Esta vez salió cruz. De nuevo partido disputado, de poder a poder, uno de esos empates a cero de los de segunda división de toda la vida, uno más como el partido de ida, de esos que solo los rompe algún detalle. Un detalle como un contraataque cortado con la punta de la bota que se convierte en recontra, y que le pilla al equipo con la defensa saliendo, el extremo apurando hasta entrar en fuera de juego, el linier que no lo ve quizás por la presión que llegaba desde la grada, balón cruzado y gol.

No hizo el Alavés mucho más que para sacar un empate, pero tampoco mucho menos. Hace tiempo que los babazorros dejaron de regalar puntos, ahora hay que ganárselos. Esta vez con los mismos que contra el Alcorcón, Toribio y Manu García en la contención, Llamas en la creación, Juli y Toti por bandas, Barreiro arriba, más isla que nunca. ¿Atrás?, la muralla: Jiri, Laguardia (otra vez descomunal), Raúl García y Unai Medina. En la portería un cada vez más afianzado Goitia.

Quiso dominar el Sporting desde el principio, intimidar. De calentar el ambiente se estaba encargando alguno desde hace semanas, el que no llora no mama, que dicen. Clamor contra el colegiado; no quieren que subamos y otras teorías conspirativas. El Alavés, a lo suyo: dejar jugar poco e intentar jugar cuando el contrario lo permita, pero no se juegan poco los asturianos en cada partido, ni mas ni menos que la vida, el seguir siendo el Real Sporting de Gijón, las deudas ahogan y los goles son aire.

Y en este escenario se disputó la primera parte, los locales dominando, los visitantes asustando y pocas y pobres ocasiones de gol, casi todas rojiblancas. Madurar el partido, ya llegará el detalle.

El detalle

Cambió el partido por momentos en la segunda mitad. Los babazorros comenzaron a pisar posiciones más adelantadas, alguna incursión peligrosa, los centrales con tarjetas. Llegaba una buena oportunidad por banda izquierda por la que entraba Juli, pero vio a Lora conmocionado por golpe que se había dado en la jugada anterior. Balón a banda para que atiendan al rival pero también compañero. La grada aplaude, Lora se recupera, el Sporting devuelve la pelota al Alavés... casi en el corner contrario. Deportividad, ¿así se agradece?, vamos, hombre.

Pero el detalle que deshizo el cerocerismo estaba por llegar. Saque de esquina que botan los locales, rechace de la defensa, salida al contrataque con Unai Medina que no la caza por poco. Balón a su espalda, Hugo Fraile arranca en fuera de juego, cruza la pelota perfectamente y Guerrero solo tiene que empujarla. El 1-0 había llegado y con él se acababa el partido.

Tocaba recomponer a marchas forzadas. De nada sirvieron la entrada de Rafa García, que no pudo aportar nada, o la de Despotovic, con poco acierto en sus últimas apariciones. Lanzarote si que la tuvo, pero su lanzamiento de falta que se colaba por la escuadra la sacó Cuellar para dejar los tres puntos en casa.

Mucha liga por delante

Derrota con buena imagen. El Alavés lo intentó, a su manera. Aguantó gran parte del partido y cuando quería finiquitarlo vio cómo se lo finiquitaban. Gran oportunidad perdida para llegar a los 50 puntos y celebrar la permanencia, pero eso quedará para otro día. De momento lo que queda es el Alavés a cinco de la Ponferradina o lo que es lo mismo, del playoff, una distancia importante pero no definitiva. Visitará Mendizorrotza la próxima jornada el lider. Este Betis es muy diferente a aquel del 1-2 de la ida. Pero este Alavés también. De poder a poder, detalles. Que esta vez salga cara.