La pizarra de Simeone: la sangre del 'Cholismo' volvió a brotar

El Atlético de Madrid perdió ante el Barcelona y con dos expulsiones de por medio. Sin embargo, dejó una imagen muy buena recordando al mejor Atleti de Simeone. Análisis del partido ante el FC Barcelona.

La pizarra de Simeone: la sangre del 'Cholismo' volvió a brotar
Montaje: Jaime del Campo - VAVEL
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Por Kike Ramos

El Atlético de Madrid pierde el partido ante el ‘casi’ campeón FC Barcelona y dice así adiós prácticamente al título. Diferencia de tres puntos más el golaveraje particular, y los culés con un partido menos, hacen pensar que el Atleti debería pensar en un milagro para recuperar esa distancia. No obstante, el equipo dejó unas sensaciones tan gratificantes que dejan un sabor de boca extraño.  El equipo creó miedo en el cuerpo a un Barcelona con dos jugadores más y no dejó que el rival pudiera crearle excesivas ocasiones.

Partido excelente, serio, competitivo, sin complejos en el que tuteó al Barcelona. Anuló al equipo de Luis Enrique. Incluso con nueve, el Barça no creó peligro y el Atleti tuvo una gran ocasión y una falta lateral al final que bien pudo ser su premio. Finalmente, y con las expulsiones como principales heridas, el Atleti pereció ante el equipo azulgrana pero con la cabeza alta y dejando una gran imagen en el Camp Nou. Recordó en parte al mejor Atleti campeón de liga en estilo.

Lavado de cara

El gran partido del Atleti deja un debate claro. Segura e hipotéticamente, el Atleti confirmó su pérdida al título. La duda es de qué hubiera pasado si esta imagen hubiera sido vista ante el Celta en la Copa del Rey o ante el Sevilla hace una jornada.  El Atleti mostró su mejor cara. La de las grandes citas. No fue suficiente, y las expulsiones fueron demasiado escollo para vencer a un todopoderoso Barça, pero sin duda fue la cara buena de los de Simeone.

Presión alta, ahogo en las marcas, alegría en los movimientos. Un equipo más colorido, más vivo y con intensidad e ideas fijas. Queda mucho que mejorar, está claro. El equipo, aunque no fue un partido para demostrar con las circunstancias, sigue sin tener un ataque fluido y concreto. Pero sin duda se vio un Atleti nuevo, motivado y con ganas. La vena Simeone volvió a latir cuando parecía pasar por un bajón de pulso importante. Para seguir entre los grandes es clave que el equipo no pierda la esencia que si mostró en el estadio blaugrana.

La importancia de los volantes en el 4-4-2

Simeone ha mareado la perdiz intentando buscar una táctica que  sorprendiera en cada partido y a cada rival según lo que crea sea lo oportuno. El partido ante Las Palmas, como gran ejemplo, el equipo usó cuatro tácticas distintas dependiendo el ataque, la defensa o el paso de los minutos. En mitad de temporada, el equipo se gustaba con un 4-3-3, con un Koke más centrado y protagonista y dos extremos con libertad para el ataque. Simeone, en el Camp Nou, regresó a la fidelidad del 4-4-2 más Cholista. El dibujo con el que consiguió crear un equipo ganador y con el que más cómodo está el Atleti en su esencia.

Koke y Saúl, de interiores o volantes, ocuparon las posiciones que tan importantes son para este dibujo táctico. Con Gabi cada vez más parecido al Gabi libre, incansable, de presión y destroza ataques, y con Augusto más posicional y de coche escoba, la función de los interiores en el juego del Cholo alcanza el nivel de fundamental. Libertad de movimientos en ataque en tres cuartos y principales robadores de balones en defensa. Son los primeros en presionar, en bascular, en abortar huecos intermedios, cortar espacios de pase. Su labor en la ayuda lateral fue importantísima para no dejar respirar al juego de banda que tanto ocupó el Barça. La posición de volante en el Atleti de Simeone en su estado clásico es vital. Saúl lo bordó y Koke se pareció al Koke de hace dos años.

Carrasco se doctora

El vaivén de cambios tácticos y de rotaciones, nada habituales en Simeone otros años, han impacientado al seguidor colchonero por la poca regularidad de ciertos jugadores. Yannick Carrasco ha sido un jugador perjudicado por ello y bien sea por ser sustituido o por iniciar desde el banco, lo cierto es que el belga no ha sido un claro fijo a pesar de su rendimiento. Desde el partido de Anoeta, más o menos, ha encandilado a la afición rojiblanca por su desparpajo, regate, alegría, chispa o descaro. Sin embargo no acababa de ser un primer plato para Simeone.

Sin embargo, Yannick se ha confirmado en una de las mejores plazas. Ni si quiera jugó en su posición natural, con el trasero en la cal, si no que actuó como lanzador de contras en el ataque junto a Griezmann. Su partido recordó a las funciones, salvando las distancias, de aquel Diego Costa solitario y que debía disputar batallas en el ataque por velocidad. Creó peligro, encaró, metió miedo, dejó detalles, creó ocasiones. Fue, otra vez, lo mejor del ataque rojiblanco. Esta vez, ya, confirmó ser la mejor baza de la ofensiva rojiblanca. Parte aparte de los goles de Griezmann, es la referencia de ataque.