Rayo de Crevillente

El Atleti, que sigue creciendo veloz pero en silencio, dejó visto para sentencia su pase a los octavos de final de la UEFA Champions League. Con un paso más dado en su metamorfosis a equipo mandón, asfixió sin muchos problemas a un Malmö a medias entre inofensivo e impotente en la primera parte - Tiró de oficio en la continuación y agradeció que el conjunto sueco era tan insistente como romo en ataque para aniquilar gracias a un Juanfran colosal.

Rayo de Crevillente
carton
Por Manuel F. Cartón

Asimetría en el Swedbank Stadion. De más a menos, al contrario que en el Calderón donde lo positivo fue aflorando entre las sombras, pero suficiente para meter tres unidades más en el zurrón. Guion loco, que el Atleti escribió tan cómodo que se cansó y al final casi se arrepiente. Pudo ser tarde pero ni siquiera se hizo especialmente larga la segunda mitad, en la que Juanfran tuvo que cruzarse el campo para apaciguar a las hordas locales.

El partido empezó una vez más, y ya está siendo costumbre este año, con el Atleti mandando. Simeone mantiene la presión, la intensidad y la garra, señas ya inequívocas, pero le viene añadiendo fútbol. Posesión, orden y temple para empezar a tirar del pelotón desde el primer segundo. Con esas, calmó las ganas de un Malmö que, en una competición contra los mejores fondistas, se disfrazó del más rápido de los velocistas. Así apenas podía llegar con vida al ecuador del acto inicial, a partir del cual se fue diluyendo como un azucarillo.

Para entonces el cuadro visitante ya estaba más que asentado sobre el terreno de juego. Lo demostró en el minuto 20, cuando pudo abrir el marcador. Una combinación preciosa en campo contrario al primer toque, tras limpia salida de balón atrás pared de Miranda incluida, llegó en el área a los pies de Raúl García. Pero el navarro, todo corazón, se contagió de la suavidad de una jugada de seda y fue manso en el remate. El tigre que es siempre en el área el bueno de Raúl se convirtió en el peor momento en un manso gatito: flojo a las manos de Olsen.

Empezó a fluir el ataque rojiblanco tras la ocasión marrada, y poco tardó en terminar por perforar la red del Malmö. Otra buena combinación dejó a Juanfran solo por el costado derecho. El lateral, a mil por hora, tuvo tiempo a levantar la cabeza, esperar, pensar y darla en el mejor momento y de la mejor manera. Aunque casi raso no tocaba césped el cuero en el envío al corazón del área, lo que siempre dificulta la tarea del cazador; pero este era Koke. Y al cerebro de este equipo le sobran recursos: taconazo de hemeroteca y para dentro. Quedaba un cuarto de hora y tocó sesteo hasta el pitido final de la primera mitad. Mandaba la calma.

Giro inesperado

Se avecinaba una segunda mitad plácida, en función de lo visto en Suecia quince minutos antes y en otros tantos escenarios en que el Atleti se ha adelantado decenas de veces, pero el guion cambió. Como una hora antes, el Malmö volvió a jugar a los cien metros lisos y pilló a los rojiblancos en el vestuario. Como el que madruga un domingo en plena resaca, el cuadro del 'Cholo' salió del descanso grogui. Los suecos, que apretaban pero no ahogabam, asustaron sobre todo a balón parado, llegando a estampar un disparo en el poste de la portería de Moyá, y llevaron el miedo a las filas visitantes. Y no había reacción en el verde ni en el banquillo, raro para el técnico bonaerense.

Así, con los madrileños maniatados, tuvo que ser el cansancio local el que provocara el izamiento de la bandera blanca. Otra vez dijeron basta los suecos, con un depósito de gasolina más exiguo que el de una bicicleta, y se apagó todo. Apenas ataques aéreos deslavazados y poco peligrosos que permitieron la reconstrucción de Simeone. Buscó el míster velocidad arriba, con Griezmann primero y el 'Cebolla' un poco después, pero el turbo lo puso el de siempre. Juanfran, que parece de otro planeta, apareció con ochenta minutos en las piernas para protagonizar otra cabalgada de esas que infartan con solo verlas y regalar otro tanto. No por la vía directa, porque medió un despeje defectuoso, pero terminó por ser vital para que el balón aterrizase en la zona de influencia de Raúl García. Ahora, cuando la acción requería pensar poco y definir mucho, no falló: volea para el 0-2 y deberes hechos.

Aún quiso y pudo redondear la tarea para sacar nota Cristian Rodríguez de cabeza en la prolongación, pero la profesora no le dejó: ya había terminado el examen. Quedó sin premio quien lo merecía como pocos al convertirse su mejor virtud, la velocidad, en su castigo: ligeramente adelantado, fuera de juego. Pero no se le borró la sonrisa ni a él a ninguno de sus compañeros cuando dos minutos después Clattenburg señaló el final. Nueva victoria, un paso más y borrada ya del mapa la derrota inicial en tierras helenas. El Malmö, un amigo, deja el pase a octavos a tiro de piedra.

Malmö (0) Atleti (2)
Olsen 7 Moyá 6
Johansson 4 Juanfran 9
Halsti 4 Miranda 7
Helander 5 Godín 7
Tinnelhom 4 Siqueira 6
Ricardinho 7 Mario Suárez 6
Eriksson 6 Gabi 7
Forsberg 5 Arda Turan 7
Adu 5 Raúl García 8
Thelin 4 Koke 8
Rosenberg 7 Mandzukic 5
Sustituciones
Kroon 6 Griezmann 5
Them S.C. Cristian R. 6