El gol viene de Borgoña

Antoine Griezmann es el máximo goleador del Atlético en Liga y el quinto en la tabla de Pichichi. Su desborde y velocidad le han cargado con la responsabilidad ofensiva del Atlético de Madrid. Y él tan a gusto.

El gol viene de Borgoña
Griezmann se ha convertido en la referencia ofensiva de Simeone
borjajimenez
Por Borja Jiménez de Francisco

Eric Olhats, ex ojeador de la Real Sociedad en tierras galas, vio en Griezmann algo que le llevó a invitarle a San Sebastián a formarse como futbolista. Algo que pocos antes que él vieron; ya que, tal y como ha reconocido en alguna ocasión el siete rojiblanco, todos apelaban a su baja estatura para dejar de darle la oportunidad que ansiaba. Pero pocó importó ese detalle a los responsables de Zubieta.

Lasarte le dio la oportunidad de debutar

No iba a ser un camino fácil. Apenas contaba con trece primaveras cuando hizo las maletas para crecer en los campos donostiarras. Su timidez fuera del campo y desparpajo en el césped no sólo engatusaban a los técnicos, sino también a sus compañeros. A medida que el chico iba creciendo el cariño que sembraba en San Sebastián se iba fraguando. Su proyección apuntaba alto. Tanto que, con la Real en la categoría de plata, Martín Lasarte decidió probarle en pretemporada. Y no se equivocó: fue el máximo goleador en la preparación veraniega del club donostiarra. El resto, ya lo conocen. Encendieron en Zubieta la mecha de la precoz joya francesa que ya ha explotado a orillas del Manzanares.

Quería vestir de rojiblanco

Le costó sudor y sangre, pero lo logró. Tras varios coqueteos con el Atlético de Madrid que le costaron, lógicamente, el enfado de Anoeta; Antoine Griezmann terminó firmando el pasado verano por el equipo al que ya se había declarado. El destino no tenía muchos más caminos preparados para el galo. 

Lleva trece goles; nueve en sólo cuatro partidos

De este modo, tras más de cincuenta goles con la Real Sociedad y con treinta kilos mediante, el Atlético de Madrid firmó al joven francés. Su primera pincelada fue en un lienzo inmejorable: el Vicente Calderón y frente al Real Madrid. La asistencia del galo a Mario Mandzukic terminó en gol para gloria de la grada. Un gol que valió una Supercopa de España que serviría de leve bálsamo tras lo acaecido en Lisboa.

Desde entonces, Griezmann ha cambiado las asistencias por goles. Hasta en trece ocasiones ha mandado el balón a las redes rivales; números de crack. Con diez goles en Liga, es el quinto clasificado en la tabla de Pichichi y el máximo goleador de su equipo en la competición. Además, lleva dos en Champions, frente al Malmö y Olympiacos, y en Copa del Rey lleva otro, contra el Hospitalet.

Otro detalle a tener en cuenta es que el galo, como decía un famoso eslogan, cuando hace gol, ya no hay stop. Y es que marcó tres al Bilbao, dos al Levante, dos al Córdoba y, ahora, otros tantos al Rayo Vallecano. Nueve de los diez tantos que lleva en la competición doméstica los ha anotado en sólo cuatro partidos. Parece que no le basta con uno; cuando marca, quiere más. 

"Franceses como Sinama Pongolle, Luccin o Guilavogui también vistieron de rojiblanco, pero no lograron triunfar"

Ahora, compañeros, técnicos y rivales han sido seducidos por Griezmann. Por su velocidad, su técnica, su acierto, su calidad y su visión de juego. Sólo hay que escuchar, como ejemplo, las declaraciones después del partido ante el Rayo de Tiago otorgando al francés el mérito de la victoria o a Simeone diciendo que no hace más que mejorar desde noviembre. Hablamos del quinto francés que viste la camiseta rojiblanca y, en apenas treinta partidos, el siete colchonero ya es el que más goles ha marcado. 

Parecía imposible que un jugador del país vecino triunfara en el Atleti. Pero, por fin, el glamour ha llegado al Manzanares. Le hacía falta al Atleti, tras las bajas que le mermaron en verano, alguien que levantara al público de sus asientos, una chispa que encendiera la olla en el Vicente Calderón, alguien sobre el que recayera el peso de ser la referencia ofensiva. Los ojos miraban a Manzukic; pero, quizá, Griezmann tenga algo que decir. ¡Viva el fútbol!