Se disputaba la primera jornada de la segunda vuelta de la Fase de Grupos de la UEFA Europa League y el Futebol Clube Os Belenenses recibía en el Estádio do Restelo a todo un líder de grupo que, además, lidera su liga nacional, el Football Club Basel.
Los azulgrana visitaban la capital lusa con la intención de vengarse por la derrota que sufrieron ante el propio Belenenses en el St. Jakob Park en un partido en que los pasteles hicieron historia al conseguir su primera victoria en una competición europea y parecía que podrían ser la sorpresa del grupo ya que en la primera jornada tampoco perdieron y lograr la victoria en Suiza tras caer por cero goles a cuatro en casa ante la Fiorentina, en un partido que mermó la moral de los lisboetas, sorprendió a todos. Bueno, pues poco duró la alegría en el Restelo. La visita del Basel devolvió a la tierra a los pasteles y les dejó claro que tendrán que hacer mucho más para lograr esa utópica clasificación.
Sin chut no hay gol, sin gol no hay victoria
Jorge Simão, consciente de la inferioridad de los suyos frente a su rival, planteó un partido completamente defensivo en el que buscar el gol con alguna jugada a la contra en la que acercarse a las inmediaciones de la portería defendida por Vaclik. Esas jugadas llegaron a lo largo del partido, pero poco y mal. Los pasteles no consiguieron dirigir ninguno de sus paupérrimos tres disparos al arco de la portería de los suizos. Sí, han leído bien, tres disparos en los noventa minutos. Unos números muy negativos para un equipo de Europa League.
En definitiva, que el partido planteado por el conjunto de la capital portuguesa más parecía del puro catenaccio italiano a un partido del fútbol moderno. Pero, en la primera mitad, parecía ser efectivo, los de casa estuvieron muy cerca de irse con el cero a cero al descanso de no ser por el penalti transformado por Marc Janko que puso a los suizos por delante en los minutos de descuento.
Tal vez, las ausencias de Carlos Martins y Miguel Rosa, mermaron mucho al Belenenses de cara a portería. Dos oportunidades de gol en 90 minutos -una de Tiago Silva en la primera parte y otra de Luís Leal en el descuento del partido - son muy pocas para intentar ganar. Así mismo, el Basilea, que este año albergará la final de la Europa League en su estadio, tiene serias aspiraciones para poder llevarse el título.
Embolo, diamante en bruto
Con apenas 18 años, este extremo diestro de origen camerunés pero pasaporte suizo, está maravillando al mundo del fútbol y ya está siendo relacionado con grandes clubes del panorama europeo, aunque por ahora él se mantiene firme en que quiere seguir en Basilea.
En el Restelo demostró a los pocos aficionados pasteles que se dejaron ver por las gradas del estadio por qué se habla de él las maravillas que se hablan. En el minuto 64, aprovechando un error defensivo, se plantó frente a Ventura y, con un sutil toque de puntera dejó atrás al guardameta para, a placer, rematar a portería situando en el marcador el definitivo 0-2 que dejaba a los locales sin ningún tipo de posibilidad de puntuar.
En Lisboa como en casa
Pese a que el partido se disputaba a una más que considerable larga distancia, los más fieles al FC Basel se dejaron ver por el estadio lisboeta, y no, no eran pocos. Alrededor de un millar de aficionados azulgranas poblaron las gradas del Restelo haciéndose notar desde mucho antes de que el colegiado hiciese sonar su silbato. En cambio, la afición pastel apenas llenó las gradas dejando que el partido más pareciese que se jugaba en el St Jakob Park.