Historia de una pesadilla a la portuguesa

Portugal disputará ante Francia la segunda final europea de su historia. Inevitable es echar la vista atrás y recordar qué ocurrió en esa primera final de los lusos. En Lisboa, el fútbol portugués escribió su página más negra. En casa, ante los suyos, siendo favoritos, los hombres de Scolari cayeron derrotados en la finalísima de la Euro 2004 contra Grecia. El objetivo de este domingo, espantar unos fantasmas que duran ya más de doce años.

Historia de una pesadilla a la portuguesa
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Por Nehemías Dorta

Pesadilla. Una de las palabras que muy pocos quieren pronunciar. Según los académicos, una pesadilla se define como un "sueño desagradable que produce angustia, ansiedad, miedo o terror". Sin embargo, hay que ver más allá, hay que buscar una segunda acepción. Una pesadilla también es una persona o un hecho tan desagradable que con sólo pronunciarlo ya inspira terror y preocupación. 

En el mundo del fútbol, todos los equipos tienen su pesadilla particular. El Real Madrid tiene aquel 2-6 del Barcelona de Guardiola y los blaugranas aún tienen presentes el 0-7 global que le endosó en Champions el Bayern de Múnich. Ocurre también esto a nivel de selecciones. La pesadilla de los cuartos de España ante Corea del Sur; la pesadilla de Brasil con el 1-7 de Alemania...y luego está la final entre Portugal y Grecia. La página más negra de la historia del fútbol portugués se escribió en Lisboa en 2004.

La final de Lisboa ha sido el episodio más negro del fútbo luso

Muy pocos podrían augurar que Portugal jugaría la final de esta Eurocopa de Francia. El juego de los lusos, siempre discutido a lo largo del torneo, ha ido avanzando de tal manera que sin hacer ruido, los portugueses iban superando ronda a ronda. Algunas veces en la prórroga, otras en la tanda de penaltis. Aún así, y siempre contra corriente, el combinado del país vecino ha conseguido meterse en la segunda final de su historia. Sin embargo, por mucha alegría que pueda haber en las filas portuguesas, es inevitable echar la vista atrás y volver a resucitar los fantasmas de 2004.

Fotografía: Eurosport
Fotografía: Eurosport

Para muchos entendidos en el mundo del fútbol, Grecia no ganó la Eurocopa doce años atrás. Fue Portugal la que tuvo el trofeo en sus manos, estuvo a punto de tocarlo dedos, pero lo perdió. El sueño se transformó en pesadilla. Y fueron los helenos que, como si de una gesta épica de Homero se tratase, se alzaron como los reyes de Europa en la guarida del enemigo. Contra todo pronóstico. Cuando nadie apostaba por ellos.

Y es que parecía desde el partido inicial que aquella Eurocopa tenía ya grabada las letras de Portugal en el trofeo. Todo el país se volcó en la competición, se invirtieron millones y millones de euros en infraestructuras y se construyeron colosales estadios dignos de un torneo como la Euro. De hecho, el imponente Estádio da Luz, hogar a día de hoy del Benfica, fue erigido para albergar la final de esta Eurocopa.

Grecia también venció a Portugal en la fase de grupos

Se suele decir, y con bastante razón, que el ser humano es el único capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Muchos recuerdan la final de aquella Eurocopa, de cómo los griegos se alzaron con la copa ante la desolación lusa. Sin embargo, pocos recuerdan que el partido inicial de esta Eurocopa fue otro Portugal-Grecia, y fueron también los helenos los que se hicieron con la victoria. Karagounis primero y Basinas después anularon el tanto de Cristiano Ronaldo desde el punto de penalti. No fue en Lisboa, sino el Porto, y fue un duro jarro de agua fría para los portugueses. Parecía que en la final Portugal aprendería la lección, pero ya se vería que la realidad sería muy distinta.

Fotografía: Laurence Griffiths | Getty Images
Fotografía: Laurence Griffiths | Getty Images

Después de la derrota portuguesa en el partido inicial, se tendió una alfombra roja desde Lisboa. Desde el pitido inicial de la segunda jornada hasta el saque de centro en la final, a Portugal le salieron las cosas de cine. Ganaron todos los partidos, apenas encajaron goles y tuvieron incluso la fortuna que hace falta en las fases finales de los grandes torneos. Empezó todo con Rusia, donde Portugal venció y convenció con un claro 0-2 gracias a los goles de Maniche y Rui Costa.

Se llegaba a la última jornada de la fase de grupos y todo quedaba por decidirse. Grecia y España habían empatado y estaban en la parte alta del grupo con cuatro puntos con cada uno, mientras que Portugal estaba en el abismo con tres. Quedaba el derbi ibérico, aquel memorable partido entre Portugal y España. Y fue entonces cuando la máquina lusa volvió a carburar y con un excelente disparo de Nuno Gomes, los lusos expulsaban a España de la Euro y daban una de las grandes sorpresas de aquella Eurocopa. Además, en esa misma jornada Rusia ganaría a Grecia, por lo que Portugal sería líder de su grupo.

Fue Portugal la que eliminó a España en la fase de grupos

La chispa de la fortuna volvió a saltar en los cuartos de final. Portugal mediría fuerzas con Inglaterra, la siempre favorita que siempre fracasa. Owen adelantó muy pronto a los británicos y los lusos tuvieron que esperar bastante para empatar el choque. Fueron en los últimos minutos del partido cuando Hélder Postiga empataba y ponía patas arriba el Estádio da Luz. En la prórroga, Rui Costa y Lampard anotarían sus goles y hacían que con un 2-2 se decidiera todo desde el punto de penalti. Falló Beckham y erró Darius Vassell, Ricardo se erigió como héroe de Portugal. A semifinales de la forma más tensa posible, y a prepararse para la primera gran actuación de Cristiano Ronaldo.

Nuno Gomes celebra su gol a España | Fotografía: UEFA
Nuno Gomes celebra su gol a España | Fotografía: UEFA

Y es que el astro del Real Madrid cuajó un partido casi perfecto ante Holanda en semifinales. Anotó el primer tanto del encuentro y sin duda fue el más destacado de los suyos. Maniche ampliaba diferencias en la segunda parte y pese a que Andrade anotó en propia puerta al poco tiempo, Portugal supo sufrir y certificó el pase para la primera final de su historia. Todo eran fiestas en el país vecino, más aún cuando se conocía que sería Grecia el rival de los lusos en Lisboa.

La capital lusa se vistió de gala, la ocasión lo merecía. El día de partido de había marcado con una enorme x en todos los calendarios del país. Las entradas se habían agotado el primer día que salieron a la venta. Cerca de 63000 personas abarrotaron las gradas del Estádio da Luz en el que era el partido más importante del fútbol luso hasta la fecha. No se podía fallar, todo el mundo imaginaba cualquier resultado menos el que ocurriría en aquella negra tarde lisboeta.

El gol de Charisteas viene del único córner de Grecia en todo el partido

Echó a rodar el balón y con el pitido inicial se abrió el libro de Homero. Grecia erigió una impenetrable muralla defensiva, como si se tratasen de los muros de la mística Troya. Todos los ataques portugueses se estrellaron en aquella sólida defensa helena. Y cuando los griegos fallaban en las líneas, allí estaba el eterno Nikopolidis para salvar los muebles. El partido por momentos se trabó en el centro del campo. No era la típica final donde hay miedo a perder por parte de los dos equipos. Era un partido donde el público jaleaba a Portugal para que marcara lo antes posible. Entraba la ansiedad, y con ella las precipitaciones. La desgracia no tardó en caer sobre en Estádio da Luz.

Corría el minuto 57 de partido. Primer y único saque de esquina favorable a Grecia en todo el choque. Zagorakis ejecuta y en un error de marcaje, Angelos Charisteas se anticipa a la salida de Ricardo y marca de cabeza. Así, sin más. Años y años de trabajo, de ilusiones, de partidos sufridos, de mil alegrías. Nada de eso importaba, todo se esfumaba con gol de Charisteas. Y si ya era difícil batir a los griegos con el partido en tablas, hacerlo ya con un 0-1 se tornaba imposible. 

Imagen del gol de Charisteas en la final | Fotografía: Alex Livesey// Getty Images
Imagen del gol de Charisteas en la final | Fotografía: Alex Livesey// Getty Images

Portugal tuvo más de media hora para volver a llevar el empate al partido, pero de nada sirvió. Ni Deco, Rui Costa, Lúis Figo, Maniche, Nuno Gomes...aquella Geração de Ouro no pudo hacer nada con uno de los mejores partidos defensivos de la historia del fútbol. Tampoco un joven Cristiano Ronaldo, que se derrumbó en lágrimas con el pitido final. El jugador del Real Madrid y Ricardo Carvalho son los únicos supervivientes de aquella fatídica noche. Muchos partidos han pasado desde entonces, pero la herida sigue abierte. Una herida que podría cerrarse este domingo.

La estadística dice que Portugal nunca ha ganado en Francia en partido oficial. La estadística dice que el gran favorito es el conjunto galo. Pero sería imprudente afirmar que Portugal irá a ganar para acabar con esos números. Son los fantasmas de Lisboa los que quieren espantar los portugueses. La final contra Grecia fue hace ya doce años, pero para muchos aficionados lusos es como si se hubiera disputado ayer. En las manos de Cristiano, Nani, Quaresma y compañía está el hacer olvidar aquella pesadilla. La pesadilla que marcó a una generación. Una pesadilla en forma de un Portugal 0-1 Grecia.