Vista Alegre despidió el 2013 a lo grande. El Burela encontró la eficacia goleadora que tanto ha echado en falta, Matamoros volvió a ejercer como líder y Edu paró lo imparable. En esos tres pilares se sostuvo la victoria de los mariñanos. Quizás sea el triunfo menos brillante en la presente campaña, pero los tres puntos valen lo mismo. Incluso más, porque Peñíscola se queda a cuatro en la lucha por el play-off y, además, los de Juanlu ponen fin a una racha de cinco partidos consecutivos sin vencer.
El inicio del equipo gallego fue fulgurante. Con el orgullo herido tras quedarse a las puertas de la Copa de España, la máquina naranja quiso machacar sin piedad a su rival. En solo tres minutos, el marcador ya reflejaba un esclarecedor dos a cero.
Tres minutos bastaron a Matamoros para romper el partido
Pareció sencillo con un Matamoros tremendamente inspirado. El pívot madrileño hizo el primero tras llevarse con un precioso regate a su par y definir con la puntera a la base del palo de la portería defendida por Gus. Solo unos segundos después, de nuevo Matamoros recuperaba el balón en campo contrario, encaraba a Gus y era derribado por un adversario. Penalti que él mismo transformó. Dos a cero.
Pero los locales querían más. Seguían atacando y llevando mucho peligro a la meta castellonense. Todo parecía propicio para una goleada. Sin embargo, las cosas comenzaron a torcerse a punto de llegar al ecuador del primer tiempo. Peñíscola, aprovechando la superioridad física de sus pívots, Solano y Juanqui, comenzaba a mover el balón con relativa facilidad y, poco a poco, logró hacerse amo y señor del encuentro.
Las ocasiones de los azules eran cada vez más frecuentes. Tras un par de intervenciones de Edu, un buen disparo de Solano se topó con el larguero y, poco después, Juanqui aprovecharía un barullo en el área para recortar distancias con un flojo lanzamiento ante el que Edu no estuvo acertado. Los acercamientos de Burela, casi siempre mediante contras y juego directo, eran cada vez más tímidos. Incluso, el equipo levantino gozó de alguna opción más para empatar el partido antes del descanso.
Edu salvó en innumerables ocasiones a los mariñanos
Así las cosas, la segunda mitad se presentaba muy abierta. En ella, el equipo de Ricardo Íñiguez borró por completo a un impreciso Burela durante, al menos, trece minutos. Edu se quedó sin dedos en las manos con los que contabilizar sus paradas. El empate de Peñíscola parecía solo cuestión de tiempo, pero el meta naronés se creció ante la adversidad y salvó a su equipo en incontables ocasiones.
Con Peñíscola totalmente volcado, las opciones burelesas pasaban exclusivamente por los contragolpes. Uno de ellos fue aprovechado por Iago Míguez para poner la puntilla. El tres a uno era un inmerecido premio para un Burela que no acabó de encontrarse en el partido.
Ricardo Íñiguez, con apenas seis minutos por delante, se vio forzado a optar por Uge como portero jugador. Pero el partido ya estaba decantado. Quedaría tiempo para presenciar la obra de arte de Isi, que puso el cuatro a uno con un tiro a la escuadra tras dos bonitos recortes dentro del área.
Los tres puntos se quedaron en Vista Alegre y la suerte comenzó a saldar sus deudas con el Burela.