El Atlético de Madrid se ha asegurado la contratación de uno de los jugadores más prometedores de la Liga española, el francés Antoine Griezmann, que llega procedente de la Real Sociedad por la misma cifra (30 millones) que marca la cláusula de rescisión en su contrato con el conjunto donostiarra.
El 2014 ha sido el año de explosión de Griezmann. Junto a Carlos Vela ha formado una pareja de ataque de ensueño, además de que el francés ya cuenta con experiencia en Champions League después de disputar la pasada temporada la fase de grupos contra el Manchester United o el Shaktar Donetsk, entre otros.
La mejor versión goleadora de Griezmann en el fútbol español se pudo ver durante la temporada pasada. El de Maçon marcó hasta 16 dianas, su temporada más productiva de cara al gol, por delante de los 10 que marcó en el curso 2012/13 o los 8 tantos de la 2011/12. Sus buenos números facilitaron su presencia en el Mundial de Brasil con la Francia de Deschamps, disputando cinco encuentros.
Un genio difícil
Griezmann ntentó ingresar durante su infancia en la academia de formación del Olympique de Lyon, pero no fue admitido. Lo intentó, también, con equipos menos históricos como Sochaux, Auxerre, Montpellier o Metz. Pero siempre se encontraba con el mismo argumento como rechazo: ni su velocidad ni su desparpajo eran cualidades suficientes como para olvidar el detalle de su escasa altura. Un pormenor que no le importó a Eric Olhats, exojeador de la Real Sociedad, para atarlo con 13 años durante un torneo organizado por el Paris Saint-Germain.
Fue castigado en el año 2012 por la selección de Francia por haber abandonado la concentración de la selección sub-20 para irse de fiesta a la discoteca Crystal de los Campos Elíseos. Cogió un taxi junto a otros 4 compañeros y se recorrieron 200 kilómetros para disfrutar de la noche francesa. Por esa razón, la Federación de su país tomó la decisión de castigarlo con no poder jugar con ningún equipo nacional francés hasta el 31 de diciembre de 2013.