lucha a unos hombres que parecían entregados. Darle la capitanía a Sissoko para mostrar su entendimiento y apoyo a la parte francófona del vestuario se ha demostrado como un gran acierto, y en las ruedas de prensa del madrileño se puede escuchar sobre todo una palabra: espíritu.
Con 33 puntos el equipo se encuentra por primera vez en muchos meses fuera de la zona de descenso, pero la parte que más invita al optimismo es que se han conseguido ocho de los últimos 12 puntos posibles, y sobre todo que ha sido ante rivales como el Liverpool o el Manchester City entre otros. Las remontadas y goles en los últimos minutos se están convirtiendo en la seña de identidad de las urracas que nunca dan un balón por perdido.
El Newcastle ha conseguido 8 de los últimos 12 puntos posiblesEl otro motivo para creer que la permanencia es posible, es que los dos últimos encuentros se los disputará a equipos sin nada por lo que luchar, como son los villanos y el Tottenham, que hace unos días vio cómo su empate en Stamford Bridge le daba el título liguero al Leicester City. Si el Newcastle consiguiese derrotar a su rival de este sábado se situaría en la clasificación con 36 puntos, una cifra que habría sido suficiente en cuatro de las últimas siete temporadas para seguir en la Premier League. Sus rivales más directos, Sunderland y Norwich tienen duelos muy complicados ante rivales difíciles como Chelsea y Manchester United respectivamente, por lo que tratarán de aprovecharse de un equipo que durante toda la campaña se ha limitado a regalar puntos a sus rivales.
Desde Francia con indiferencia
Mientras los grandes de la Premier League no tienen limitaciones a la hora de firmar jugadores, los equipos de la parte media-baja de la tabla no encuentran un mercado apetecible que les permita completar una plantilla a un coste razonable ofreciendo unos salarios atractivos.
Newcastle y Aston Villa (sobre todo el primero) lleva varios años mirando a la Ligue 1 para reforzar sus plantillas con hombres consolidados en una liga competitiva sin tener que desprenderse de grandes cantidades de dinero. Cabella, Thauvin (cedidos en estos momentos) Sissoko, Saivet, Gouffran, Haidara, Riviere y los recientemente liberados Obertan y Marveux forman parte de la primera plantilla de las urracas, circunstancia que llevó a Benítez a otrorgarle la capitanía al ex centrocampista del Toulouse.
En el Aston Villa tenemos como ejemplos a Jordan Amavi, Ayew, Gueye, Cissokho, Veretout, N’Zogbia y en menor medida, Rudy Gestede, pues lleva varios años en Inglaterra.
Aunque la fórmula ha sido exitosa en muchos de ellos, la gran mayoría pasarán sin dejar huella por el vestuario de sus equipos, y se irán sin llegar nunca a comprender el significado de clubes tan grandes con un valor sentimental tan importante para sus seguidores. Cuando las cosas se ponen feas en estos equipos, el vestuario comienza a formar guetos y muchos tienen la mente ya en encontrar un equipo nuevo de cara a la siguiente temporada. Muchos habituales a St. James’ Park o a Villa Park observa con extrañeza como un técnico francés como Garde es considerado la mejor opción para darle la vuelta a un vestuario tan complejo como el del Villa, o como el español recién llegado tiene que recurrir a un francés para liderar al equipo en el campo. A fin de cuentas cuando la pelota decide entrar, nadie se queja, pero en estas circunstancias, se necesitan soluciones rápidas, y la primera de ellas debe ser recuperar el espíritu de lo que un día les hizo grandes.
Posibles onces iniciales
Aly Cissokho vio la cartulina roja en el último encuentro del Aston Villa ante el Watford, y con las lesiones de larga duración de Amavi y Richardson, Erik Black podría cambiar el sistema a una defensa de tres centrales donde el joven Kevin Torner podría tener su oportunidad de ganarse un puesto de cara a la próxima temporada.
Por su parte Rafa Benítez no tiene ningún nuevo lesionado y recupera a Daryl Janmaat, aunque el buen hacer de Anita en el lateral derecho hace improbable que el madrileño decida devolverle el puesto a las primeras de cambio. Como cada semana Mitrovic y Cissé vuelven a disputarse un puesto en ataque con el serbio ganándose cada vez más el favor de la grada.
