Courtois: la metáfora de la palmera

El belga, cerca de ser proclamado Zamora de la Liga, tenía una cuenta pendiente con el Real Madrid. Es del equipo que más goles recibe y con ellos probó la impotencia de ver una cartulina roja. Saldó su deuda con dos paradas que se tradujeron a la postre en el final de una racha de catorce años y un nuevo título para las vitrinas.

Courtois: la metáfora de la palmera
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Por Víctor Molina Pozo

"He hecho dos buenas paradas, estoy feliz. Muchas veces me han criticado en los partidos contra el Real Madrid", se defendía Thibaut Courtois en el postpartido de la final de la Copa del Rey. Si bien es cierto que el belga está a dos escasas jornadas de proclamarse Zamora de la Liga, siempre tuvo la sensación de pode haber dado más contra el Barça y el Real Madrid, especialmente contra éste último, que ha cogido a la perfección la medida de cómo hacerle goles.

Había recibido 8 goles en 4 partidos contra el Real Madrid y necesitaba resarcirse para pagar las cuentas pendientes

No es para menos. El espigado guardameta había encajado hasta la pasada noche ocho goles en cuatro encuentros contra el equipo de José Mourinho. A dos por partido. Las estadísticas reflejan el déficit de Courtois frente al Real Madrid. No solo eso. En su primer derbi madrileño, fue expulsado a los 21 minutos de partido, su única tarjeta roja desde que aterrizó en España. Se retiró y dejó su sitió a Sergio Asenjo, que encajó cuatro goles.

Courtois tenía una cuenta pendiente con el Real Madrid. Mejor que él, no lo sabía nadie. Quería resarcirse de esta carencia, de esta dificultad para mantener la portería a cero, o en su defecto, amarrar un resultado favorable. La cita en la final de la Copa del Rey era la excusa perfecta para demostrar que el belga, durante su estancia en España, no hubo equipo que no lamentara que estuviera bajo palos.

El belga empleó la conocida metáfora de la palmera. Dejan pasar los fuertes vientos, se doblan y agachan su cabeza, pero se recobran y siguen creciendo después de las tormentas. Con este constante movimiento, el de doblarse pero aguantar hasta la fuerza de un huracán, las palmeras consiguen una mayor fortaleza para posteriores embestidas. Un símil que recoge la situación de Courtois. Se ha hecho fuerte en consecuencia de los balones que recogía sobre la red. Uno a uno.

La metáfora de la palmera se basa en dejar pasar los fuertes vientos; ésta se dobla, pero se recobra tras el paso del huracán

Se hizo grande bajo los palos del Bernabéu. No pasó grandes apuros durante la primera mitad y en la única jugada de peligro, Cristiano Ronaldo empalmó un cabezazo inapelable. Pero no estaba dispuesto a dejar pasar su oportunidad. Cuando más apretó el Real Madrid, ahí se encontraba Courtois a la espera. La suerte se alió a su favor. Los merengues estrellaron hasta tres disparos con la madera y Juanfran le concedió el beneplácito de poder resarcirse salvando un gol a disparo de Özil en la misma línea de gol.

En 120 minutos de partido, Courtois solamente tuvo dos paradas prodigiosas. Suficiente para amarrar la Copa del Rey. La primera, en el inicio de la prórroga. Godín no llega a tiempo a despejar y el balón cae cerca de Gonzalo Higuaín, que se gira y empalma una volea que el belga despeja con buenos reflejos. La segunda, más clara aún. Di María puso el pase de la muerte en el segundo palo, donde se encontraba Özil sin marca alguna. Cuando el Bernabéu cantaba el gol y el alemán pensaba en la celebración, Courtois gateó para abalanzarse y hacer una parada imposible que evitó el 2-2, pues por ese momento Joao Miranda ya había adelantado a la entidad rojiblanca.

"Los noventa minutos tuve poco trabajo con centros córners y trabajamos. Nos lo merecemos tras perder el otro día en liga y estamos muy contentos por haber conseguido la Copa”, dijo. Courtois es un chico humilde. Ni en su mejor partido, ni con una intervención que pasará a la historia y que estará en el recuerdo de todos, saca pecho ni se pone la medalla al protagonismo. En teoría, su vínculo con el Atlético de Madrid termina en junio, fecha en la que tendrá que regresar a Londres para recalar en el Chelsea. Allí, la figura de Cech aún impone respeta. Y nadie valora que pueda ser carne de banquillo para darle la titularidad a Courtois. Mientras tanto, el belga lanza mensaje de compromiso con la entidad rojiblanca, esperando poder ampliar su cesión, al menos, una temporada más.