Prudencia: Templanza, cautela o moderación, según la RAE. Esta palabra podría definir a la perfección el mercado invernal del Deportivo Alavés. La dirección deportiva del equipo ha seguido a rajatabla desde el comienzo la hoja de ruta prefijada, y no se ha incurrido en experimentos innecesarios a la hora de mejorar la plantilla.

El equipo llegaba al mercado en una situación inmejorable y difícilmente imaginable al comienzo de la temporada. Líderes, la necesidad era la misma que al final del mercado estival: había calidad en todas las líneas, pero faltaba fondo de armario. Y eso ha sido precisamente lo que ha llegado.

El primero en llegar era un viejo-nuevo conocido. El club hacía oficial a mediados del mes de diciembre la llegada de Iñaki Sáenz desde el Racing de Santander, en un movimiento que ya estuvo cerca de realizarse en verano. En ese periodo el club sondeó al riojano y a otros jugadores como el exalavesista Albacar para el lateral izquierdo, pero llegaba al día 1 de septiembre con Raúl García como único inquilino de ese puesto. Un riesgo, ya que el club quedaba muy mermado en caso de sanción o lesión del gallego.

No ha sido así, y el ex del Almería ha sido un fijo en la banda izquierda, hasta el punto de que Iñaki, que lleva inscrito desde el comienzo del mes de enero, no haya disputado ni un sólo minuto con la elástica albiazul. Por lo tanto, habrá que esperar para ver la zurda del logroñés en acción.

Otro de los nombres propios en la rumorología habitual del mercado ha sido el de Borja Viguera, último gran goleador del cuadro albiazul, ahora condenado al ostracismo en el Athletic Club. El club se interesó, al igual que otros, incluidos algunos de Primera, como el Sporting. Gijón parecía su destino, pero las restricciones impuestas a los asturianos les abrieron las puertas de Mendizorrotza. Sin embargo, cuando su llegada parecía inminente, la lesión de Raúl García en el Athletic y la salida de Kike Sola al Middlesborough le impidieron su vuelta a Vitoria.

Fue un duro golpe para el Alavés, especialmente para los aficionados, que anhelaban la vuelta del hombre que dio el ascenso de Segunda B. El propio Javier Zubillaga comentaba en las postrimerías del mercado que el club había intentado hasta el final traer al delantero riojano, con nulo resultado.

Mercado exterior

Pocos días después el club anunciaba el segundo de los fichajes. Se trataba del gallego Dani Abalo, canterano del Celta de Vigo procedente del Sivasspor turco. Con 28 años, el de Vilagarcía había ganado reputación en el extranjero gracias a sus dos temporadas en el Ludogorets búlgaro, con el que llegó a jugar la Champions League.

Además, cubría una posición, la del extremo derecho, en la que el equipo sólo contaba con Kiko Femenía. Para paliar la baja del alicantino en algunos partidos, Bordalás probó varias opciones con resultados generalmente decepcionantes. La primera de ellas, con Dani Estrada por delante de Carpio en una formación claramente defensiva. La segunda, con Guichón en la izquierda y Pacheco en la derecha, y la última, esta misma jornada, con Juli por la diestra y Manu Barreiro junto a Toquero en el ataque.

Abalo tampoco ha conseguido debutar con la camiseta albiazul, aunque ya ha conseguido sumar su primera convocatoria, y es posible que goce de minutos en los próximos partidos, especialmente si Femenía continúa con los problemas físicos de las últimas semanas. 

Abalo llega procedente del Sivasspor turco  |  Fotografía: Deportivo Alavés
Abalo llega procedente del Sivasspor turco | Fotografía: Deportivo Alavés

Y el tercero llegó en los días finales del mercado, directo desde la ciudad que vio nacer a Leo Messi, Rosario. Desde Newell's, aunque en propiedad del mexicano Cruz Azul, el club firmaba al mediocentro Hernán BernardelloEl fichaje del argentino sorprendió a muchos, ya que su nombre no había salido en ningún rumor. 

Bernardello, de 29 años, cuenta con una amplia experiencia en España de más de 100 partidos entre Primera y Segunda División con la UD Almería. Se le fichaba también con una fin claro: un jugador que pudiera suplir con garantías a un hasta ahora incombustible Sergio Mora. Hasta ahora, cuando el madrileño no ha estado su puesto lo ha ocupado Beobide, formando un centro del campo considerablemente más defensivo. También ha disputado minutos en esa posición Sergio Llamas, que sin embargo no parece contar con la completa confianza de Bordalás, algo incomprendido por una parte notable de la grada.

Pero no todo iban a ser llegadas, también tenía que producirse alguna salida. Y el elegido para salir era precisamente el último que había llegado en el mercado estival: Krisztián Vadócz. El húngaro firmó por el equipo a principios de septiembre con un rol similar al de Bernardello, pero su fichaje ha sido un rotundo fracaso.

134 minutos divididos en cuatro partidos (tres de liga y uno de Copa, donde sumó su única titularidad), ha sido el balance del ex jugador de Osasuna. Su excesiva frialdad, así como el buen momento de forma de la pareja del doble pivote le han cerrado las puertas. Su destino, la A-League australiana, para jugar en el Perth Glory.

El contexto ha demostrado una vez más ser determinante en el mercado. Con sólo tres fichajes, el Deportivo Alavés no ha recurrido a locuras para mejorar su plantilla. Simplemente ha analizado sus carencias y las ha completado de la mejor manera posible, consiguiendo lo que buscaba a principios de enero: un mayor fondo de armario. La adaptación, por tanto, no será un problema. Ventajas de líder.