El regreso al origen del Cholismo

Diego Pablo Simeone vuelve a La Rosaleda, el escenario donde debutó como técnico del Atlético de Madrid. Han pasado 728 días desde entonces, tiempo suficiente para saber que el cambio ha sido radical. Las estadísticas están a favor del argentino, que borró de un plumazo el ambiente de fracaso, decepción y pesimismo que reinaba en la época de Manzano.

El regreso al origen del Cholismo
Fuente: RTVE.
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Por Víctor Molina Pozo

Siempre hay una primera vez en la vida de una persona. Y en ciertas ocasiones, esa apertura a la novedad nos suele gustar. Son numerosos los casos. Por ejemplo la primera vez que, de pequeño, te pusiste en pie para dar tus primeros pasos. Tus padres siempre recordarán en reuniones familiares como ocurrió. Tu primer gran paso, mejor dicho, el paso en mayúsculas. Otro ejemplo es tu primer trabajo. Podrá ser el peor o el mejor que has tenido, pero siempre establecerás una comparativa con tu puesto más vigente. Sin duda, otro ejemplo es la primera vez que te diste un beso o entraste por primera vez en contacto con el género sexual contrario. Podrás haber sido más o menos habilidoso, pero nunca olvidarás el dónde, el cómo, el cuándo y el con quién.

Las primeras veces nunca se olvidan. Simeone tampoco lo hace. Regresa a la Rosaleda, campo donde debutó como técnico rojiblanco

Entre la aceptación de lo nuevo, el trazo comparativo y el rechazo al olvido, se teje el regreso de Diego Pablo Simeone a La Rosaleda. El técnico argentino vuelve a pisar la hierba del campo donde debutó como entrenador del Atlético de Madrid, ese puesto de trabajo cuyo esfuerzo, dedicación y compromiso han sabido regalarle al ocupar el cargo que dejó un discutido Gregorio Manzano. Un regalo que no es de extrañar cuando tenemos en cuenta que el lema que cuelga en la pared de su cuartel de operaciones es el del sforzo non si negozia (el esfuerzo no se negocia).

Simeone ha instaurado en el vestuario el conocido cholismo, una mezcla entre filosofía, doctrina y religión que emana espíritu rojiblanco por todos sus costados. Tiempos de ensueño, del que habría que pellizcarse para saber si es realidad o ficción. Entre tanto y para saber que no hay riesgo de caerse de la cama, la incontestable consecución de una Europa League en Bucarest ante un favorito Athletic de Bilbao, sin haber perdido ningún partido europeo, aderezado meses más tarde con la Supercopa de Europa contra el Chelsea y con una Copa del Rey en casa del viejo enemigo como colofón final a tal maravillosa obra.

Han pasado 114 partidos oficiales desde su debut, en los que ha sumado unicamente 17 derrotas, 2 títulos europeos y una Copa del Rey

En la ribera del Manzanares se ha extendido un binomio Simeone - Atlético de Madrid para entender la razón y causa de los éxitos. La sensación de ocupar el puesto que les corresponde históricamente parecía esfumarse. La historia decía que el conjunto rojiblanco era un grande de España, que tenía la posibilidad de adquirir a los jugadores españoles que más destacaban en el momento. Esa afirmación comenzó a convertirse en una leyenda a la que muchos se aferraban para no caer en la acuciante crisis institucional, deportiva y económica que germina desde hace 25 años.

El gran momento que atraviesa el Atlético de Madrid se personifica en la figura de Diego Pablo Simeone. El conjunto rojiblanco es la viva imagen del ‘Cholo’, el artífice de un éxito que promete ser duradero, condición sine qua non para extender su vínculo con la entidad rojiblanca. Desde su debut en La Rosaleda, Simeone ha construído un equipo basado en una idea: antes de aprender a correr, hay que saber andar. Su ideario se entiende a razón de un lema que le inculcó Nelson Vivas: solo en el diccionario la palabra éxito figura antes que trabajo.

Las estadísticas de Simeone son escalofriantes. Cansado de repetir en ruedas de prensa que su obligación no es fijarse en los números sino tener a los guerreros preparados para la batalla, el argentino basa su forma de trabajar en el día, algo que ha tenido resultado. El Atlético de Madrid solo ha perdido 17 partidos en los 114 que ha dirigido Diego Pablo Simeone desde el banquillo rojiblanco, con 76 victorias. Una cifra extremadamente positiva, más si tenemos en cuenta las 10 derrotas en 28 jornadas que sumó su homólogo anterior.

Segundas partes nunca fueron buenas

El alto listón que dejó Quique Sánchez Flores (Europa League, inclusive) y su faceta de saber imprimir carácter al equipo colchonero fue una dura losa que Gregorio Manzano no supo alcanzar, ni deportivamente ni rellenando el cariño que sí dejó su anterior homólogo. El anterior técnico del Valencia tuvo que sobreponerse a su pasado merengue, que no gustó a una grada que no tuvo más remedio que rendirse a la metodología del éxito que supo inculcar con dos piezas claves como Diego Forlán y Sergio 'Kun' Agüero.

Históricamente, cine y fútbol siempre han guardado una especial relación entre ambos, con referencias balompédicas en numerosas películas que aportaban ocultos significados por descifrar. La contratación de Goyo Manzano como nuevo entrenador del Atlético de Madrid acabó tal y como terminó la primera ocasión que se sentó en el banquillo rojiblanco. El técnico jiennense afrontaba su segundo reto como técnico colchonero, pero usando el comparativo cinéfilo, segundas partes nunca fueron buenas.

“Estoy jodido, ha sido un auténtico fracaso”, apuntó en rueda de prensa cuando cayó eliminado en Copa del Rey contra el Albacete, un equipo de 2ªB al que no le pudo hacer, si quiera, un gol en casa. Tuvo tiempo, no obstante para hacer valoraciones de futuro: “Ahora hay que centrarse en las otras dos competiciones y hay que poner toda la energía para retomar el pulso en la Liga y aspirar a lo máximo en la Liga Europa”. Poco tiempo más tarde, Manzano supo que fueron sus últimas palabras como entrenador del Atlético de Madrid.

La Rosaleda, su ejemplo

Diego Pablo Simeone siempre ha sido una persona de ideas claras. Obsesionado con el horóscopo, el argentino tiene dos planes. "Tengo un plan A. Si las cuentas del horoscopo no salen, entramos en el plan B, que consiste en que se hace lo que yo diga", afirma con rotundidad en una entrevista en el suplemento dominical de El País. Una actitud que casa con su estilo de vida, que le hizo fuerte cuando debutó siendo aún un pibito en Argentina (17 años), dos años después de emprender un viaje de más de once mil kilómetros hasta Pisa para forjarse el Simeone futbolista. El Simeone entrenador ya existía, una cualidad innata indispensable para que jugará más de un centenar de partidos con la selección argentina, fuera ídolo de la hinchada colchonera y emprendiera el regreso al Vicente Calderón, su hogar.

Simeone consiguió sumar más victorias que Manzano en sus dos etapas diferentes con 28 jornadas menos en el banquillo

El origen de Simeone tiene La Rosaleda como epicentro. Su comienzo tuvo una difícil aceptación. El empate a cero, con un juego similar al de Manzano pero con una actitud diferente, daba cierto optimismo. Jornadas después, se sometió al trazo comparativo, que superó con creces. Cualquier parecido con la trayectoria de Gregorio Manzano es pura ficción, hasta el punto de que consiguió sumar más victorias de forma histórica que él en 28 jornadas menos. Superado esos dos escollos con nota, Simeone afronta la etapa del rechazo al olvido debido al incondicionable cariño que le ha cogido la grada, que ansía la noticia de su renovación de contrato.

El Atlético de Madrid ya está en Málaga, a escasas horas de jugar el partido liguero. Concentrados en el hotel, Simeone compromete a concentrarse a sus jugadores obligándoles a sentir las mismas sensaciones que en su debut: “Siempre les recuerdo a los jugadores esa previa contra el Málaga. Si nosotros logramos mantener y encontramos lo que sentíamos antes de aquel inicio mío en Málaga, el camino siempre va a ser el mejor".