En la memoria colectiva del fútbol portugués, la 'Geração de Ouro' forma parte de uno de los momentos álgidos de su historia reciente en el que hicieron su presentación mundial un grupo de jugadores que, con el paso del tiempo, devolverían al país vecino a la primera línea del fútbol mundial. Aunque lamentablemente todos ellos se han ido retirando sin alcanzar títulos oficiales con la selección absoluta (la final de la Eurocopa 2004 en Portugal y la semifinal del Mundial 2006 en Alemania han sido sus mejores logros), su influencia en el fútbol del país vecino ha sido, y sigue siendo, un modelo de trabajo y un espejo en el que fijarse.

Para quien no lo sepa, esta generación de oro está formada en realidad por dos grupos de jugadores (sólo João Vieira Pinto y el portero Brassard forman parte de ambas convocatorias) que ganaron dos mundiales consecutivos Sub-20; el primero en Ryad (Arabia Saudí) y el segundo en casa, dos años después.

Campeonato del Mundo 1989 (Ryad): Bizarro, Brassard, Abel Silva, Morgado, Paulo Madeira, Valido, Fernando Couto, Tozé, Paulo Sousa, Hélio, Filipe, Xavier, Resende, Amaral, Folha, Jorge Couto, João Vieira Pinto, Paulo Alves.

Campeonato del Mundo de 1991 (Lisboa): Brassard, Abel Xavier, Rui Bento, Jorge Costa, Paulo Torres, Peixe, Figo, Rui Costa, Gil, João Vieira Pinto, Toni, Tó Ferreira, Cao, Capucho, Tulipa, Luis Miguel, João Oliveira Pinto, Nelson.

Foto: zerozero.pt

Aunque por edad Vítor Baia forma parte de la misma generación, esa temporada no se incorporó a la selección al hacer la pretemporada con el primer equipo del FC Oporto. Como es bien sabido, el seleccionador era Carlos Queiroz, y su ayudante Nelo Vingada, cuyas carreras deportivas, sobre todo la del técnico de Nampula, quedan marcadas por este éxito.

Luís Figo o Rui Costa son algunos de los grandes jugadores de esta generación

Al analizar los nombres que integran ambas convocatorias, se pueden encontrar los nombres de algunos de los jugadores más grandes de la reciente historia del fútbol portugués (Figo, Rui Costa, Fernando Couto, Paulo Sousa o João Vieira Pinto), cuya influencia ha sido fundamental para que la selección nacional y el fútbol portugués estuviese en una posición de privilegio a lo largo de las últimas tres décadas.

De hecho, y para entender su importancia, entre la fecha de ese Mundial en Portugal (1991) y la derrota en el Mundial de Alemania (2006), sólo en once partidos ningún jugador perteneciente a este grupo formó en el once inicial de la selección absoluta. Además, en muchos partidos llegaron a jugar hasta siete, lo que es una buena muestra de la relevancia que este grupo de jugadores tuvo y tiene, no sólo de forma directa, sino en la historia y en la memoria del fútbol dos nosos irmãos. (La comparación con la generación de oro del baloncesto español, que se dieron a conocer precisamente en el mundial junior del 99 en Lisboa, es el mejor y más cercano ejemplo para comprender su importancia).

Por supuesto, más allá de los éxitos y el mediatismo que alcanzaron los nombres más reconocidos, los componentes de este grupo siguieron carreras bien distintas en el mundo del fútbol. Muchos fueron jugadores de nivel buen nivel con una dilatada carrera (Abel Xavier, Jorge Costa, Peixe, que fue Balón de Oro del Mundial de Lisboa, Folha, Paulo Alves,...) y otros tuvieron una carrera deportiva mucho más discreta. De hecho, quince de sus miembros nunca llegaron a ser internacionales absolutos.

Aunque sí han salido grandes jugadores portugueses, pero citar nombres es innecesario, pues son de sobra conocidos, no ha vuelto a aparecer un grupo de jugadores tan talentosos y con unas carreras deportivas tan poderosas como esta generación nacida en los años 1969, 1970 o 1971 cuya influencia ha sido tan significativa, no sólo en el fútbol local, sino en los distintos países en los que estos futbolistas desarrollaron sus carreras deportivas.

Las referencias a este grupo son constantes a la hora de analizar el devenir de las distintas selecciones portuguesas que, después de una época difícil, en los últimos años vuelven a aparecer en las fases finales de las competiciones europeas y mundiales. De tal modo que en Portugal siempre se ha esperado encontrar un nuevo grupo de jugadores capaces de reeditar los éxitos y, sobre todo, la ilusión que esta generación transmitió durante más de quince años, algo que, posiblemente, no suceda nunca.

Así pues, antes de que se cumplan las bodas de plata de esta generación, es hora de reconocer de forma merecida este acontecimiento y la merecida fama que arrastra en el fútbol portugués, porque no se puede entender ni analizar la realidad actual sin tenerla en cuenta.

Para saber más, aquí están las fichas de los jugadores que la formaron, los clubes en los que militaron y otras estadísticas relativas a su carrera internacional.

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