Lo que no hizo ningún equipo de Primera División en las cinco primeras jornadas de la Liga Nacional de Fútbol Sala lo hizo un Segunda B en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. El Real Betis Nazareno demostró ante el Jaén Paraíso Interior más ilusión por disputar una competición que sirve más para involucrar a los conjuntos de Segunda y Segunda División B que para fomentar una competitividad verdadera. El Betis venció con justicia porque administró mejor sus ocasiones y, evidentemente, aprovechó las que tuvo.

El inicio no evidenciaba una profunda brecha de categoría entre ambos, que gozaban de varias oportunidades. Los jiennenses llevaban el control del balón, pero los béticos formaban una defensa zonal que basculaba rápidamente, lo que ralentizaba el juego de los de Dani Rodríguez, que apenas podían disparar. Si acaso, Eloy Rojas consiguió conectar una pelota con potencia, pero no encontró más que el larguero. Pocos segundos después, se avecinó una jugada embarullada de vaivenes, en la que varias choques se produjeron hasta que, al tercero, el árbitro designó falta franca, apenas a dos metros del área de Gonzalo Ramos. Migo, de disparo certero, introdujo el balón por el palo del cancerbero. Saltaba la sorpresa.

El Real Betis es uno de los equipos que debe ascender a Segunda División. A punto estuvo de conseguirlo la pasada campaña y, en esta, es el objetivo. Goza de jugadores habilidosos con una gran orientación ofensiva, cómodos con el marcador a favor y conscientes de su potencial. No pareció acusar la presión de dominar al Jaén, pues se sentían poderosos. Así llegaron ocasiones para Wallace y Paco, que aprovechaban balones en largo a la defensa jiennense, algo frágil. Los de la ciudad del Santo Rostro eran tímidos en ataque, una faceta que no concordaba con su versión liguera. Cierto es que ni Alfonso Prieto, el guardameta titular, ni Fabián, participaron, pero el resto de jugadores eran habituales. Víctor Montes, no obstante, tuvo más minutos de los que suele aglutinar e incluso casi consigue empatar el encuentro en una jugada de estrategia a pase de Emilio.

El nerviosismo en la meta era palpable. Varias eran las salidas que Gonzalo Ramos no había solventado con contundencia. En una de esas, llegó el segundo para los sevillanos, obra de Paco. En este punto, la intensidad quedaba demostrada por el número de infracciones señaladas. Asimismo, el Betis estaba hábil en el robo de balón, lo que le permitía salir repentinamente hacia la portería rival. Carlinhos, justo antes de llegar al descanso, consiguió recortar distancias con un disparo cargado de pasión tras aguante y pisada de Emilio.

A la vuelta, la madera del marco de Varela se convertiría en el mejor aliado para los béticos. Eloy Rojas, en los primeros minutos, y Chino, desde la banda izquierda, encontraron el palo para hacer arribar la frustración. Entre ambas acciones, Wallace logró ser más rápido que la defensa jiennense y remató al primer toque, tras pase de Migo, para anular completamente cualquier intento de parada de Ramos. Los verdiblancos ampliaban otra vez la distancia y Dani Rodríguez se vio obligado a utilizar el portero-jugador con Chino, a falta de cuatro minutos para la conclusión, por vez primera esta temporada.

No resultó, pues el Betis se recluyó en su área y se mantuvo eficiente en la contención del juego adversario. Cuando no era así, Varela aparecía para desactivar cualquier oportunidad de gol visitante. Los de José Vidal, finalmente, consiguen el pase a los octavos de final de la competición con merecimiento, visto el esfuerzo y trabajo vertido en la pista. El Jaén Paraíso Interior intentará redimirse en propio domicilio ante el Levante UDDM, el próximo viernes.