Desde el pitido inicial, el Atlético de Madrid se vio superado por un Oporto más contundente y asentado sobre el cuidado césped de la Ciudad Deportiva. Los portugueses, guiados por un pletórico André Silva, castigaron una y otra vez la debilidad defensiva de los de Fresnedoso.
En un alarde de reflejos, Canedo evitaba el primer tanto del ariete luso. El 9 volvería a intentarlo con un remate desviado tras un eslalon por el carril diestro pero fiel al refrán, a la tercera fue la vencida para André Silva, quien remachaba a la red un servicio de Joao Graça tras un error de Arona en el despeje.
Reacción atlética
El Atlético intentó reaccionar volcando sus jugadas de ataque al perfil zurdo. Sergi crecía por minutos proyectándose de manera continuada en ataque, contagiando a su equipo. Sin embargo, los rojiblancos no eran capaces de encontrar fisuras en las filas del Oporto, quien cerraba el centro del campo a la perfección con la presencia de Vítor Andrade.
Fruto del esfuerzo, llegaría la ocasión más clara del partido para los de Fresnedoso. Calero aparecía en el área portuguesa por primera vez y picaba a la perfección la pelota superando a Andorinha. Sin embargo, cuando ya se celebraba el empate, Tavares aparecía para despejar con la cabeza sobre la línea de gol.
Cuando más crecía el Atlético y cuando más cerca parecía el empate, Kralovic señalaría el punto de penalti por un derribo sobre Ivo Rodrigues dentro del área. Joao Graça sería el encargado de ejecutar la pena máxima engañando a Canedo. El partido se ponía muy cuesta arriba para los rojiblancos.
Heridos en su orgullo por lo injusto del resultado, los juveniles colchoneros buscaron el gol que les metiese en el partido. Chele apuaría línea de fondo para servir un centro medido a los pies de Arona, pero el remate del 7, uno de los más activos tras el segundo gol luso, se estrellaría con las piernas de Andorinha. Volvería a probar suerte el interior rojiblanco, pero su remate se fue abriendo hasta perderse por la línea de fondo.
La más clara del Atlético llegaría en los pies de Calero. El mejor jugador del conjunto de Fresnedoso en el partido estrellaría el servicio atrás de Sergi contra el larguero. Y sin embargo, y así son las cosas, André Silva remacharía al primer toque un centro de Ivo Rodríguez a las mallas para llevar el tres a cero al filo del descanso.
Esfuerzo sin premio
Con el objetivo de revolucionar el equipo, Roberto Fresnedoso introdujo una doble variante en su sistema, ambas correspondientes al perfil diestro. No obstante, el Oporto avisaría primero, y lo haría en dos ocasiones. Primero Joao Graça enviaría fuera un balón picado ante Canedo y a renglón seguido sería André Silva quien se estrellase con el pie izquierdo del portero en busca de su hattrick particular.
El Atlético de Madrid tiró de casta para maquillar el resultado. Si bien su actuación mejoró y demostró que el resultado era demasiado abultado, no fue capaz de firmar el gol del honor hasta el descuento. Y no fue por falta de interés. Alberto se estrellaría en dos ocasiones contra la suerte de un partido que no estaba por la labor de cambiar su signo. Primero sería Andorinha quien desbaratase el cabezazo del central y en la posterior, casi de inmediato, la pelota lamería la base del poste.
El duelo entró en una fase de intercambio de golpes, literal y figurado. Si bien ningún equipo inquietaba demasiado al rival, el centro del campo se convirtió en un corre calles y tomó tintes más duros de lo que acostumbraba. A falta de escasos segundos para que el reloj marcase el 90, Ivi mandaba a guardar una falta directa ante la que Andorinha no pudo hacer nada.