Con la alegría del derbi copero coleando aún entre los aficionados del Atlético de Madrid acudían los seguidores al Vicente Calderón. En la desapacible y fría tarde del domingo los Guerreros de Simeone aparcaban la clasificación para cuartos de la Copa y se centraban en el duelo liguero ante el Granada, en el que la victoria era el único objetivo de los madrileños para volver a ponerse por delante del Valencia en la clasifiación.
Con Mandzukic y Torres en la delantera, Giménez volvía a la zaga rojiblanco y Mario Suárez, recompensado por su gran papel ante el Real Madrid, ocupaba el centro del campo junto a Gabi. El Granada, por su parte, con el técnico del filial Joseba Aguado en el banquillo, acudía a Madrid como colista con 14 encuentros sin conocer la victoria. Rober Ibañez debutaba con los andaluces y Héctor Yuste era otra de las sorpresas en el once granadino.
Fuerte inicio del Granada
Salió bien el Granada, apretando en la zona alta y dificultando el juego del Atleti, llegando a sumar tres córners en los primeros quince minutos y rozando el gol olímpico en uno de ellos. La posesión se teñía de azul -uniforme que vestían los visitantes- y los locales no encontraban la fórmula para poder sacar la pelota de manera fluida.
Trataba de combinar el Atlético y crear ocasiones de gol sobre todo por la banda derecha, con la pareja Juanfran-Arda liderando el ataque rojiblanco. Pero las salidas del equipo del Manzanares no se construían debido a la firmeza con la que los andaluces defendían la salida de balón colchonera, desde saques de puerta o contras. Incluso se atrevían los de Aguado a construir auténticas jugadas de peligro ante la portería de Moyá, con mucho que ganar y poco que perder.
Pero cuando el Atleti se escapa es imparable. Centró Torres al área para la llegada de Diego Godín que se vio en el suelo derribado por un agarrón de Sissoko dentro del área. El uruguayo había sido precisamente el encargado de robar la pelota en la frontal del Atleti e iniciar la contra rojiblanca, que terminó con su caída en los dominios de Oier. No dudó el árbitro a pesar de las propuestas granadinas y pitó la pena máxima. Mandzukic, encargado del lanzamiento, tiró con fuerza a la derecha, a la izquierda de Oier, cerca de la escuadra. Adelantaba el croata al Atleti que había hecho un inicio descafeinado y con incomodidad la primera media hora de juego.
Se vino arriba el Atleti con el gol y comenzó el asedio rojiblanco, acorrolando al Granada. Volvió Arda Turan a manejar la batuta de la ofensiva colchonera desde la banda derecha, deteniendo el balón e impregnando de calma la apisonadora atlética.Los últimos diez minutos de la primera mitad el Atlético se hizo con el control y el dominio, ese que se le había escapado desde el inicio.
Compleja segunda mitad
Con la segunda mitad iniciada siguió el Atlético la tónica de los últimos compases de los primeros cuarenta y cinco minutos. Movían la pelota los de Simeone, pero el Granada seguía empeñado en rascar algo del Calderón y no dudaba en echarse arriba en cada oportunidad que se le presentaba.Quiso dar Simeone chispa al encuentro y sentó a Fernando Torres para dar entrada a Griezmann. El de Fuenlabrada se marchó aplaudido y aclamado por el Calderón, que le agradecía su notable y participativo partido.
No conseguía cerrar el partido el Atlético y el Granada esperaba sin esforzarse en una presión contundente. Por eso mismo se sucedían las oportunidades de gol rojiblancos, con Mandzukic rematando de cabeza y con Griezmann asociándose con Koke, que cobraba más protagonismo en esta segunda mitadcon la entrada del frtancés. El galo se convirtió en la principal pieza de ataque con sus galopadas siemore con portería rival como meta, que acercaba más el segundo tanto del Atlético que el empate del Granada.
Lo acarició Mario Suárez con un soberbio cabezazo, pero se marchó por encima del larguero. Y lo seguía buscando el Atlético desde las bandas, con SIqueira volcado en el ataque y luchando cada balón bajo la atenta mirada de Simeone en la banda izquierda. Juanfran y Arda también se empeñaban echar el cerrojo al encuentro, pero sus centros desde la derecha no encontraban rematador... hasta el minuto 87. Raúl García, que acababa de saltar al terreno de juego sustiyendo a Mandzukic, apareció para rematar con la espalda un balón templado de Arda Turan y poner calma en los últimos minutos del partido con el 2-0 final.