Algún día, tras tres victorias y dos empates, tenía que llegar la primera derrota en casa, y mejor que haya sido una pérdida de puntos que podría preverse. El F.C. Barcelona Alusport de fútbol sala pasó el rodillo por el pabellón Carlos García y ganando por 1-5 a los locales. Pese a lo abultado del marcador y a lo que pudiera parecer, Montesinos Jumilla fue fiel a sus señas de identidad y plantó cara en la medida de lo posible, lo que además terminó de encumbrar al joven ídolo de la afición, Josiko.
Pese a todo, la derrota no sentó tan mal como cabía esperar, y el final del partido fue una fiesta de celebración por la hazaña del equipo: lograr el pase para disputar la Copa de España junto a los mejores equipos del país, entre los que ya se encuentran los queseros. Esto se debió a que el equipo que marca la división entre octavo y noveno, el Ríos Renovables Ribera Navarra, no logró puntuar en su partido de esta semana, desatando la alegría matemática en el vestuario y la grada.
Wilde destapaba el cerrojo
Con el pabellón Carlos García abarrotado, el Barça no tardó en mostrar su mejor versión. El técnico local, Gea, sorprendía a sus propios seguidores con la incorporación del portero Loren en el quinteto titular. Este no había debutado aún en la categoría, y fue otro motivo más para la felicidad de la parroquia quesera, propiciado por el ambiente de relajación que conlleva cumplir un objetivo soñado.
El jugador blaugrana inauguraba el electrónico con un remate a bocajarro y dejaba claro que rematar este tramo de la temporada con una victoria ante el dominador del fútbol sala de los últimos años no iba a ser nada fácil. Con su artillería y atacantes en pleno estado de forma, las ocasiones se sucedían ante una zaga blanquiazul que se exprimía al máximo, como en todos los partidos.
Aguantaron estoicamente los jugadores de Gea, probando sus opciones a la contra o jugando al toque, hasta el filo del descanso, en el que Igor anotó la aparente sentencia tras una buena jugada de pizarra de los talentos entrenados por Marc Carmona. Al pitido del final de la primera parte, se retiraban a descansar los futbolistas, extenuados pero con la cabeza alta, tanto unos como otros.
Reacción valerosa
La charla de Gea, que sabe cómo motivar psicológicamente e infundir ánimos a sus pupilos, dio sus frutos y asustó bastante a los catalanes, que vieron cómo el control que habían tenido del encuentro se disipaba en una sucesión de golpes de un lado hacia otro, como un abierto correcalles en el que cualquiera de los dos podía asestar un hachazo definitivo. Por fortuna, fue el canterano Josiko el que puso emoción y picante al partido metiendo el que a la postre sería único gol de Montesinos Jumilla. La entrada de Yeray, que asistió al goleador, fue decisiva para terminar de insuflar de moral a sus compañeros.
Pero la intentona duró poco. Un trallazo de Gabriel desde la frontal un minuto después daba más ventaja a los de Carmona y cerraba el partido, con el correspondiente mazazo para los locales, que no obstante no bajaron los brazos en ningún momento, aunque la realidad puede ser muy dura para las ilusiones de los equipos más pequeños. Otros tres minutos más tarde, Lin recogía al fondo de las mallas otro rechace en el área pequeña.
El coraje por encima de todo
Con todo perdido y la clasificación del equipo murciano para la Copa lograda, Gea demostró que hay que perder con mucha dignidad y sacó portero-jugador hasta el final, pese al 1-4 en el marcador del pabellón. Con Rubén Zamora e Ique gozando buenas de ocasiones para maquillar el resultado final, fue Saad el que anotó el último gol de un partido decantado hacia un lado, pero que pudo girarse hacia el otro por varios momentos. Paco Sedano se empleó a fondo en las postrimerías del tiempo de juego ante Josiko y Pichí, que fue otro de los destacados.
Con un partido menos a contar, ante un intocable Barcelona, lo que queda pueden ser entrenamientos de cara a preparar la gran cita deportiva de la historia del club, la Copa de España. Pero no nos engañemos. Este equipo tiene demasiada calidad y dignidad para tomarse los intrascendentes partidos que faltan sin interés. Al contrario: el vestuario entero se dejará la piel con orgullo en cada balón.