Jaén Paraíso Interior traga el hueso

Jaén Paraíso Interior logra una victoria ante Azkar Lugo que le aúpa hasta la cuarta posición, pese a que no consiguió descifrar el jeroglífico gallego hasta bien entrada la segunda parte. Los de Javier Albes todavía no saben lo que es puntuar.

Jaén Paraíso Interior traga el hueso
Fabián conduce la pelota ante Diego Núñez (foto: LNFS).
ninozurich
Por Antonio Pulido Casas

El fútbol sala también es un estado de ánimo, tan volátil que puede voltearse en apenas unos segundos para cambiar la desesperación por la alegría si se dan los condicionantes exactos. Jaén Paraíso Interior sabe que debe controlar esos aspectos si desea mantener su actual posición, la cuarta, o, al menos, cometer menos errores que sus rivales. Azkar Lugo se va de Jaén con la duda del temeroso: ¿Y si hubiera...?

Sobre el papel, el colista visitaba La Salobreja. Sobre la pista, el colista jugaba mal pero ganaba. El gol de Iago Rodríguez, que adelantaba a los lucenses, fue puro aprovechamiento de los réditos, de las sobras de Jaén, de los errores. Hasta ese minuto nueve, los de Dani Rodríguez evidenciaban una confianza ya palpable en los primeros partidos, pero que de alguna forma la mostraban asumida. Saben que juegan bien y que no tienen fobia a combinar la posesión de varios pases con algún balón en largo y la búsqueda del uno contra uno. La confianza es ese motor que diferencia al buen deportista del genial. Y Jaén estaba confiado.

Por eso a los pocos segundos ya había generado peligro, con un sello que esta temporada puede significar puntos: la estrategia. Los córners y balones parados son una continua fuente de jugadas de Dani Rodríguez. La Salobreja se sorprende de que se concreten los diferentes movimientos porque años atrás suponía una utopía. En el arranque del encuentro se movía el balón con rapidez y dinamismo, lo que hacía aumentar el optimismo entre los aficionados. "Esto no puede salir mal", visto lo visto, se escuchaba. Los jugadores de Azkar se desplazaban sin premio de un rincón al otro del parqué, con una presión a toda pista que, no obstante, obstaculizó en la mayoría de las salidas de balón en propio campo de los jiennenses, que fallaban en algunos despejes. Azkar, con lo poco que tiene, necesita aprovechar la mínima opción para infundir daño. Iago Rodríguez, en un saque de banda mal ejecutado por los amarillos, cortó la bola y se dirigió a la portería en superioridad. Disparó, pues nadie le encimó, como si le levantaran el cordón rojo, y anotó de lejos. Y saltó para celebrarlo. No era para menos, la efectividad gallega era, aproximadamente, del 100%.

Jaén carraspeaba, como si necesitara aclarar la voz, aclararse a sí mismo, y ocultar su nerviosismo. La solidaridad es un requisito para salir a pista en este Jaén Paraíso Interior: jugar juntos, remar juntos, defender juntos. Hacían coberturas rápidas, pero el problema estaba en la parte atacante. El dominio era absoluto, con un Eloy Rojas que esconde su juventud y engorda su peso en la cancha, para bien. El gaditano ofrecía frescura en la pista. Se movía, fintaba y encaraba. Era un desahogo con el marcador en contra. Junto con Emilio, generaron ocasiones porque dotaron a su equipo de imaginación. Los jóvenes son así. A Jaén le costaba atacar porque sus posesiones eran intranscendentes, inocuas, casi contemplativas. Cuando conseguían una superioridad, faltaba tensión y firmeza en los últimos metros, ya fuera un control, un regate o un disparo. Hasta cuatro veces, en la recta final, pudo Dani Martín anotar el primero. No pudo. Y Azkar se marchaba al vestuario silbando.

Tras el descanso, los lucenses prosiguieron con su estrategia, consistente en arrimar el culo a su portería y esperar. Como consecuencia de ello, Rojas apareció otra vez para disparar desde larga distancia. Su balón encontró el larguero, pero nada más. Con el paso de los minutos, la desesperación asomaba sus orejas inquietas y dominaba, de cierta forma, a los jiennenses, que solamente podían reproducir una y otra vez la misma jugada (balón en banda y búsqueda de individualidades), sin posibilidad de encontrar algo distinto. No crean que no menciono a Azkar Lugo por otro motivo que por el mero hecho de que su plantilla —corta y desgastada por el esfuerzo— se especializó en mantener el resultado. Y ese fue su mérito: instaurar la incertidumbre en las gradas, que no se explicaba por qué no se conseguía gol. Aparecían fantasmas del pasado con cierta razón: el cuadro de Dani Rodríguez acumulaba casi dos partidos sin marcar en casa, desde que lo hiciera, la pasada campaña, en el partido ante el Hospital Llevant Manacor (actual Palma Futsal).

Pero la volatilidad del fútbol sala y ese rápido transporte de una estación a otra lo hacen distinto y especial. En diez segundos, Carlinhos, con la portería gallega hecha un lío, y Emilio, tras recorte y puntera, dieron la vuelta al marcador. En estas ocasiones se crea una atmósfera en el pabellón con el único fin de adquirir inercia ganadora y destrozar. Explotó el resultado y también la grada. Volvió la confianza. Volvieron los goles.

En esta brecha, con Nacho Pedraza lesionado por un problema en el adductor, a Azkar le aplastó el partido y se puso nervioso. El equipo de Albes es joven, que no inexperimentado, y siente temblores en los momentos decisivos. Además, utiliza de ocho a nueve jugadores, por lo que el ritmo físico les perjudica en las segundas partes. Jordi Campoy les hundió algo más, con el tercer tanto. En ese momento, los amarillos alternaron con balones largos hacia el pívot, buscando algún error lucense por la desesperación. Azkar se desperezó. Poco, pero lo hizo, y Prieto subsanó cualquier intentona. A cinco minutos para el final, Mimi salió como portero-jugador, cuya oportunidad de reducir distancias quedó desactivada por dos fallos: Chino cortó un balón y se encaminó en soledad hacia la portería, como en Santa Coloma, para poner el cuarto; José López culminó otro robo de balón, que fue tranquilamente llevado por Dani Martín y Cuco, sin desesperación, hasta la meta. Este último tanto, quizá, revela la serenidad de lo que se pretende, que es estar arriba y comportarse sin arrebatos.

De esta forma, Jaén Paraíso Interior finaliza la jornada en cuarta posición, con ocho puntos de 12 posibles, e invicto (como Inter Movistar y ElPozo, los dos primeros), además de ser el conjunto menos goleado de la categoría (siete). Por el contrario, Azkar Lugo se va hasta la última posición, sin ningún punto, al igual que Montesinos Jumilla. Los andaluces viajarán a Tenerife la próxima jornada, mientras que los lucenses recibirán a Santiago Futsal en el duelo autonómico.

Javier Albes se marcha resignado

El entrenador lucense, consciente de la juventud de su plantilla, mostró cuáles son los puntos que deben fortalecerse: "Lo que tenemos en el equipo es intensidad defensiva, trabajo, es un equipo joven, necesita coger confianza y los resultados no acompañan. Veníamos con dos bajas de dos jugadores importantes, que nos habrían dado más frescura para llegar al final con opciones. Estamos llegando a las segundas partes con dificultades y se rompen los partidos. Es un rival, si bien no han estado tan bien, pero se ha roto el partido por insistencia. El guión lo tenemos claro, tenemos que trabajar mucho. Estamos teniendo mejoría, pero la ausencia de las bajas y las lesiones provoca que no seamos competitivos. Nuestro objetivo, más que los resultados, es ser competitivos y hacernos fuertes en casa, que es donde tenemos más confianza. Hoy, no obstante, hemos aguantado bien". Él mismo reconoció que no puede exigirle más a sus jugadores que trabajo: "Esperamos crecer y que no sea tarde para competir".

Respecto a su rival, le auguró un "muy buen futuro" porque tienen "confianza a pesar de las rotaciones y los cambios" en esta temporada. "Esta confianza de estar imbatido y tener esta dinámica hacen que estén arriba. La confianza es primordial y ellos la tienen", aseguró. Además, se refirió a lo que había percibido del Jaén Paraíso Interior en el partido: "Juegan bien de cuatro con Emilio. Nosotros nos replegábamos, para que no tuvieran espacio, y cuando él no estaba, hicimos un buen trabajo. Esperaba que nos apretaran más. En el gol del empate, en los córners no solían meter muchas pelotas dentro del área, pero a nosotros sí que nos lo han hecho y sacábamos al portero para fortalecer la defensa. En el segundo, no hemos sabido tapar la salida natural de un zurdo y a partir de ahí se nos ha puesto el partido muy cuesta arriba".

Dani Rodríguez cree que no hicieron un buen partido

El entrenador del Jaén Paraíso Interior quiso restar importancia a la goleada: "A pesar del resultado, sabemos que no hemos hecho un partido muy bueno. Estos partidos son trampa y sabíamos que teníamos que ser más contundentes al finalizar y se estaba repitiendo el guión del año pasado. Nos entran las prisas y la ansiedad y empezamos a no centrarnos en el partido. En la segunda parte, a raíz del gol, nos hemos venido un poco arriba, pero tampoco hay que darla por muy buena porque sabemos que todavía podemos dar más y que teníamos que tener el partido controlado desde mucho antes. Esperemos que nos sirva".
Sí que señaló algunos defectos de su equipo, quien pecó de "demasiada elaboración" porque tenían que haber sido "un poco más directos y forzar muchas más jugadas". "Ellos no estaban arriesgando en la salida de presión y todos los balones iban fuera. No teníamos la oportunidad de hacerles contras. Hemos estado muy espesos. La diferencia siempre están es que las que tengas las tienes que meter", aseguró. Dejó claro que la actual cuarta posición es "anecdótica", en este arranque de temporada: "Ahora tenemos un partido súper complicado y vamos a hacer la mayor cantidad de puntos posibles porque son los que te dan la permanencia y, a partir de ahí, luchar por algo más. A Uruguay lo conocemos todos y es un equipo que tiene garantizado anotar cuatro o cinco goles por partido. Muchísimo ataque, muchísima calidad. Nosotros intentamos enfrentar nuestro juego de equipo contra su potencial goleador. Va a ser, probablemente, uno de los partidos más complicados. Es un equipo que no va a tener problemas para salvarse y que va a estar ahí luchando hasta el final para meterse arriba. Espero que no haya muchos porque nos beneficia".

Por último, no olvidó cuestionar la labor de los árbtiros: "No entiendo los arbitrajes ni que la primera parte puede durar casi una hora sin haber contado ni una infracción de cuatro segundos. A veces era aberrante cómo se perdía tiempo sin que los árbitros hicieran nada. Se cortaba el ritmo. Gracias a los árbitros, la gente se ha aburrido muchísimo en la primera parte".

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Sobre el autor
Antonio Pulido Casas
Periodismo cuya máxima vocación es informar de lo que acontece en el plano deportivo. Hijo del año 92 e impulsado por los valores doctrinales del olimpismo. Tú escucha, que yo te cuento.