El silbato de Pérez Lima: actitudes que debilitan nuestra liga

Manuel Pérez Lima, exárbitro de Primera División, analiza desde un punto de vista profesional las actuaciones arbitrales de los colegiados de la 22ª jornada de Liga BBVA.

El silbato de Pérez Lima: actitudes que debilitan nuestra liga
El silbato de Pérez Lima: actitudes que debilitan nuestra liga
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Por Manuel Pérez Lima
Lo que sucedió el pasado fin de semana en el estadio de San Mamés es más propio de niños jugando al balompié en el recreo que de jugadores profesionales. Estas acciones realizadas por deportistas de élite sobre el verde solo debilitan nuestra competición, dañando gravemente la imagen del árbitro.

¿Qué pasó?

En primer lugar nos encontramos con el jugador del Athletic de Bilbao, Gurpegui quien provoca y engaña al jugador del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, lo empuja y finge una agresión que nunca existió. El jugador del Real Madrid empuja al jugador vasco. Gurpegui cae al suelo dando la sensación aparente de ser objeto de una agresión; en directo da la sensación.
Un jugador de la talla de Cristiano Ronaldo no puede caer en estos enfrentamientos, tiene que dedicarse a jugar y dejar que sea el árbitro quien corte estas actitudes. Si Ayza Gámez hubiese tenido la oportunidad de ver la jugada en la televisión, estoy completamente seguro que actuaría igual que en un partido de fútbol base, llamaría a los jugadores, le daría dos collejas y les diría: "Déjense de boberías y a jugar". Asunto resuelto. Gurpegui engañó al árbitro fingiendo una agresión que no existió y esto es inaceptable de un jugador profesional.

¿Qué dicen las reglas de juego?

Vamos a repasar lo que dicen las reglas sobre el juego brusco grave y la conducta violenta.
JUEGO BRUSCO GRAVE
Un jugador será culpable de juego brusco grave si emplea fuerza excesiva o brutalidad contra su adversario en el momento de disputar el balón, una entrada que ponga en peligro la integridad física de un adversario deberá ser sancionada como juego brusco grave.
CONDUCTA VIOLENTA
Un jugador será culpable de conducta violenta si emplea fuerza excesiva o brutalidad contra un rival sin que el balón esté en disputa entre los dos.

Conclusión

No hay agresión de Cristiano sobre Gurpegui; un simple empujón por parte del jugador del Madrid y un jugador que puso una red con la intención de engañar al árbitro. Creo que el comité de competición puede evitar que sigan produciéndose estas situaciones en nuestros estadios. Hasta la fecha, solo entra de oficio cuando un club denuncia que el árbitro se ha equivocado, amonestó o expulsó a un jugador injustamente; se presenta un vídeo de lo que sucedió, se demuestra que el colegiado erró y se anula la cartulina, ¡perfecto! Lo que es justo es justo.
Ahora, ¿por qué no entra de oficio para castigar a los tramposos y de esta forma evitamos que se sigan produciendo estas situaciones que suelen crear crispación entre los aficionados, e incluso violencia?
Este tipo de actitudes debilitan nuestra competición y la imagen del árbitro. Es necesario que en nuestra liga el comité de competición entre de oficio, y castigue con mano dura estas argucias que realizan algunos jugadores con la intensión clara de sacar ventaja.