La armadura ucraniana desespera a Rumanía

La segunda jornada del Grupo A, que enfrentaba a Ucrania y Rumanía, se convirtió en un quiero y no puedo rumano, quienes sólo pudieron hacer daño, si es que se puede llamar así, desde la distancia lejana. En estos momentos, a falta del Bélgica - Ucrania, ninguna selección de este encuadre está clasificada. (Foto: UEFA).

La armadura ucraniana desespera a Rumanía
ninozurich
Por Antonio Pulido Casas

Llegaba Rumanía a su segundo partido más ancha que la goleada infligida al anfitrión, Bélgica, apenas 48 horas antes (1-6). Sólo le bastaba un empate ante una Ucrania en regeneración para sellar su pase a los cuartos de final del torneo y, con un desgaste físico tremendo, tendrá que ver la tele el próximo sábado para conocer si el billete le traslada a Bucarest o le dejan en Amberes unos días más.

Esta desgana por casi tenerlo hecho le proporcionó una absurda superioridad mental, con un juego lento y sin ideas, como si creyeran que el nombre ya bastaba para puntuar en una Eurocopa. Y casi lo consiguen, porque Lupu, Stoica, Matei (el bueno) y Sotarca es de lo mejor en cuanto a quintetos europeos se refiere, compenetrados y conocidos, defendían y basculaban con mucha coherencia, aunque menguaban en un ataque estéril. Mientras, Ucrania se conformaba con algún robo esporádico en media cancha y rápida salida, en pocos toques, para disparar a Iancu.

Los rumanos creaban peligro sin mucha intención, pero no acertaban a definir con criterio, siempre se encontraban con algún tropezón que mustiaba la jugada, aunque la circulación de bola era fluida y, muchas veces, vistosa y agradable. No concretar le permitió a Ucrania seguir viva, agazapada bajo los palos y, de vez en cuando, subir la presión individual a toda pista para buscar el robo. Lo consiguieron una vez para hacer lucir a Iancu y, a la segunda, Dmytro Sorokin vio preciso no volver a pasear el indulto, por lo que anotó el único gol del encuentro poco antes del descanso.

La interrupción no mermó el ímpetu ucraniano, que no olvidó la presión alta a toda pista y quiso dominar durante unos minutos, los justos antes de que Rumanía tomara riesgos y optara por asustar, de una vez por todas, a la maquinaria de Yevhen Ryvkin. Ahí llegaron las primeras pestilencias fruto del miedo en Ucrania, quien ya veía inevitable encajar algún gol. Primero, Gherman estrelló su disparo en la cruceta y, más tarde, Lupu golpeó el larguero en un punto más de desesperación.

Ivanyak ya no sabía dónde meterse entre tanta casa del terror y le vino de perlas sufrir un golpe en la rodilla, que le daría aire a él y a su equipo para reflexionar sobre no conceder oportunidades tan claras con un marcador tan corto. Debió surtir efecto la respiración, puesto que el resto del encuentro mantuvieron el marcaje al hombre y ni siquiera un juego de cinco rumano les hizo titubear. De hecho, les alivió, ya que Lupu no encontró otra manera de incordiar que con pases horizontales inefectivos. Es decir, nada.

Ucrania acabó el partido con 5 faltas y entre brincos de felicidad. Ahora son líderes de grupo habiendo marcado un gol de tres puntos y les basta un empate ante la anfitriona Bélgica para acceder a los Cuartos de Final. El sábado, tanto Ucrania como Bélgica pisarán la cancha mientras Rumanía, con un ojo en el parqué y otro en el aeropuerto, se sentará en las gradas.

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Sobre el autor
Antonio Pulido Casas
Periodismo cuya máxima vocación es informar de lo que acontece en el plano deportivo. Hijo del año 92 e impulsado por los valores doctrinales del olimpismo. Tú escucha, que yo te cuento.