El Atlético de Madrid regresa a la Champions League a lo grande

Primera victoria del conjunto rojiblanco en su regreso a la Champions League, con goles de Joao Miranda, Arda Turan y Leo Baptistao. Hulk se encargó de hacer temblar a la grada del Calderón con un latigazo que no pudo parar Courtois en quince minutos que los locales padecieron la calidad de los rusos.

El Atlético de Madrid regresa a la Champions League a lo grande
Foto: Jaime del Campo - VAVEL.com.
victormolina
Por Víctor Molina Pozo

Desde el mes de diciembre de 2009, la música de la Champions League no sonaba en cada esquina del Vicente Calderón. Desde aquella noche fatídica contra el Oporto en la última jornada de la fase de grupos, en la que no sumó ningún punto, el balón oficial de la Champions League no rodaba por el pasto del Vicente Calderón. Aquel equipo estaba cimentado por los cuatro magníficos (Maxi, Simao, Forlán y Agüero), pero también por un centro del campo poco recordado en el Paseo de los Melancólicos, con Assunçao y Cléber Santana. Las cosas han cambiado en la ribera del Manzanares. Y es que donde había un equipo de circunstancias, que no creían en sí mismos, hoy en día se fragua un equipo campeón, con ánimo de crecer y con una plantilla comprometida con la causa de Diego Pablo Simeone, que no es otra que elevar al Atlético de Madrid al estamento que merece por historia y por casta.  

Los primeros minutos de partido mostraron un Atlético de Madrid igual de frío que el aforo del estadio. Un Vicente Calderón desangelado. La entrada, a veinte minutos del regreso a la Champions League, era muy inferior a la de, por ejemplo, el partido contra el Almería. Con el paso de los minutos, el Atlético de Madrid descifraba el esquema defensivo propuesto por Luciano Spalletti con tres centrales y dos laterales de largo recorrido. Espoleados por la experiencia de David Villa, perro viejo en estas lides, el Atlético de Madrid se acercaba al marco del conjunto de San Petersburgo.

Spalletti, como por costumbre hace, renegó del balón. Cedió el testigo del protagonismo al Atlético de Madrid, aprovechando su condición de local. Sin experiencia en la Champions League, pero con toda la ilusión depositada. Y es que, para Simeone, la vida es como un espejo: te sonríe si le miras sonriendo. Al Atlético de Madrid nadie le borra su sonrisa y disfruta con las grandes ocasiones a pesar de su inexperiencia en la máxima competición europea. Disfrutaba de la posesión del balón, algo de lo que no necesita normalmente para tumbar a su rival, pero no ofrecía recursos que resolvieran la situación. La ausencia de Diego Costa era la tónica general en unos primeros minutos en los que la línea defensiva del Atlético buscaban la carrera que descarga del brasileño y no lo encontraban.  

Le costó al Atlético de Madrid acostumbrarse a esa ausencia. Encontró en los movimientos de Arda Turan y en las subidas de Filipe Luis, que no descuidó su tarea defensiva frenando por completo al corpulento Hulk, los principales motivos para hacer daño a un Zenit cuya defensa era más presencial que otra cosa. Los de Spalletti defendían por acumulación, sin mostrar intensidad. En cada balón dividido, el Atlético de Madrid se imponía. Los rusos no se metían en el fango. Esperaban agazapados su oportunidad. Pero no llegaba. La que sí llegó fue la del Atlético de Madrid, la única clara de toda la primera mitad, por medio de un balón que roba Mario Suárez por tozudez en el área rival, cediendo hacia David Villa, que usó el recurso de la puntera para rematar un balón que se le había quedado atrás, sin crear demasiado peligro a Lodygn.

El laboratorio de Simeone funciona

La disciplina defensiva del Atlético de Madrid en la recuperación del esférico tras pérdida es digna de elogio. Como pirañas que muerden y atacan sin compasión cuando encuentran un elemento extraño en su entorno. Con Koke como interior, el Atlético de Madrid ganaba en presencia en la sala de máquinas. El canterano rojiblanco, acostumbrado a mostrar su mejor versión acostado a una banda, se sintió extraño maximizando esfuerzos en tareas defensivas. Como resultado, ambos equipos se estrellaban en sendos muros, especialmente el Atlético de Madrid, que no lograba en encontrar un resquicio en la gran telaraña tejida por Spalletti.

Era cuestión de intentarlo. Por activa o por pasiva. El Atlético de Madrid merodeaba el área del Zenit, pero la luz se apagaba cuando pisaban el área grande. Llegaban por ambas bandas, con Arda Turan por la derecha y Adrián por la izquierda como principales estiletes. Pero sus intentos se encontraban con la ayuda defensiva de los centrales a los laterales. Expiraba el tiempo de los primeros cuarenta y cinco minutos cuando el Zenit regaló un córner que no desaprovecharon los locales. Al igual que tantas veces, como sucediera en la final de la Copa del Rey, un córner botado por Koke encontraba el remate de Joao Miranda en el primer palo, que se adelantaba a toda la defensa visitante y remataba a gol el centro desde saque de esquina.

Asedio ruso… y gol de Arda Turan

El resultado en contra para el Zenit de San Petersburgo obligó a Luciano Spalletti a introducir variables que desencadenaran en un lavado de imagen de su equipo. Como consecuencia, culpó Luis Neto del gol de Miranda y lo cambió en el descanso. No fue el único remozado, pues Hulk abandonó el costado para ubicarse en el centro del campo. La variable surtió efecto para el Zenit de San Petersburgo, que impuso su ley durante los primeros quince minutos de la segunda mitad, haciendo regresar los “runrunes” al Vicente Calderón e intimidando a todo el Atlético de Madrid.

Se hizo pequeño por momentos el equipo de Simeone. Se confió, quizás, del resultado favorable. Bajó un pistón su intensidad y el Zenit se lo comió. Después de una jugada mal definida por el Atlético de Madrid, Zyryanov recuperó el balón y montó el contragolpe en vertical. El Zenit encontró a Hulk en el espacio entre los centrocampistas. Sin dudarlo, el brasileño avanzó metros, se escoró hacia la izquierda y chutó un disparo seco imparable para Courtois, que recogió el balón dentro de las mallas.

El empate, lejos de animar al Atlético de Madrid, dio alas al Zenit. Estuvo a punto de incrementar su cuenta goleadora por medio de Alexander Kherzakov, que remató de cabeza un centro colgado desde la izquierda, obligando a Courtois a emplearse a fondo en una parada memorable. Instantes después, el delantero ruso buscó, de nuevo, venganza y lanzó un libre directo que se estrelló directamente contra el larguero.

Eran momentos de agobio para el Atlético de Madrid, que daba cabezazos tanto en defensa como en ataque. No reaccionaba, no había argumento que cortara las ofensivas del Zenit. Pero se lo proporcionaron los propios visitantes. Los rusos cometieron una falta lateral que Koke se encargó de colgar desde la izquierda. Su centro, al segundo palo, fue despejado como pudo por el meta visitante, cayendo el balón en medio de una maraña de jugadores que no acertaban a rematar con certeza el esférico, hasta que impactó, sin querer, en la cabeza de un Arda Turan que merodeaba por la zona para que el Atlético de Madrid se volviera a imponer en el marcador.

El debut de Baptistao, con gol

Spalletti volvía a mover el banquillo en busca de una rápida reacción de sus jugadores para contestar el gol del jugador turco del Atlético de Madrid. Retiró del terreno de juego a Zyryanov para dejar su sitio a Arshavin, para meter más arsenal ofensivo. Con el cambio, el partido estaba en la zona que más gustaba al Atlético de Madrid. Sumidos al ataque, los locales querían aprovechar los espacios que dejasen los rusos en sus ofensivas. Contragolpes, carreras por los costados…cualquier argumento era bueno para ahondar en el resultado.

Y encontró la forma. Simeone retiró del terreno de juego a un Adrián que lo intentó de todas maneras, pero sin demasiada fortuna, para meter a Leo Baptistao, que debutaba en competición europea. Y no pudo hacerlo de mejor manera. A los tres minutos de ingresar en el terreno de juego, el brasileño robaba un pase que al que no llegaba Villa, se internaba dentro del área y con el interior, colocaba al palo largo del portero, que no pudo hacer nada para evitar el gol de un exultante Leo.

Con la estocada del brasileño, el Zenit lo dejó de intentar. Danny no aparecía, Kerzhakov no lograba colarse entre la defensa rojiblanca y Hulk era sustituido, pitado por la parroquia rojiblanca. Entre tanto, el Atlético de Madrid festejaba a lo grande su regreso a la Champions League, con una victoria en una competición que no disputaba desde hace cuatro años. Las cosas han cambiado en la ribera del Manzanares y si en su última edición no habían sumado ninguna victoria contra Aris, Oporto y Chelsea, el Atleti del Cholo tiene motivos suficientes para creer y crecer.