El fútbol como terapia de olvido

Griezmann encara la primera jornada tras lo ocurrido en París. El jugador tuvo presente a su hermana en la sala Bataclán. Muestras de cariño a su vuelta. El miedo y la tensión deberán descargarse donde mejor sabe desahogarse, en el campo de fútbol.

El fútbol como terapia de olvido
El fútbol como terapia de olvido
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Por Kike Ramos

Vuelve el fin de semana, vuelve el fútbol.  No es una jornada cualquiera, eso es evidente, y es que el deporte rey no es contrario a lo que sucede fuera de él. Pero es que en este nuevo y desconsolado episodio sucedido en París, el fútbol ha estado tan cercano como presente. Varios partidos aplazados, varios partidos envueltos en esta triste  protagonista  noticia, futbolistas afectados directa o indirectamente y en definitiva, una totalidad de seres humanos noqueados por algo que hizo estremecer a la humanidad.

Muchos de estos seres humanos que viven del fútbol, han tenido más protagonismo que otros. La capital parisina estuvo envuelta de tragedia, terroristas y gente cercana a futbolistas. Es el caso del jugador del Atlético de Madrid, Antoine Griezmann. La estrella del club colchonero se vio, inesperadamente, envuelto en la incertidumbre de los atentados por varios frentes. Es por ello que en su vuelta a los entrenamientos, haya estado arropado de un cariño y una complicidad que va mucho más allá del deporte.  Habla de cómo esta tragedia envuelve tanto a parados como a futbolistas de elite, tanto a pobres como a ricos, tanto a mujeres como a hombres, tanto a españoles como a franceses… a gente civilizada.

Griezmann esuchó las explosiones suicidas y su hermana estaba en la sala Bataclán

Griezmann fue víctima del suspense y el miedo. Estuvo presente, de alguna manera, en varias de las acciones terroristas que tuvieron lugar en la capital francesa. El jugador formaba parte del partido que estaba disputándose en el Stade de France. El principito no era consciente que no iba ser su noche futbolística, ni si quiera iba a ser una buena noche. El primero de los tres terroristas suicidas que haría explosión cerca del estadio, se hizo escuchar durante el encuentro. El sonido fue aterrador a la vez que perplejo.

La incertidumbre iba a más cuando el futbolista rojiblanco todavía de corto, y la humanidad en general, va conociendo lo que está ocurriendo. Y desde las 21:20 Paris estaba siendo un criadero de dolor. En otro  de esos focos terroristas, se encontraba la hermana del jugador del Atlético. En la sala Bataclán se estaba desarrollando una barbarie y un familiar del jugador se encontraba allí. Tras cerca de una hora de miedo, dudas y más miedo, la familia del delantero pudo comprobar que su familiar no fue víctima del violento acto.

El fútbol debe ser ejemplo, como en Wembley, y ser terapéutico en el olvido y el proseguir con la vida sin miedo

Todo quedó en un susto para la familia de Griezmann y para él en concreto. No obstante el jugador ha pasado por momentos de frágil situación sentimental que traspasan toda moral. Simeone, Vizcaino, los compañeros, el club, la afición, el fútbol se ha volcado con el jugador por haber sido protagonista de cierta manera de esa tragedia. Pese a la ‘suerte’ de haber acabado en solo un sobresalto para lo que a él respeta, la cabeza debe asimilar y olvidar lo vivido. El fútbol crea rivalidades en muchas ocasiones. En este caso debe sacar su lado más ético y servir de medicina. El fútbol como método de olvido, de seguir, de no caer en el miedo. De juntar la Marsellesa con el himno rojiblanco. De volver a la vida normal. Las redes de la portería del Benito Villamarín deben ser las víctimas de la tensión vivida por  Griezmann.