Léo Baptistao, el hombre de 20 años

Un jugador de sonrisas, de velocidad, de regate, de gol, de pase, de elegancia, de estilo, y de 20 años, con tan sólo cinco de experiencia en fútbol once. Así es Léo Baptistao, el jugador brasileño del Atlético de Madrid.

Léo Baptistao, el hombre de 20 años
Imagen: Mario Cortijo | Edición: Jaime Del Campo | VAVEL
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Por Jaime Del Campo

La perla brasileña que deslumbró a Vallecas por su velocidad, su olfato goleador, y su elegancia a la hora de controlar el balón y llevarlo a la portería, al más puro estilo “Beckenbauer”, como él mismo reconoce que le han comparado, realizó una temporada mágica con tan sólo 20 años, que le ha permitido ahora disfrutar en uno de los equipos grandes de España: el Atlético de Madrid.

Nacido en Santos en el 92, Léo Baptistao comenzó a jugar en Brasil a fútbol sala, con tan sólo cinco años, compartiendo equipo con su amigo, y ahora rival en el Barcelona, Neymar. Sorprendentemente, pasó a jugar al fútbol once con quince años, y un año más tarde viajó a Madrid para jugar ya en las categorías inferiores del Rayo Vallecano, equipo del que no se movió pese a tener ofertas de las categorías inferiores del Real Madrid, Villarreal, y del propio Atlético de Madrid.

Visión de juego y gol: siete goles y seis asistencias con el Rayo Vallecano. Velocidad, pegada, regate, y visión de juego. Léo Baptistao, con tan sólo cinco años de experiencia en fútbol once, completa esas características en un alto porcentaje, por ese orden. Cuando decide encarar a un rival, no tiene más que enviar el balón lejos y correr detrás de él. Su enorme zancada y piernas largas le permiten llegar en muchos casos antes que el rival, superándole sin necesidad de regatearlo. Con siete dianas Léo fue el segundo máximo goleador de su equipo. Siete goles que se suman a seis asistencias de gol, le hicieron ser el máximo asistente de su equipo, por delante de jugadores con gran visión de juego, como Chori Domínguez o Trashorras.

Los cuatro puntos cardinales de Léo que le han puesto rumbo al éxito le han definido como jugador, pero su facilidad para jugar en cualquier posición, siempre que sea cerca del área, hace de él un hombre polivalente. Delantero puro, mediapunta, extremo o interior izquierdo o derecho. En Vallecas ha ocupado todas las posiciones, y aunque en todas ellas estuvo por lo general de notable alto, las bandas le hacen pasar más desapercibido, ya que cerca del área es donde se siente más cómodo.

Dos duras lesiones le han curtido en el mundo del fútbol Su humildad fuera de los terrenos de juego también le han dirigido hacia un gran equipo donde puede cosechar títulos y forjarse como un jugador aún más grande. Una gran persona que con tan pronta edad, ya ha pasado por situaciones difíciles como son, en el mundo del fútbol, las lesiones. Con diecinueve años, en el regreso del Rayo a Primera el año pasado, José Ramón Sandoval no pudo contar con Léo Baptistao para el primer equipo, ya que se lesionó el hombro izquierdo, sufriendo una fractura de clavícula en el Trofeo de Vallecas, teniendo problemas a lo largo del año que le impidieron jugar durante el resto de la temporada. “Fue difícil, pero el club y mi familia me ayudaron mucho. La verdad es que no pensé en dejarlo, pero sí en tomármelo menos en serio por las lesiones. Al final, el Rayo me ayudó mucho y mis amigos y representante también para sacar adelante el tema”, recuerda Léo. Este mismo año, otra lesión parecida, pero menos grave, le hizo finalizar su temporada particular a falta de seis partidos. Fue en Mallorca, en la jornada 32. Léo cayó sobre su hombro derecho y se fracturó la clavícula, diciendo así adiós a la temporada.  La parte más dolorosa, menos gratificante o simplemente negativa del fútbol, Léo Baptistao ya la conoce. Algo que le ha hecho también madurar, conocerse mejor a sí mismo, y crecer a nivel personal. Dos lesiones desafortunadas que, por el contrario, sin duda le ayudarán en los años venideros en un mundo en el que el dinero, la fama y los goles no lo son todo. Pese a ello, nadie ha conseguido borrarle su mayor característica: la sonrisa.