Comienzan las semifinales de la UEFA Champions League y lo harán con uno de los duelos más atractivos que se pueden ver en la actualidad en el planeta fútbol. Atlético de Madrid y Chelsea medirán fuerzas en el primer envite de la serie con vistas a estar en la gran final de Lisboa. Dos equipos similares en cuanto a su estilo, que a buen seguro harán de este encuentro una batalla táctica sin parangón

Dos entrenadores que trascienden

Así pues, el duelo se decidirá en gran parte en los banquillos, donde se encuentran dos auténticos monstruos del deporte rey. Dos líderes absolutos con estilos similares, tanto en el campo como en el vestuario, pero métodos diferentes. Primando siempre el bloque por encima de las individualidades, parece más convencido de lo que hace el Atlético de Madrid del 'cholo' Simeone, a quien todos están entregados por convicción. También comprometido está el conjunto 'blue', pero con métodos más autoritarios como son los de Jose Mourinho y una mayor exposición a la crítica, como con la famosa frase del portugués diciendo que no tenía delanteros, algo irrespetuosa para con arietes de la calidad de Fernando Torres, Demba Ba, Schurrle o el ausente por lesión Samuel Etoo.

Con dos equipos contragolpeadores, la posesión del balón no será garantía de nada

Una de las piezas clave del encuentro será, entre dos equipos que miran primero defender la portería propia antes de atacar la suya, quién asumirá los galones. El Atleti ya ha demostrado recurrentemente sus problemas cuando le toca llevar la iniciativa, sin ir más lejos lo hizo el pasado viernes, cuando sufrió y no pudo superar al Elche hasta bien entrada la segunda mitad, trazando su victoria, como tantas otras veces, desde el balón parado. E idéntico mal adolece el cuadro inglés, que a idéntico problema sumó el sábado, además, la derrota ante el colista de la Premier League, falto de la confianza del campeón de que hacen gala los rojiblancos en las últimas semanas, en las que quizás no elija el cómo pero siempre logra el objetivo de la victoria.

La pelea parece que se resolverá a favor del local, sin que a los de Mourinho les importe lo más mínimo ceder gran parte de la posesión, conscientes del poderío de su entramado defensivo. Por lo tanto se abre una posibilidad a que Simeone dé más fútbol a su equipo. Para ello, salvo milagro, no podrá contar con un hombre clave: Arda Turan. El turco, en la sombra las últimas jornadas por una pubalgia de la que se ha recuperado hace escasos días, puede carecer del ritmo necesario para una confrontación como esta, donde un segundo de relajación puede traducirse en una catástrofe en el luminoso.

La baja de Arda genera una disyuntiva: la garra de Raúl García o la clase de Diego

Su ausencia abre un abanico de posibilidades que el propio técnico bonaerense escrutará hasta pocas horas antes del encuentro. Son seguros Courtois, solventado entre los clubes el conflicto sobre su titularidad, así como la defensa de gala y el pivote de las grandes citas, en el que al santo y seña de la grada, Gabi, le acompañará el renacido Tiago, que con fútbol y gasolina de sobra tendrá que transmitir su experiencia a un equipo que si de algo puede pecar mañana será de bisoñez. Por delante de ellos, por supuesto, Koke, y en la punta del ataque Diego Costa, lo que deja dos huecos, esos con los que el 'cholo' va jugando para dibujar la identidad de su once.

Parece seguro para ocupar uno de ellos David Villa. El asturiano quizás haya disputado menos minutos de los esperados en verano, pero su calidad está fuera de toda duda y su rendimiento reciente, solventada la lesión que llegó en su peor momento, le avala. El otro espacio, previsiblemente el de la banda derecha, recaerá supuestamente en Raúl García, pero es ahí por donde el bonaerense puede jugar a sorprender y dotar de poso y categoría al once. Su arma capital, el poderío físico, se minimiza ante torres como David Luiz, Cahill o Azpilicueta, por lo que Diego Ribas, que espera impaciente el verano para ser uno más y no una alternativa, puede ayudar a abrir la lata londinense, sellada mañana con el mejor de los pegamentos. O bien en el sitio del navarro o bien desplazando a este a la delantera y entrando por el citado Villa, seguro que su alternativa será muy tenida en cuenta por el cuerpo técnico.

Pero sean quienes sean los elegidos, la táctica parece clara. Una salida en tromba, como la que vivió el Barcelona en la vuelta de los cuartos de final en la mejor media hora de fútbol que vivió el Calderón en muchos años, y pausa con el balón. Más de la que gusta, y haciendo las cosas justas, pero a la perfección. Muchos minutos por el costado izquierdo donde Filipe Luis, camaleónico para tornar en segundos de defensa férreo a trequartista elegante cuando rebasa la divisoria, es dueño y señor. Allí el Atleti acumula hombres, y el brasileño -una vergüenza su ostracismo con la selección- combina con sieso con socios como Koke, Costa, Villa o quienes se tercien. Combinaciones que sirven para penetrar en las defensas rivales o para atraer la atención de los hombres suficientes para que aparezca Gabi al rescate y, con sus diagonales, desahogue buscando al homólogo del de Santa Catarina en la otra banda: el silencioso pero eléctrico Juanfran.

Las bandas serán clave para el devenir del encuentro en los que a los locales se refiere, pero no serán la única alternativa. Arriba, la potencia de Costa volverá a tirar del equipo y de la grada, esa tan enfervorizada e importante y que ha sustentado a los suyos tantas veces esta temporada. Por supuesto, capital será también el balón parado. Simeone tendrá una prueba de fuego en su especialidad, enfrentándose a un conjunto con un físico superlativo poco habitual en la Liga BBVA. Tocará pues entrar al laboratorio con otra bata, probar diferentes fórmulas y quizás rasear más, sin que sean Miranda, Godín o Raúl García los nombres en la pizarra.

Ivanovic, una baja vital en el Chelsea

Si el Atleti tiene la única baja de Arda, y además la experiencia de haber solucionado sin él ya los últimos envites, peor suerte corre en este aspecto el cuadro visitante. Jose Mourinho apenas tiene dos bajas confirmadas, pero una mermará su sistema defensivo. La de Branislav Ivanovic es una ausencia importantísima en el esquema del preparador luso, que tendrá que mover hasta dos piezas para tratar de minimizar la pérdida, especialmente en lo físico, que le generará esta circunstancia.

Azpilicueta retornará en principio al costado derecho, su posición original, para suplirle, pero el problema estará en la banda izquierda. El hueco del ex de Osasuna lo ocupará Ashley Cole, una moneda al aire. Relegado a la suplencia a principios de temporada, apenas ha jugado cuatro partidos -dos en Liga y dos en la FA Cup- y llega mal físicamente, por lo que gana enteros la opción de David Luiz como lateral derecho.

Las bajas de Hazard e Ivanovic restan muchos enteros al nivel del once titular

Sea como fuere, la potente zaga del Chelsea se tambaleará con esta baja. Y también lo hará el ataque, aunque no por la baja segura de Samuel Etoo. El camerunés abre la puerta a la titularidad del exatlético Fernando Torres, en su regreso al Vicente Calderón con otra camiseta, si bien Schurrle o Demba Ba también tienen opciones en el carrusel que es la posición de '9' en el cuadro londinense, sin un ocupante que ofrezca garantías y regularidad. Sí tiene estas características, y otras muchas, quien pone calidad en los de Mourinho, pero que también es duda: Eden Hazard. El mediapunta belga no estuvo en el último entrenamiento de los suyos y, total faro de la ofensiva, su ausencia sí tendría real importancia. No le faltan hombres de calidad en esa posición a los visitantes, con futbolistas de la talla de Willian, Oscar o el mítico Frank Lampard, pero ninguno en el momento de forma que acreditaba el centroeuropeo.

Las armas de los londinenses serán similares a las del Atleti, pero con menor trato de balón. No le gusta a Mourinho, a quien no se va a descubrir ahora, acaparar posesión, tratando cuando tiene que coger la sartén por el mango de atacar con acumulación de hombres, transiciones rápidas y salidas fulgurantes. Pese a disponer de un equipo muy físico, habrá que ver si la exigencia a la que somete a los suyos, que acostumbran a defender con casi todo el equipo por detrás del balón y obligando a los atacantes a un esfuerzo defensivo mucho mayor del que pide Simeone a los rojiblancos, les permite estar frescos ante una zaga como es la comandada por Miranda y Godín, que concede poco y siempre juega con la tranquilidad de disponer, a su espalda, de una salvaguardia como Courtois, a quien quieren todos menos el que le podría tener, pero que tampoco le desea enfrente. Extraña paradoja con final feliz para el Atlético de Madrid, que el viernes jugó contra un Elche sin Rubén Pérez, jugador en propiedad cedido. Cosas del fútbol.

La contienda la dirigirá el sueco Jonas Eriksson de quien Mourinho, que "nunca" habla de los árbitros antes del partido -al menos eso dijo en rueda de prensa-, no quiso comentar nada. En su undécima temporada ya como internacional, pitará por primera vez una semifinal de máxima competición continental por clubes, tras dos años seguidos llegando a los cuartos de final. En su campaña más fructífero a nivel personal, ya dirigió la final de la Supercopa de Europa este mismo año, donde precisamente estuvo el Chelsea, derrotado en penaltis por el Bayern de Munich por 5-4.

Eriksson tiene precedentes con equipos españoles, a los que ha arbitrado en diez ocasiones, con un balance bastante favorable de siete victorias, dos empates y solo una derrota. El único equipo que cedió en un duelo con arbitraje del sueco fue el Valencia, cuando perdió por 3-1 en su visita al Veltins Arena en la Champions League 2010/2011. Los empates correspondieron, también en Champions, al Barcelona en los cuartos de la 2011/2012 (0-0 en San Siro con el Milan) y al Málaga la temporada pasada (0-0 en casa ante el Borussia Dortmund).