Hospital de Llevant Manacor y Azkar Lugo disputaban la noche del viernes uno de los encuentros más igualados de la liga. Penúltimo y antepenúltimo, el ganador se llevaría tres puntos de oro para empezar a salir de la zona baja, asegurarse casi por completo la permanencia y porque no, acercarse a los puestos de playoffs por el título.
Los locales llegaban tras dos partidos muy complicados ante rivales de la talla de ElPozo Murcia y FC Barcelona Alusport, ambos a domicilio. Tras dejar una brillante imagen ante los dos, los mallorquines no consiguieron lograr la victoria ni en liga ante los murcianos, ni en la Copa del Rey ante los catalanes, que sudaron sangre para eliminar a los hombres de Tomás de Dios.
Quizás por ese encuentro disputado dos días antes del choque liguero ante los gallegos, los hombres de Tomás de Dios no eran favoritos en el partido a pesar de jugar en casa. Y esa superioridad física que podían tener los lucenses se impuso en un partido en el que el control del esférico fue para el Manacor, así como las ocasiones más claras, aunque sin embargo, fueron los jugadores del Azkar los que pusieron los goles en el marcador.
Efectividad lucense
El inicio de la contienda fue muy igualado, aunque fueron los locales quienes estuvieron a punto de abrir el marcador con dos ocasiones claras, la primera de Vadillo y la segunda de Taffy que sacó Chano con el portero ya batido. Sin embargo, a los diez minutos de juego, el propio Chano aprovechó a la perfección un error en defensa de los manacorines, plantarse solo ante Medina y batiendo al joven guardameta sin problemas. El gol dio alas a los visitantes, que mejoraron notablemente aunque sin buenas ocasiones de gol.
El resto de la primera parte fue un quiero no puedo por parte de los isleños, que veían como su falta de puntería en los metros finales les condenaban una vez más en un partido que podrían ir ganando con comodidad pero que se complicaba cada vez más. Por su parte, los gallegos demostraron estar muy metidos en el partido, ya que no dudaron en aprovechar las pocas oportunidades de gol que dispusieron. Así, al borde del descanso, Alex Díaz robaba de nuevo el esférico a los jugadores locales, se quedaba mano a mano con Medina y hacía el segundo para los suyos.
Castigo inmerecido tras los primeros veinte minutos, por lo que Tomás de Dios, que estaba en la grada por sanción, tenía que cambiar algo para tener opciones en la segunda mitad. Y a pesar de que los mallorquines mejoraron en la reanudación, y estuvieron a punto de sacar algo positivo del choque, la segunda mitad fue el mejor resumen de los problemas que han tenido a lo largo de la temporada.
Sin pólvora arriba
Jugando casi todo el partido en la cancha de Azkar Lugo, los visitantes se defendieron con todos las embestidas de su rival, que una y otra vez se chocaba con el muro lucense que no le permitía recortar distancias. Sólo Taffy, pichichi del equipo, consiguió poner algo de emoción en el partido con un disparo que sorprendió a Mendiola. Ese tanto abría las puertas de la remontada, aunque el portero gallego era el que las iba a cerrar.
El carrusel de ocasiones para los manacorines era muy evidente, aunque faltaba esa chispa en los últimos metros que le ha faltado toda la temporada, y con la cual no habría dudas de que este equipo estaría luchando por entrar en los playoffs con muchas opciones, algo que podría haber sido el objetivo de esta temporada.
Los locales perdonaron, y cometieron muchas más faltas de las deseadas. A tres de final, Aranburu dispuso de un doblepenalti, el cual fallo de primeras, pero que marcó al segundo intentó cuando los colegiados lo mandaron repetir. El propio Aranburu tuvo segundos después otro doblepenalti, que no consiguió acertar esta vez. Los locales se la jugaron de cinco, pero esta vez la moneda salió cruz, y Iago Rodríguez les daba la puntilla con un gol en los últimos instantes cerrando así el luminoso con el 1-4 final.