La historia de Diego Pablo 'Cholo' Simeone (Buenos Aires, Argentina, 28/04/1970) en el Atlético de Madrid es una historia de coherencia, pasión y armonía. Habrá quien sustente que el libreto del 'Cholismo' supone simplemente la reinvención del 'cattenaccio' en el Siglo XXI, pero también es posible aceptar otra versión menos subjetiva y seguramente menos malintencionada. Porque quizá la llegada de Simeone al banquillo del Vicente Calderón haya servido para dignificar otra manera de ver el fútbol, para legitimar otros caminos que convergen igualmente en la victoria y para demostrar que es posible generar una simbiosis perfecta, más allá de lo tangible.
En 152 años de historia muchos han sido los grandes jugadores y entrenadores que han dejado su huella en el fútbol, pero pocos son los verdaderamente recordados. Si preguntamos por jugadores de época, rápidamente surgirán aquellos dotados de un talento extraordinario como Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona, Zidane, Messi o Cristiano Ronaldo. Pero la memoria colectiva suele ser injusta con los entrenadores, pues no guarda tan fácilmente un lugar a los mejores (por títulos) sino a quienes muestran unos rasgos tan diferenciales y particulares que terminan integrándose en el imaginario popular. Es probable nombrar antes a Guardiola, Mourinho, Ancelotti o Klopp que a técnicos campeones de la Copa Mundial como Scolari, Lippi o Löw.
Precisamente la superación de esa dicotomía es lo que hace pensar que el 'Cholo' lleva camino de pasar a la historia del fútbol, a pesar del enorme recorrido que tiene por delante. En un pasional y vertiginoso trayecto de tan solo cuatro años en el Atlético (cuesta creer que comenzase el 23 de diciembre de 2011), Simeone ha regalado a las vitrinas del Estadio Vicente Calderón los trofeos de la Liga, Copa del Rey, Supercopa de España, UEFA Europa League y Supercopa de Europa, disputando además una final de Champions League (2014). El indudable gen ganador del técnico argentino ha transformado al 'Pupas'. Aquel equipo, otrora tradicionalmente asustadizo y autocompasivo, de su mano ha sido capaz de salir campeón de Liga en el Camp Nou y de Copa en el Santiago Bernabéu, por ejemplo.
Ganar es una condición necesaria, pero no suficiente de por sí para pasar a la historia. Solamente vale ganar en la plenitud de lo extraordinario o ganar de un modo perdurablemente distinto. A través del denominado 'Cholismo', Simeone está consiguiendo en el Atlético una simbiosis perfecta basada en la plena identificación con la historia de la entidad, la defensa a ultranza de sus valores más profundos y la devoción recíproca que se profesan técnico y afición en cada cita madrileña. Primero fue 'partido a partido' y luego 'nunca dejes de creer'. La clave del rotundo éxito de estos dogmas es precisamente su génesis. El primero lo impulsó el entrenador y la hinchada lo asumió como propio de manera rápida y natural. El segundo nace de la gente, de la idiosincrasia de ese 'pueblo' rojiblanco al que Simeone adora y al que se suma con fervor.
Vídeo: El decálogo del 'Cholismo'. (Fuente: Weloba)
En clave de futuro resultará muy interesante ver cuál será la propuesta futbolística de Simeone en clubes con mayores posibilidades económicas que el 'Atleti' y con jugadores dotados de mayor calidad técnica individual. Será edificante comprobar si el estilo eminentemente defensivo y centrado en la salida al contragolpe que plantea actualmente resulta extrapolable en otros equipos o, en cambio, modifica su ideario de juego aunque persista su impronta como líder y conductor de grupos. También es posible que busque destinos en los que el mimetismo sea más sencillo, como el Inter de Milán, donde jugó solo dos temporadas (de 1997 a 1999) pero aún es idolatrado por la afición 'nerazzurri'.
Vídeo: Entrevista a Simeone en el programa de Onda Cero Radio 'Al Primer Toque' correspondiente a mayo de 2015. (Fuente: Al Primer Toque)
Con contrato en vigor hasta el año 2020, plenos poderes en el área deportiva y el respaldo unánime de la afición, todo hace pensar que lo mejor del 'Cholismo' en el Atlético de Madrid está por llegar... Pero incluso cuando esa historia termine, tarde o temprano comenzará seguramente otra, porque Simeone ha reconocido públicamente que su sueño en un futuro es dirigir a la selección nacional Argentina. El combinado albiceleste siempre es garantía de poder competir por ser campeón de América y de la Copa Mundial, por lo que las puertas de la eternidad bien pudieran abrirse ante un entrenador llamado a ser recordado no solo por estar entre los mejores... sino también entre los diferentes.