La grandeza se demuestra con proezas. O hazañas, en su defecto. Hechos que se anclan en la memoria de los aficionados y evitan su olvido prematuro con la misma fobia que emana un felino hacia un barreño de agua. Nadie desea borrar del armario de recuerdos los momentos que vertieron lágrimas sobre sus mejillas ni tampoco las instantáneas que encumbraron una leyenda. Durante los últimos 11 años, fue España la que contrajo más admiración al tiempo que las gargantas gritaban “¡Campeones!”. Hasta seis veces por cinco del resto de Europa. Esta vez, en Tiflis (Georgia), FC Barcelona puede gritar por séptima vez.

Se llama UEFA Futsal Cup.

Territorio, por tanto, afable. Nadie ganó más que España en las once ediciones anteriores, símbolo de una minuciosa dedicación por el hermano menor del fútbol dentro de la península ibérica. Playas de Castellón (2), Inter Movistar (3) y el ya nombrado FC Barcelona Alusport son los tres conjuntos hispanos que consiguieron alzar el trofeo. Atrás quedan el resto de campeones continentales con una sola antorcha: Action 21 Carleroi (Bélgica), MFK Dinamo Moscú (Rusia), MFK Viz-Sinara Ekaterinburg (Rusia), Sport Lisboa e Benfica (Portugal) y Città di Montesilvano (Italia).

El pabellón Sportis Sasakhle de Tiflis albergará la duodécima final en la que participan, además de los pupilos de Marc Carmona, MFK Dinamo Moscú (verdugo de ElPozo Murcia), Iberia Star Tblisi (anfitrión) y Kairat Almaty (Kazajstán). Antes, repasemos cada una de las ediciones de la máxima competición continental dentro del mundo futsalístico. En nueve de ellas hubo representación española en la final.

Las hazañas pretéritas

Hubo que esperar cuatro años para que el trofeo europeo dejara de vestir ribetes rojigualdas, una época de mayor esplendor para equipos que hoy en día luchan por recuperar la historia que les hizo retumbar su nombre por todo el mundo. Fue el caso de Playas de Castellón (vencedor en 2002 y 2003) y Boomerang Interviú (2004, ahora Inter Movistar) como célebres inauguradores de la competición. Siempre despiadados, restringieron el acceso a ninguna otra escuadra que no portara el origen ibérico serigrafiado en su estigma. Casi una década después, los castellonenses deambulan por la Segunda División sin opciones de acceder a la máxima categoría mientras los madrileños aún no encuentran la identidad de antaño, aunque siguen dentro de la nobleza.

En 2005 se produjo un cambio de tendencia, quizá merecido, puesto que el Action 21 Charleroi fue la cabeza guillotinada ante Playas en sus dos primeros años. Tres finales en cuatro citas supusieron un registro elevado para los belgas, plagados en sus filas por jugadores suramericanos (principalmente brasileños) que finalmente reconquistaron el terreno. Por primera vez, un equipo español no gritaba. Y había nuevos inquilinos, frescos y motivados: Rusia (Dinamo Moscú) y Portugal (Benfica) ya se asomaban en los últimos partidos, aunque sin suerte.

Pronto finalizó el periplo del trofeo más allá de la cordillera pirenaica. Doce meses después de que los belgas arrebataran el título, Boomerang Interviú conseguía su segundo entorchado ante el Dinamo Moscú (por segundo año consecutivo subcampeón) y empataba así en el casillero a Playas como equipos más laureados (lo adelantaría en 2009, pero no sean impacientes, queda mucho).

La edición de 2007 trajo consigo varios cambios tanto en el campeón como el formato. Se estrenaba la Final Tour (final a cuatro) y se olvidaban las eliminatorias directas que, incluso, permitieron finales a doble partido para satisfacción del aficionado. Esta vez, los cuatro equipos presentes en semifinales se concentrarían en una misma ciudad para disputarse entre ellos el torneo. Murcia la estrenó y alojó a Inter, ElPozo, Dinamo y Charleroi, campeones de sus respectivos grupos de ronda Élite, pero el vencedor, al igual que hicieron los belgas con su primera corona, alzaron el trofeo a la tercera final disputada frente, precisamente, su verdugo el año anterior (la máquina verde). Los moscovitas presumían, por fin, de haber ganado a Europa.

Un año después, la copa no se movería de Rusia emulando la retención hispana en el lustro anterior. Sorprendentemente, no fue el Dinamo quien la retuvo, sino el debutante MFK Viz-Sinara Ekaterinburg. Y eso que accedió a la competición de rebote puesto que sus compatriotas de la capital participaron en condición de defensor del título. Sin haber ganado una liga de su país, los de Ekaterimburgo fueron el segundo conjunto novicio (tras Playas de Castellón) en vencer en su primera participación (Montesilvano lo haría en 2011 y FC Barcelona Alusport, en 2012).

El dominio de los rusos comenzaba a cuestionar la hegemonía española, pero lo cierto es que ahí terminó el florecimiento de los mismos, ya que no ganan un torneo continental de clubes desde entonces. En cambio, Inter Movistar sí que lo hizo y se convirtió en el primer tricampeón continental (y único hasta la fecha). Lo hizo, además, frente a un equipo ruso (Ekaterimburg). Qué cosas.

Quinto título español en ocho años. Dominio absoluto.

Hubo sequía hasta 2012. En parte, gracias a que Benfica quiso brindar a su propia afición, en Lisboa, algo de alegría frente a Inter Movistar. El jugador que consiguió el gol de la victoria, Devi, también fue campeón con el Action 21 en 2005, los dos equipos, hasta ese momento, que no eran ni españoles ni ruso. Eligió bien Devi.

Por si fuera poco, después de Portugal, otro país inscribió su bandera entre los galardonados europeos. Fue Italia y su estilete, Montesilvano, se unió al grupo de exitosos debutantes tras derrotar al Sporting de Portugal en la final. De estar forma, las cuatro potencias europeas (España, Rusia, Italia y Portugal) ya contaban, al menos, con un pedacito del continente entre sus vitrinas. Eso sí, algunas porciones más grandes que otras.

Aunque faltaba, seguramente, la parte más brillante de todas. La adquiriría el FC Barcelona Alusport en Lleida, para mayor orgullo y con un juego tan excelso como efectivo. La cáscara de novel se había despejado con títulos nacionales y nadie pensaba que los culés no eran favoritos, algo así sería tirotear la lógica. Además, contaba en su plantel con Gabriel, Javi Rodríguez y Jordi Torras (héroe de la final), campeones de Europa en otras decisiones. Y ganaron, otra vez, al Dinamo Moscú. Se cerraba (que no se detenía) el círculo glorioso de Marc Carmona, increíble para una escuadra que en 2006 buscaba el ascenso a División de Honor. Este año quieren una más.

Europa también se conquistó de otra forma

Al margen de la UEFA Futsal Cup, existieron otras competiciones continentales entre clubes. Entre ellas, cabe destacar la organizada por la Unión Europea de Fútbol Sala (UEFS) desde 1991. En un principio, este torneo estuvo dominado por equipos ibéricos, pero en la última década esta tendencia ha ido variando hacia los países rusos (ganadores de las 12 últimas ediciones). Perdió prestigio y nivel por la irrupción del torneo organizado por la UEFA. Por otro lado, para participar en la competición no es necesario acreditar ningún certificado de campeón. Los ganadores han sido: Dinamo Moscú (4, Rusia), Almaz Mirny (3, Rusia), Oliva Secavi Jaén (2, España), Correio de Manha (2, Portugal), Spartak Moscú (2, Rusia), Puerto de Santa María (España), P.D. Senica (Eslovaquia), FJ Antunes Lasa (Portugal), G.D. 1º de Mario Barreiro (Portugal), Vorto-Spartak-2 (Rusia), Koncentrat Nerjunri (Rusia) y Podvodnik Jaroslav (Rusia).

Como curiosidad, antes de la oficialidad de la UEFA Futsal Cup como tal, se realizó otro torneo en el que resultó vencedor Playas de Castellón (Futsal European Clubs Championship), como bien muestran las tres estrellas que se le atribuyen en su escudo, símbolos de las tres Copas de Europa conquistadas. Otros equipos que consiguieron este torneo fueron: Dina Moscú (3, Rusia), CLM Talavera (España), Caja Segovia (España), BNL Calcetto Roma (Italia), Marsanz Torrejón (España), Interviú Lloyd's (España), Roma RCB (Italia), MNK Uspinjaca (Croacia), Naestved IF (Dinamarca), Drei Keuninge (Países Bajos), ZVK Ford Genk (Bélgica) y ZVC Hoboken (Bélgica).

¿Y después?

Estas han sido las hazañas esparcidas sobre los rectángulos de juego de un deporte que, aun siendo repudiado por el olimpismo, congrega a millares de personas sea cual sea la competición y abarrota pabellones gracias a una política de fácil acceso para todos. No menosprecia al aficionado y le presenta comodidades para que goce de un buen espectáculo deportivo sin que su bolsillo se deshilache.

Un ejemplo de esta buena organización lo encontramos en la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) que, según las palabras de su propio presidente, Javier Lozano, goza de una salud económica excelente y no cuenta con deudas para hacer peligrar la competición. Pero hay un lunar: los patrocinadores. Sin ellos, es imposible que un equipo florezca con seguridad. Con ellos, es posible la viabilidad del fútbol sala.

Todo esto, en su plenitud, nos permite ver imágenes como esta. Apoyen y disfruten.