Atlético de Madrid y Sevilla se enfrentaban en el Vicente Calderón en un duelo directo por los puestos de privilegio de la Liga BBVA. Se preveía un partido igualado, de mucha intensidad, en el que el balón parado podía ser un arma desequlibrante para llevar los tres puntos hacia uno u otro lado. Finalmente el partido fue menos igualado de lo previsto y el Atleti se lo llevó de forma clara y contundente (4-0), pero lo cierto es que el balón parado ayudó y mucho a que así fuera.

Sobre el terreno de juego había dos equipos muy trabajados por dos auténticos estrategas que tienen en el banquillo, Simeone y Emery, pero fue el argentino el que dio una soberbia lección a su homólogo sevillista. Hasta la fecha los colchoneros habían dado buena muestra de su poderio a balón parado anotando de ese modo 6 de los 7 goles que tenían a favor en Liga. Las conexiones Koke-Miranda y Gabi-Godín en el parado estaban haciendo de martillo pilón ante la falta de puntería de los atacantes rojiblancos.

Por el bando sevillista, Emery ha perdido este año a sus dos puntales en esa faceta del juego pero la envergadura de sus hombres siempre impone respeto en sus rivales. Rakitic, el lanzador, y Fazio, el cabeceador, ya no están el Sevilla pero siguen teniendo otros buenos lanzadores como Banega o Deulofeu y grandes cabeceadores como Mbia, Nico Pareja, Iborra o Bacca.

Lo cierto es que esta supuesta igualdad en la estrategia y poderío a balón parado no se ha visto reflejada esta noche en el Vicente Calderón y es que hasta dos de los cuatro goles con los que el Atleti ha tumbado al Sevilla han sido tras faltas colgadas al área y cabeceadas magistralmente a la red. En este aspecto Simeone, que volvía al banquillo tras sanción, ha superado con creces a Emery, tanto como su equipo al sevillista en el césped de un repleto Calderón.

La primera jugada con peligro a balón parado llegó ya con 1-0 en el marcador con un remate de cabeza de Gabi, que estaba completamente solo, tras un saque de esquina de Koke. Esto solo era un pequeño aviso ya que en el minuto 42 llegó el 2-0 del Atleti en una jugada de estrategia de museo. Gabi puso una falta templada y muy pasada que Arda tocó de cabeza de cara para Miranda, que estaba solo, y el brasileño la puso con el pie al segundo palo según le venía para que Saúl cabeceara a la red en el segundo palo.

Y ya con el partido resuelto, Raúl García anotó de penalti el 3-0 de la tranquilidad en el 83. De nuevo una jugada de estrategia bien elaborada y resuelta por los hombres de Simeone ponía el definitivo 4-0 en el electrónico. Esta vez el gol llegó con una falta lateral colgada por Koke y remachada a la red por Raúl Jiménez con un buen cabezazo en plancha. Una nueva demostración de autoridad y poder del Atlético de Madrid en el balón parado, que esta vez estuvo acompañada por un gran partido con una tremenda intensidad y contundencia en ataque y defensa.